Cataratas Victoria: el gran espectáculo natural de África
Mi hotel está a más de kilómetro y medio de las cataratas y en el silencio de la noche, aún con la ventana cerrada, oigo el estruendo del Zambeze despeñándose por esa gigantesca grieta de color negro cetrino como si oyera una tormenta de invierno en primera línea de mar. No me extraña que la gran nube de humo blanco que sube de la grieta produjera estupor a los indígenas ndebeles que poblaban la zona y que el primer hombre blanco que llegó por aquí, el explorador y misionero escocés David Livingstone, quedara absolutamente anonadado cuando las viera por primera vez en aquel lejano 16 de noviembre de 1855. Como buen british, las rebautizó con el nombre de su reina, Victoria, importándole un bledo que los ndebeles ya le hubieran puesto un nombre hacía siglos. La estatua de Livinsgtone, uno de mis viajeros más idolatrados, preside la entrada a las cataratas.
Han pasado 158 años desde que el doctor Livingstone-supongo estuvo por aquí y seis desde que yo las vi por primera vez, pero sigo quedando igual de sobrecogido ante la fuerza telúrica que emana de este soberbio salto de agua, de la pureza de los paisajes que forma, de la negritud y profundidad del vacío por el que se cuela y de la belleza que la naturaleza es capaz de crear y que supera –superará siempre- a cualquier intento del humilde ser humano por emularla.
Las cataratas Victoria son una muesca obligada en el currículo de todo viajero; el final perfecto para cualquier viaje por el África austral. Y será el final del viaje que estoy preparando por Zimbabwe y Bostwana en camión todoterreno para el próximo septiembre con Cadena Ser Viajes y con el soporte técnico de los camiones que la empresa española Endake tiene en África. Os iré dando más datos por si queréis venir con nosotros.
El río Zambeze y las cataratas hacen frontera entre Zambia y Zimbabwe, pero la vista bonita y espectacular está del lado zimbabués. La entrada a las cataratas cuesta 30$. El poblado de Victoria Falls, en la parte de Zimbabwe, vive del turismo así que hay todo tipo de servicios. El hotel de mochileros más famoso y con mejor ambiente es el mítico Shoestring Backpakers Lodge, en el que me estoy alojando, un clásico entre la gente joven, muy hippie y muy naïf; la doble cuesta 40$. Clásico también pero en el otro extremo de precio, el colonial Victoria Falls Hotel, construido en 1905 a la vez que la línea de ferrocarril y el puente de hierro que cruza el Zambeze; ideal si quieres deslumbrar a tu pareja aunque las habitaciones guardan la misma decoración que cuando la reina Victoria era mocita. Otros dos hoteles muy buenos pero más asequibles que el anterior y más nuevos: The Kingdom y el Ilala Lodge, ambos a unos minutos a pie de la cataratas. La población por el lado de Zambia se llama Livingstone y es también muy turística; si entras desde allí en la frontera te hacen un visado especial de un día para visitar las cataratas que cuesta 20$ en vez de los 30$ del visado normal de Zimbabwe.
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