Menos matizaciones y más dimisiones
Declaraciones como las realizadas por la señora Cifuentes acerca de las vinculaciones de las PAH con el terrorismo e insinuaciones de intereses ocultos de sus dirigentes, exigen una condena inmediata por parte de aquellos que dicen representar en el Parlamento a las capas más desfavorecidas de la sociedad y que a su vez soliciten su dimisión.
Permitir estos juegos florales es el caldo de cultivo de la perversión del lenguaje que últimamente es un hecho cotidiano, además de un insulto a la inteligencia humana. La sociedad necesita moralidad y esta solo se consigue con la praxis diaria de la honradez y la transparencia. La señora Cifuentes debería abandonar la actividad política para la que no está suficientemente capacitada, no sin antes pedir perdón a los ciudadanos.
Las responsabilidades políticas no se dirimen ni se saldan con perdones, sino con dimisiones.— Miguel Graña Gómez.
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