Dame Coundoul necesita el arte para respirar
“Como pintor incide en la impresión de movimiento en los elementos, los colores y las formas que reflejan la diversidad, la sobreimpresión, el tiempo y el sufrimiento; también toca lo claro-oscuro para simbolizar lo que tiene que ver con lo precario, la incertidumbre y la revolución…” Así se lee en el folleto de la Exposición de pintura y escultura Movimiento y Marea Migrante que el artista senegalés Dame Coundoul tiene estos días en pleno barrio de Lavapiés, en Madrid.
El día que visité su muestra quedé tan impresionado por sus esculturas y cuadros que decidí ponerme en contacto con él. Por fin quedamos una fría tarde para charlar. Cuando llegué me estaba esperando sentado en un sillón mirando a la puerta de la calle. Al empezar a hablar me di cuenta de que no solo su arte me sorprendía sino que también su discurso, la forma em que se expresarsaba, en un castellano casi perfecto. Me encontraba ante una persona que es capaz de transmitir con su trabajo y su palabra la realidad de la migración, el sufrimiento, las alegrías, la defensa del medio ambiente…
Dame Coundoul delante de algunas de sus obras.
Dame Coundoul nació en Linguère, una pequeña ciudad a unos 300 km al noreste de Dakar, en 1981. Su padre es wólof y su madre peul. Su familia es ganadera pero su padre compagina el cuidado de las vacas con la pequeña artesanía haciendo bolsas y objetos de rafia. Quizás de ahí le venga a Dame sus dotes artísticas.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en su pueblo y al terminarlos, en el año 2000, se trasladó a Dakar, la capital, para continuar su formación. Allí frecuentó la Escuela de Bellas Artes donde se graduó en 2005. Como casi todos los estudiantes de su país, tuvo que buscarse la vida para poder mantenerse. Durante aquellos años trabajó decorando tiendas, bares y locales.
Al terminar sus estudios siguió con su trabajo y lo compaginó con clases. Enseñó historia del Arte africano en el colegio Yastam de Dakar y diseño de moda en el Centro femenino de Costura de Sunugal.
Poco a poco su arte empezó a adquirir reconocimiento. Así, en 2006 participó en Dak’Art, la bienal de arte africano contemporáneo que se celebra en Dakar, y su obra viajó a Nueva York y Los Ángeles. Desde entonces es asiduo a esta muestra. Al mismo tiempo comenzó a recibir numerosos premios tanto nacionales como internacionales.
También inició una estrecha colaboración con distintas ONG presentes en Senegal que trabajaban con jóvenes y mujeres.
En 2010 Dame consiguió una beca para un intercambio artístico y viajó a Marsella, Francia, por un mes. Al final de su estancia decidió visitar a su esposa que se encontraba en España. Ella, Coumba, es peluquera y un día decidió migrar en busca de una mejor vida. Él no pudo hacer otra cosa que apoyarla en su sueño. Habían pasado 2 años sin verse.
Algunas esculturas de Dame.
La intención de Dame era volverse a su país, pero su mujer le convenció para que se quedase junto a ella que no quería regresar, a pesar de los malos momentos que la policía le había hecho pasar y el miedo que le inspira. Ahora, hace un poco más de 4 meses nació la primera hija de la pareja.
Le pregunto qué le parece España y de las muchas cosas que me dice me quedo con un trío de frases: “la gente desconoce mucho África, no hay información sobre ella”. “No se conoce para nada el Arte africano, la gente no quiere saber nada de nuestra cultura pero todos quieren imponernos la suya”. “Como mucho, hay algunos que piensan que conocen la música africana porque tocan el yembe, pero cuando les cuentas que en África la música y la cultura es mucho más que eso, no te creen”.
Dame durante un momento de la conversación.
Le pido a Dame que me hable de su arte. Me dice que él es un pintor que trabaja con el medio ambiente, que recupera, reutiliza y recicla lo que otros tiran. “Soy un recuperador”. “Yo estoy aquí como inmigrante pero puedo utilizar las cosas que encuentro en la calle para crear mi propio patrimonio cultural e histórico”.
Algunas fotos que me muestra Dame.
Me comenta que su estilo se está volviendo un poco europeo porque “al contrario de lo que sucede en África, aquí el espacio es reducido”. A él le gusta hacer obras grandes, de hecho me enseña algunas fotografías de su trabajo en Senegal que no tienen nada que ver con los cuadros o esculturas expuestos en Madrid. Me confiesa que su fuente de inspiración son los árboles, grandes, libres, sin límites, pero la falta de un lugar adecuado donde trabajar le obliga a limitar su obra. Me dice que no tiene espacio para trabajar, tiene que hacerlo sentado en la cama de la pequeña habitación que alquila en el barrio de Villaverde de Madrid, y donde vive con su mujer y su hija.
Continúa su discurso diciendo: “hago un intercambio de lo que veía en mi país y de lo que veo aquí. Una fusión de dos horizontes diferentes”.
Cuando le pregunto sobre su escultura me responde que lo que intenta con ellas es “difundir las culturas africanas a través de las formas de sus esculturas las cuales reflejan al hombre africano, que es lo que yo soy”. “Como mi origen es ganadero, las cuerdas juegan un papel fundamental en mis imágenes. Al igual que son indispensables para los ganaderos, lo son para mi arte. Yo siempre ato”.
Tras un rato de silencio en el que paso la mirada sobre los cuadros colgados de las paredes y las esculturas expuestas, Dame Coundoul me devuelve a la conversación al decir: “mi vida y mi arte son la misma cosa, necesito el arte para respirar”.
A todos los que estéis o paséis por Madrid os animo a visitar la exposición de Dame Coundoul que está en el CEPI Hispano-Centroamericano de Lavapiés, en la calle Fray Ceferino González 4, hasta el 2 de marzo. También podéis visitar su página y conocer un poco mejor sus obras: www.dame234.skyrock.com
Todas las fotos Chema Caballero.
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