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Un divorcio que dispara las alarmas en Wall Street

El magnate del petróleo Harold Hamm se enfrenta a una separación que podría costarle 4.000 millones y el control de su empresa

Harold Hamm y su hasta ahora esposa.
Harold Hamm y su hasta ahora esposa.CORDON

Harold Hamm tiene un problema, y gordo. El magnate petrolero, uno de los empresarios más influyentes en el sector de la energía en EE UU, está viendo amenazado su imperio por un divorcio que se calcula podría llegar a costarle 4.000 millones. Una suma que deja pequeños los 1.400 millones que abonó Rupert Murdoch a Anna Mann y que de concretarse podría acabar arrebatándole incluso el control de Continental Resources.

Como se dice en la América corporativa, Hamm, de 67 años, es una fortuna por méritos propios, que come hamburguesas en un drive-in y que va al trabajo conduciendo en su ranchera. El titán petrolero de Oklahoma está casado con Sue Ann. La que aún es su segunda mujer cursó los papeles del divorcio ya en mayo de 2012, acusando a su esposo de serle infiel. Pero las alarmas en Wall Street se dispararon el pasado jueves. Sus problemas se convirtieron así en algo más que un chismorreo en el parqué neoyorquino.

La pareja lleva 24 años casada. El matrimonio fue de los primeros en sumarse a la iniciativa Giving Pledge de Bill Gates y Warren Buffett, por la que las grandes fortunas se comprometen a donar en vida más de la mitad de su riqueza. Sue Ann, además, ocupó a lo largo de este tiempo varios puestos ejecutivos en la petrolera así que le correspondería un buen bocado por dos motivos: porque la ingente fortuna de su marido se amasó en el matrimonio y por su condición de directiva en la sociedad.

Los inversores hacen cálculos. La fortuna de Harold Hamm se estima asciende a 8.800 millones, lo que le coloca entre los 90 más ricos del mundo en el último ranking de Forbes. En la actualidad controla el 68% de Continental Resources. Por si sirve de contexto, es una de las firmas petroleras que está explotando los recursos de la formación Bakken, en Dakota del Norte, una de las fuentes sobre la que EE UU apoya ahora su último boom energético.

Es uno de los pioneros en el uso de la controvertida técnica de la fracturación, por la que se extrae el gas natural a base romper la roca inyectando arena y agua a presión. Por eso no es de extrañar que el republicano Mitt Romney lo tuviera como uno de sus principales asesores de campaña en materia de energía durante las pasadas presidenciales. La revista Time lo considera por todo esto como una de las personas más influyentes del planeta.

La clave para calcular la suma final está en saber si la pareja tenía un acuerdo previo al matrimonio que de alguna manera blinde el capital de Harold Hamm. Y a estas alturas no está claro ni siquiera si se firmó. Por tanto, la falta de este tipo de contratos significaría que el magnate debería ceder la mitad de su riqueza a su mujer y la suma multiplicaría por tres la compensación financiera que el patriarca de los Murdoch desembolsó en 1999.

Es el último récord, al que sigue los 950 millones que pagó por su divorcio Berni Eccleston, el patrón de la Fórmula 1. Es conocido en el mundo petrolero que tanto Harold como Sue Ann trabajaron duro para hacer crecer el negocio de la compañía, cuyo valor bursátil se multiplicó por cinco desde que empezó a cotizar en mayo de 2007, cinco años antes de que se cursara la petición de divorcio en Oklahoma. Y eso es algo que miran los jueces.

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