Las repúblicas no siempre aciertan
Son tiempos de desasosiego. Y es, en estos tiempos, cuando se debe pedir templanza y serenidad, por lo menos a los dirigentes. Es preciso un mejor reparto de los costes de la crisis y un mejor control fiscal para las grandes empresas y fortunas. A los partidos políticos hay que exigirles una visión amplia y no, exclusivamente, cortoplacista. Las políticas deben ir dirigidas a buscar la mayor cohesión social, evitando el aumento de los desequilibrios. La salvación de hoy puede ser la derrota de mañana para los beneficiados de esta crisis. También esta crisis afecta a la credibilidad de la monarquía, pero hay países republicanos, y muy próximos a nosotros, que padecen el mismo o mayor problema, y no parece que la república actúe de freno ante la corrupción y los oligarcas, como señalaba Julián Casanova en un artículo reciente. Por el contrario, otros países monárquicos no se encuentran en la situación en la que nos hallamos nosotros y nuestros vecinos. Parece que es época de disparar contra el pianista cuando deberían ser tiempos de consenso y de grandes acuerdos.— Joaquín Gismero Bris.
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