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Mujeres que corren… con perro

Alicia González

Hay un conocido movimiento en Twitter que propone a las mujeres que salgan a correr, #mujeresquecorren se denomina. Una iniciativa que surgió como una cita de amigas con una afición común y que luego se ha convertido en un punto de encuentro mucho más amplio. Yo era una de esas mujeres que soñaban con salir a correr y divertirse mientras lo hacían, claro. La satisfacción que podía percibir en gente cercana que practicaba ese deporte me hacía desearlo con más fuerza. Pero todo era en vano. Lo intenté varias veces, pero nunca fui capaz de engancharme a una mínima rutina. Me aburría soberanamente. Probé distintas formas: con música, con un plan de entrenamiento, a mi aire, acompañada, sola, por la mañana, por la noche… Por supuesto, lo primero que hice fue comprarme un par de zapatillas y todo lo que yo creía que era la equipación necesaria, como hago siempre que me empiezo a practicar un nuevo deporte. Ni por esas. Las zapatillas quedaron relegadas a un rincón del armario y la ropa, reciclada para el gimnasio. Hasta que llegó Coco a mi vida.

Bueno, eso no es del todo verdad. Coco llegó a casa hace algo más de dos años pero no ha sido hasta hace unos cuatro meses cuando se ha convertido en mi compañero de carreras. Coco es un labrador de color chocolate con una carita adorable que empezó por arrancarme de la cama mucho antes de lo que yo solía hacer hasta entonces para dar largos paseos por la ciudad, con lluvia, sol, frío o viento. Como cualquier dueño de perro. Solo que yo antes solo caminaba para hacer recados y desde luego a horas en las que los comercios están abiertos. Durante muchos meses, a Coco le bastaba un paseo de media hora por la mañana y otro tanto por la noche con unos diez minutos a media tarde para que todos pudiéramos seguir con nuestras rutinas que incluían, eso sí, una gran dosis de mimos al llegar a casa. Eso me permitía ir al gimnasio una vez que Coco había dado su paseo mañanero y mantener un aceptable nivel de forma física. Pero con 30 kilos de peso en canal y un nivel de actividad propio de un adolescente canino, la rutina forzosamente cambió con los meses. Coco necesitaba ir al parque mucho más tiempo, socializar con otros perros –ese es otro capítulo-- y hacer mucho ejercicio si quería mantener las alfombras y mis zapatos a salvo de sus mandíbulas. Uno tiene que ser consciente de las necesidades del perro que trae casa y comprometerse con ello desde el primer momento. Así que los paseos de media hora ya no bajaban de 45 minutos y hacían imposible compatibilizar el gimnasio y las necesidades de Coco. Había que buscar otra forma.

Así surgió la idea de salir a correr con Coco. Cada mañana, sí o sí, había que calzarse las zapatillas y echarse a la calle. De ahí a cambiar las zapatillas de paseo por las de carrera era casi el paso natural. Empezamos poco a poco, íbamos andando al principio un buen rato, mientras Coco hacía sus necesidades y olisqueaba las esquinas de cada calle y luego empezábamos a trotar, muy lentamente, que yo tampoco estaba acostumbrada y enseguida perdía el resuello. Al llegar al parque soltaba a Coco de su correa, que así lo permite la normativa municipal, e intentaba que siguiera más o menos mi ritmo, con relativo éxito también es verdad. Pero lo importante entonces fue que esos primeros días el subidón de endorfinas fue tan tremendo y Coco lo pasaba tan bien que eso me dio fuerzas para seguir intentándolo. Porque correr con perro tiene algunas dificultades, pero tampoco tan complicado como parece.

Si lo primero que tiene que aprender un perro, según aconsejan los entrenadores, es la palabra “No”, cuando uno quiere llevar a su perro suelto por el parque mientras realiza una actividad física, la segunda palabra es “Junto”. De esa forma, acostumbramos al perro a seguir más o menos nuestro ritmo y si está en uno de esos días, no cabe duda, dotarse de una correa lo suficientemente larga como para poder llevarlo atado sin tropezar con sus patitas. Pero nunca, nunca una correa extensible. Si logramos correr con nuestro perro al lado, resulta fundamental tenerlo controlado de alguna manera para cuando se despista. Coco lleva un collar de metal con una placa en forma de hueso con su nombre y mi teléfono. De esa forma, si yo voy corriendo y él se queda persiguiendo a un pajarillo puedo oír por dónde anda y acostumbrarle a que sea él quien me busque a mí y no al revés. Pero si se da el caso, y se da porque de pronto se encuentra a otro Retriever mucho más divertido que yo con el que jugar, por el sonido me ayuda a localizar dónde está y acudir en su búsqueda. [En lenguaje de los expertos corredores, es lo que se llama hacer “series” y “esprintar”, aunque a mí solo me sirva para que se me disparen las pulsaciones del carrerón que me pego]. Lo que he aprendido en este tiempo es a eludir en la medida de lo posible el “carril de los corredores”. A estas alturas, Coco va más o menos siguiendo mi ritmo miestras corro, pero no deja de ser un perro y, de pronto, se cruza por delante de mí siguiendo a una mariposa y me deja haciendo equilibrios para no caer al suelo de bruces. Para gente que se toma muy en serio lo de correr o que quiere evitar sensatamente el riesgo de un tropiezo no es muy agradable ir esquivando a un perro de buena mañana, y no quiero contarte si se topa con una masa peluda a las nueve de la noche. Así que he buscado otras rutas menos transitadas que nos permitan a los dos ir a nuestro ritmo sin molestar a los demás.

Para una corredora novata como yo, correr con tu perro está lleno de ventajas, hasta donde llego. De momento salgo dos o tres días a la semana y sigo un circuito de unos cuatro kilómetros. Para un labrador esa distancia no es ningún problema y Coco podría correr mucho más sin problemas. Lo importante es que para nosotros ya se ha convertido en un hábito y cuando me ve coger las zapatillas empieza a saltar. Si seguimos así quizás me plantee ir a una de esas citas de #mujeresquecorren. Eso sí, ellas tendrán que hacer hueco a Coco porque nosotros corremos juntos.

Y tú, ¿corres con tu perro y haces ejercicio con él?

Comentarios

Corrí michos años en Alemania y pocas veces vi gente corriendo con el perro, no es lo habitual, como no tengo ninguno no sé por qué. Ahora esos perros jamás molestaban a otro corredor como los que van sólo paseando y a la caza de todo lo que se sale de lo normal, y atacar si va corriendo. Tal vez aquí como se toman el correr y lo hacen en serio, es el perro el que no puede aguantarle el ritmo al dueñó, los que he visto siempre van jadeando atrás, el perro habrá tirado la toalla?
Mi mujer corre con perro. Con el perro de su marido...
Me das envídia pero Dark corrió mucho con mi hijo en su juventud, ahora con 15 años, tengo que acostumbrarme a su paso conforme a su edad.Saludos.
A mi me gusta cuando mi parienta se va a pasear el perro, así me deja solo un ratillo y puedo jugar al fifa tranquilamente
Yo tengo a Pucca hace un año y medio. Corría con ella hasta q supe q estaba embarazada. Ahora q mi bebé ya tiene tres meses y medio hemos vuelto a empezar.
Lo que hay que llevar son las bolsitas para recoger las mierdas que eche tu querido perro que están los parques que dan asco
Me encantaría salir a correr con mi perra, pero es un bulldog francés, y no tiene mucho fondo. 3 minutos de trote y me quedo sin ella!! Esa raza no es muy buena influencia para el deporte, son más de sillón ball....xD
Ana,Qué bueno!!! Ya sólo hace falta llevarte a Coco a bucear!!!
¿Y nunca probaste a correr con gato?
Lo que yo aprecio normalmente cuando veo a un perro correr atado con su dueño, es que su paso le es incómodo. Para ellos nuestro ritmo de footing es más de marcha atlética, ni andar ni correr. Con lo que van incómodos. Si yo pudiera seguir el ritmo de carrera de mi perro, no habría etíope que me ganara. Tendría que ir al planeta Krypton a correr para estar en igualdad de condiciones.
Me ha encantado el post!! yo salgo a correr con Negrita, mi schnauzer miniatura color sal y pimienta, que aunque es chiquitina, se emociona cada vez que ve poniendome las zapatillas. Lleva un anho entrenandose y ya puede correr 10-12 km. es muy buena corredora, aunque hay que andarse con cuidado porque se "transforma" cada vez que ve algun perro, y ahi es todo tengo que tener sumo cuidado de no caerme porque tira!! En general me encanta llevarmela a correr, al menos corremos juntas dos veces por semana. Eso si, los intervalos no le gustan. De hecho cuando corro mas lento para descansar, me mira con cara de "que haces???". Es super graciosa. Y lo mejor es que cuando la sesion ha terminado, nos fundimos en un abrazo las dos de los buenos. Es super gratificante, nos lo pasamos genial!!
Yo también corro con mis 2 perras. Como donde vivo es todo zona de caza, van atadas mediante arnés a mi cintura. Les encanta y ya se emocionan en cuanto me ven ponerme las zapatillas. Corremos entre una y 3 horas. Al principio tiran mucho de mí sobre todo cuando nos sale algún conejo pero luego se van calmando.
Hola...yo corro con mi perro desde que lo recogí de la calle, es mezcla de bodeguero quizás parson terrier y algo de mono. Antes lo hacía por Sierra Morena en Córdoba y yo hacía mi recorrido de 12-15 km y el pues unos 20 con demarrajes, paradas y lances de caza a todo lo que se movía. Ahora nos toca correr en Madrid y por suerte encontré casa cerca de la Casa de Campo, lo llevo atado a mi cintura hasta que llegamos a la casa de campo y ahí procuro seguir sendas poco transitadas y vamos adaptándonos...Lo mas importante es el agua cuando hace calor, lo llevan fatal, ahí somos mucho mejor refrigerando los humanos...corre a última hora o si eres madrugador a primera. Eso si cuando el clima es frío o templado tu paso será un juego de niños para el perro.No se si con perra será mejor, Máx ya tiene inventariados todos los setos y arbustos de la Casa de Campo, pero con un poco de paciencia correr con tu perro es un placer y matas dos pájaros de un tiro, el pasea tu te mantienes en forma.
El perro de un amigo mío tambén se llama cocó :). Vivá por todas y todos los que salen a correr!
Me ha encantado esta historia!Como es Coco de guapo y que cara se santo!,......que suerte tener un compañero de carrera así, que no te da conversación que te quite el oxigeno, pero que te acompaña fielmente sin pereza alguna, llueva o haga sol. Yo quiero un Coco!
Nosotros hemos corrido mucho con mis dos labradores, a ellas les encanta... Por desgracia, ya están algo mayores (11 años) y no aguantan tanto trote, por lo que nos hemos vuelto a adaptar a su paso, más de paseo... Y todos tan contentos :) http://ladrandoalmundo.blogspot.com.es/
Seguro que os definís como amantes de los animales y media hora después os estáis metiendo un filete, un muslo de pollo, una totada de hígado de pato o un lomo de lubina. Aclaraos.
Yo cada vez veo a más gente correr con su perrito, lo que no veo bien son los que van en bici y los llevan con la lengua fuera hechos polvo.¡¡Al perro eso no le gusta!!Ains...http://www.ladimi.blogspot.com.es/search/label/Cuberteros

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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