El recreo es una clase muy seria
FOTOS : Miguel de Guzmán /Imagen Subliminal
El patio del colegio Lasalle franciscanas de Zaragoza se había quedado estrecho y solo había tres meses, los de verano, para poder hacer obras. Por eso, el arquitecto Guzmán de Yarza Blache optó por trabajar con una estructura de hormigón prefabricado que pudiese ser levantada en pocos días, y que fuese además capaz de salvar las grandes luces diáfanas de 13 metros que el proyecto exigía. Se trataba de multiplicar la zona de patio, y para ello era fundamental acondicionar el espacio bajo la pista elevada como recreo para los días de lluvia o espacio de sombra para el verano.
Faltaban metros y hubo que tomar decisiones drásticas: los árboles no cabían. Y Guzmán de Yarza trató de compensar. El arquitecto buscó recuperar el verde en el cerramiento de la nueva pista. Es cierto que el mallazo galvanizado hoy parece enjaular esa pista, pero también es verdad que en unos años la hiedra habrá borrado esa presencia. Las trepadoras podrán crecer porque se ha pensado en ellas como plantas, no como motivo ornamental. Así, los arquitectos han ideado un cerramiento de doble cara, para evitar pelotazos y asegurarse el sol. En la calle, también hay un gran banco con jardinera para que los padres y los alumnos se sienten.
La nueva pista no se puede disimular. Por eso el color de barandillas y peldaños busca apropiársela. Los alumnos la han bautizado como La Ballena. Rodeada de rampas y accesos, ha convertido el antiguo patio, un resto del solar, en un lugar complejo con nuevas comunicaciones, recorridos, puntos de vista y grados de exposición al exterior, al ruido y a los juegos colectivos.
VIDEO : Miguel de Guzmán /Imagen Subliminal
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