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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

La persecución del bloguero Makaila Nguebla contada por él mismo

Autor invitado: Carlos Bajo Erro (*)

MakailaNguebla se encontró de pronto esposado, estupefacto e indignado camino del aeropuerto internacional Leopold Sedar Senghor de Dakar, rumbo a Guinea-Conakry. Ocurrió el pasado 7 de mayo. Makaila es una de esas personas incómodas para determinados regímenes. Es una de esas personas que aparentemente trabajan solas delante de un ordenador, pero que a través de las redes son capaces de movilizar, de sensibilizar, de protestar y de unir voluntades. Makaila es un ciberactivista, un bloguero chadiano, exiliado y proscrito por sus críticas al gobierno de su país. Desde entonces es además un deportado, una víctima de los ataques contra la libertad de expresión.

El periplo de este periodista chadiano comenzó durante sus estudios en Túnez, cuando empezó a publicar artículos críticos con el gobierno de IdrissDéby en la revista JeuneAfrique. “El objetivo de mis artículos", explica desde Conakry, "era sensibilizar a la opinión pública internacional sobre la situación sociopolítica de mi país, Chad. En el que hay un considerable déficit democrático; violaciones de los Derechos Humanos; mal gobierno a todos los niveles; ausencia de libertades individuales y colectivas. Esta situación se produce precisamente a causa de la mala fe del gobierno de IdrissDéby, que tomó el poder por las armas y se ha mantenido contra la voluntad popular, que desea un cambio político por vías democráticas y no armadas”.

Lo que sigue es su historia, lo que ésta ha generado en las redes y lo que nos ha contado en entrevista.

Su posicionamiento político le llevó, en 2005, a buscar refugio en Senegal desde el país magrebí y continuar con su actividad de oposición, cada vez más desde la web, a través de su blog, uno de los más consultados tanto por la diáspora chadiana como en su país de origen. Este protagonismo mediático fue haciendo cada vez más difícil su regreso a Chad.

“En Senegal he vivido tranquilamente”, asegura desde su segundo exilio. Allí solicitó dos veces el asilo político, una poco después de su llegada, en 2005, y otra en 2008. En ambas ocasiones, la petición fue rechazada “sin justificación y a pesar de todas las pruebas de riesgo de persecución que vivía en Chad”.

Makaila destaca de su época senegalesa, su opción por la austeridad: “Llevaba una vida muy simple, mis gastos se limitaban a pagar alquiler, facturas de electricidad, de agua y de conexión a Internet. He hecho todo lo que he podido para no caer en las tentaciones materiales, para poder preservar mi honor y mi dignidad”. Pero esa calma chicha se diluyó el 7 de mayo cuando fue convocado a la Direction de Surveillance du Territoire (DST) senegalesa, dónde después de seis horas de interrogatorio se le comunicó que iba a ser deportado, sin demasiados detalles.

Formalmente, durante el interrogatorio en la DST, a MakailaNguebla le pusieron frente a unos correos electrónicos en los que presumiblemente mostraba su voluntad de incitar a la juventud chadiana a una insurrección popular contra el régimen de Déby a través de las redes sociales. Estas acusaciones han desencadenado, igualmente, la detención de otros blogueros que continuaban en territorio chadiano. Según él, el plan para su expulsión se fraguó durante una visita del ministro de Justicia de Chad, Jean Bernard Padaré, a Dakar, una semana antes de su detención. “Oficialmente, las autoridades chadianas mandaron a Dakar al ministro para firmar un acuerdo de colaboración judicialen el asunto del antiguo presidente Hissène Habré [Hissène Habré fue derrocado por IdrissDéby, está reclamado por la justicia chadiana y vive refugiado en Senegal}. Pero oficiosamente, IdrissDéby envió a su ministro para pedir a su homólogo senegalés que me extraditara a Chad o me expulsara”.

En este sentido, el bloguero acusa: “Mi expulsión ha sido ordenada por Chad y ejecutada con la complicidad manifiesta de las autoridades senegalesas al más alto nivel”. Y no termina de explicarse las razones, dice desde su refugio en Conakry. "Mi presencia en Senegal molestaba a IdrissDéby quien se ha convertido en un aliado del actual presidente senegalés MackySall”. Hasta tal punto, que ha colocado al gobierno senegalés en una comprometida situación internacional, sobre todo, por la campaña de apoyo a favor del ciberactivista, que recuerda los tiempos en los que el ex presidente AbdoulayeWade sorteaba las presiones de Déby para que cerrase el blog de Makaila o le expulsase.

La situación actual del bloguero en Conakry es complicada: “He necesitado la ayuda de una mujer que he conocido en el avión y que me ha alojado en su casa por cuestiones humanitarias a la espera de días mejores”. En su expulsión, el ciberactivista ha tenido que “dejarlo todo atrás en Dakar” y se ha encontrado en Conakry donde no tiene “ningún lazo familiar”. Sin embargo, la decisión del gobierno senegalés ha desencadenado una reacción difícilmente previsible. Diversas organizaciones internacionales han manifestado su desacuerdo con el trato recibido por el bloguero y han pedido explicaciones a la administración senegalesa, entre ellas Internet Sin Fronteras, Reporteros Sin Fronteras, Survie o Amnistía Internacional.

Pero si una movilización resulta especialmente llamativa esa es #FreeMakaila. Es una iniciativa impulsada y desarrollada por los blogueros senegaleses que ha tenido una repercusión global por el uso de las redes sociales y de las herramientas virtuales. “La blogosfera senegalesa ha jugado un papel importante en la mediatización de mi expulsión, han sido los que han permitido que la prensa internacional se hiciese eco y que lo pusiese en conocimiento de todo el mundo”, reconoce el bloguero chadiano.

Los ciberactivistas senegaleses se pusieron inmediatamente manos a la obra, en pro de la libertad de expresión que su movimiento siempre ha defendido y también, seguramente, para preservar la buena reputación democrática de su país, otra de sus preocupaciones más recurrentes. Pero también han abandonado su teclado para llevar la campaña desde la dimensión virtual hasta la presencial y sumar sus fuerzas a las de otras organizaciones sociales senegalesas. CheikhFall, uno de los ciberactivistas más inquietos de Dakar, ha señalado que el movimiento de apoyo a MakailaNguebla ha organizado ruedas de prensa y ha enviado interpelaciones a las autoridades. Bajo la amenaza de movilizaciones populares exigen un encuentro de con el Primer Ministro y este conglomerado de organizaciones de la sociedad civil ha creado DALE (Droitd'Asile et Liberté d'Expression). Las exigencias respecto al asunto Makaila se limitan a dos según Fall: “En primer lugar, recibir explicaciones por parte de las autoridades senegalesas. Y en segundo lugar, exigir su regreso a Dakar”.

Makaila, por su parte, señala que “la solución humanitaria más urgente”, para su situación es “encontrar un país de acogida” que le acepte como solicitante de asilo para poder garantizarle la "seguridad física y moral”. “Esta garantía de protección no se puede tener en ningún país del África negra, donde la cuestión del respeto a los Derechos Humanos está, a menudo, en entredicho”. Incluso, desde su refugio en Conakry, el bloguero no pierde de vista el riesgo mayor: “Si soy extraditado a Chad es enorme. El régimen me ha propuesto en varias ocasiones negociar el regreso. Siempre he declinado estas ofertas, porque el poder nunca ha respetado sus compromisos con los opositores que han aceptado la política de mano tendida del régimen. Si negocias con IdrissDéby has caído en la trampa y nadie puede venir a tu auxilio ni desde el interior, ni desde el extranjero. Me arriesgo a morir, casi con toda seguridad, o una pena de prisión de por vida, sin ningún juicio”.

MakailaNguebla recuerda a Eric Topona, Jean Laokoléy Moussaye Avenir de la Tchiré, tres periodistas y blogueros chadianos arrestados en su país: Topona y Avenir de la Tchiré en paralelo a la expulsión de Makaila de Dakar, y Laokolé, encarcelado desde el 22 de marzo. Organizaciones internacionales como Reporteros Sin Fronteras han denunciado también estas detenciones. De hecho, Topona es supuestamente la persona con la que Makaila habría intercambiado los correos electrónicos subversivos que le fueron mostrados en la DST senegalesa y de los que ambos niegan ser autores. Dentro de su precaria situación, el bloguero expulsado a Conakry sabe que sus compañeros en Chad se encuentran en una posición más comprometida y, por ello, insiste en recordar sus nombres, mientras espera una salida para esta encrucijada.

(*) Carlos Bajo Erro

(Pamplona, 1978) Licenciado en Periodismo y Máster en Culturas y Desarrollo en África. Ha escrito para diversos periódicos, semanarios y revistas impresos y digitales. Es miembro del

Centre d’Estudis Africans i Interculturals (CEA) y de Wiriko - Artes y culturas africanas. Se dedica a la comunicación para ONG y a la investigación sobre temas de comunicación en África. Ha publicado dos libros: De la provincia 53 a la segunda gran traición y (junto a Antoni Castel) Redes sociales para el cambio en África.

Publicado también en este blog: Superagente Cypher 007

Comentarios

La libertad de ver contenidos en Internet debería ser universal... de ver conteidos y de escribir contenidos, pero en fin, el mundo está como estáKarembeu y su ex mujer AdrianaSus grandes jugadas... su exmujer Adriana y.. su exmujer Adriana http://www.warrantsyquinielas.com/p/la-chica-de-wyq.html
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