El hermano mayor de Pistorius, acusado de homicidio

Los Pistorius no ganan para disgustos. Y lo peor para ellos es que ahora tienen que sufrirlos en público, casi de la misma manera que antes celebraban las victorias de Oscar. Seis semanas después de que el laureado paralímpico sudafricano matara a tiros a su novia, el hermano mayor del atleta, Carl, ha vuelto a los juzgados para responder a la acusación de homicidio. En la vista no ha aparecido Oscar, de quien no se sabe nada desde que salió en libertad condicional del juzgado de Pretoria, el 22 de febrero.

La agenda judicial de la familia no termina aquí porque hoy, el velocista tiene pedida una cita con el juez para que le revise a la baja su fianza y, entre otros detalles, le devuelva el pasaporte.

Los cargos contra Carl, de 28 años, se remontan a 2008, cuando se vio involucrado en un accidente de tráfico en el que murió una mujer de 36 años. Seguramente si Oscar no hubiera apretado el gatillo la madrugada de San Valentín, el juicio hubiera pasado desapercibido y no hubiera pasado de una cuestión familiar. Nada ha vuelto a ser igual para esta familia, que mantiene una imagen de unidad y comunión.

Decenas de periodistas y cámaras de televisión han esperado la llegada de los Pistorius. En esta ocasión, sólo ha ido a darle apoyo Aimee, la hermana menor, quien ha llegado al tribunal pocos minutos después que su hermano. Mostrando buen carácter, se han abrazado y han pedido a los numerosos fotógrafos y cámaras que los esperaban un momento de intimidad para hablar.

A pesar de esa expectación mediática, el juez ha denegado la petición de SABC, la cadena pública de televisión sudafricana, que pretendía retransmitir en directo la vista alegando que es un caso de interés público. No han convencido al magistrado Buks du Plessis, que ha escuchado a todas las partes antes de decidir que sólo se podía grabar y sacar fotografías antes del inicio de la sesión. De hecho, como ya pasó en la vista de Pistorius, aunque entonces en alguna ocasión los medios no respetaron la orden y sacaron imágenes de un Oscar derrumbado emocionalmente o a Carl acariciando la espalda de su hermano. El magistrado ha defendido de que el juicio no sería noticiable si Oscar no estuviera también acusado de asesinato, como demuestra que en las tres vistas previas no hubo ningún periodista presente. Así, ha razonado que Carl ni la familia de la víctima son una “celebridad”, además de argumentar que sería “aterrador” para cualquier testimonio declarar ante tanta presión. En la misma línea se han pronunciado el Fiscal y el abogado de Pistorius, quien ha llegado a asegurar que la presencia de los periodistas supondría que el acusado no tendría un juicio justo.

Carl Pistorius ha estado a punto de librarse de este juicio porque el caso quedó archivado, aunque en diciembre de 2012 la Fiscalía instó a reabrirlo. Con traje oscuro, los brazos pegados y mirando al juez Du Plessis, el acusado ha dicho: “Me declaro no culpable”. La Fiscalía le imputa el cargo de homicidio y alternativamente de conducción temeraria. La hija de la víctima, que falleció en el hospital una semana después del choque, ha asegurado que su familia no culpa a Pistorius de su muerte.