Falta de oportunidades
Tengo 25 años y tras un año de búsqueda incansable de empleo por fin me han dado mi primera oportunidad laboral. En el extranjero. Muy a mi pesar formo parte de la llamada generación perdida, ese 55,7% de paro juvenil declarado. Demasiado formado para un determinado tipo de trabajo y poco experimentado para otro.
La falta de oportunidades no es lo único que va a hacer que esta juventud sin futuro termine emigrando. No se está tomando absolutamente ninguna medida efectiva para paliar el desempleo juvenil porque podría decirse que somos la última preocupación de los Gobiernos. Un problema a largo plazo. Las consecuencias terminarán haciéndose notar porque, tanto mi generación como la venidera, van a tener que emprender el vuelo más allá de estas fronteras. Hacia un futuro totalmente incierto, dejando atrás un país del que nos sentiremos desarraigados. Un país que ha sido incapaz de cuidar de su propio legado.— Marta Gallego Pardo.