Vegetarianismo, una opción
“Hay que reducir el consumo de carne roja sin llegar al vegetarianismo”, este titular (EL PAÍS, 7 de marzo) llama mi atención. Leo el artículo y las palabras del doctor Carlos Alberto González, pero no encuentro ningún argumento que sustente esta afirmación.
¿Por qué no podemos llegar a planteamientos vegetarianos? Una dieta vegetariana no solo es “saludable, nutricionalmente adecuada y beneficiosa en la prevención y tratamiento de determinadas enfermedades”, de acuerdo con la Asociación Americana de Dietética, sino que, según Naciones Unidas, es la única estrategia para evitar el hambre que hoy afecta a más de 850 millones de seres humanos. La producción de carne es simplemente ineficiente, ya que el ganado consume muchas más proteínas de lo que su carne rinde; y además es uno de los factores más importantes que contribuyen a la deforestación y al cambio climático.
Eso sin mencionar los billones de vacas, cerdos, pollos, patos y otros animales, criaturas que sienten y que cada año son hacinadas en condiciones penosas antes de ser sacrificadas, condiciones que serían consideradas delito si se aplicaran a nuestros animales de compañía.
Después de todas estas razones, ¿no es el vegetarianismo, al menos, una opción para plantearse?— Miriam Martínez Biarge.