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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una carrera de vértigo

Carolina Ruiz gana la prueba reina del esquí tras emigrar a Francia para entrenar

Marcos Balfagón

De vértigo. Observar el descenso de Carolina Ruiz por la pista de Méribel corta la respiración. Para recorrer en 1m42,56s los 2.660 metros de la impresionante pista hacen falta, como dice ella con humildad, “mil años de trabajo”. Y sin embargo, hasta el momento en que ganó esta prueba del Campeonato del Mundo en la prueba reina del esquí, apenas era conocida. Lo que indica hasta qué punto la información dedicada al deporte, que no es poca, está colonizada por un puñado de disciplinas —fútbol, tenis, carreras de coches y motos— preferentemente masculinas.

El esquí es siempre un deporte de riesgo, pero competir en velocidad requiere una gran valentía. Bajar los 718 metros de desnivel que hay en Méribel en menos de un minuto y medio roza la temeridad. Tomar las curvas a más de 100 kilómetros por hora por esa pista es tan difícil como tomarlas en una carrera de fórmula 1, pero sin carrocería que te proteja. Se entiende que Carolina Ruiz sienta a veces miedo en este desafío que tiene un punto de locura y que libera tal cantidad de adrenalina que acaba enganchando, pero produce placer y temor a partes iguales.

Su historia es, por lo demás, ilustrativa de lo difícil que es competir en el deporte de élite. Tanto como la fuerza física y la habilidad, ambas imprescindibles en el esquí, cuenta la fortaleza mental. Carolina, nacida en Chile pero afincada en Granada desde niña, empezó a competir a los 15 años y consiguió su primera gran marca a los 18, al quedar segunda en el gigante de la Copa del Mundo de Sestriere (Italia).

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Pero el éxito, a edad tan temprana, tiene a veces su reverso, y Carolina Ruiz reconoce que no supo gestionarlo bien. Le costó enderezar su carrera y cuando lo logró llegaron la crisis y los recortes. Como otros muchos deportistas, tuvo que emigrar. Desde hace un tiempo entrena con el equipo francés. La Federación Española de Esquí tuvo que llegar a acuerdos con las de Francia e Italia para compartir los costes de los entrenamientos, que incluyen costosas estancias en lugares con nieve. A los 31 años y con los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 a la vista, acaba de conseguir un hito, pero esta vez lo tiene muy claro: lo que cuenta es el trabajo duro y la confianza en una misma.

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