Viaje a Mozambique (11): Adiós a Mueda
Algunos, no muchos la verdad, me han preguntado cómo terminó mi viaje a Mozambique. Es verdad que lo dejé inconcluso, por eso reprendo el periplo y os cuento, en un par de entradas, cómo concluyó. La última vez os comentaba que había llegado a Mueda, cuna de la independencia mozambiqueña.
El último día de mi estancia en esa ciudad lo pasé visitando el proyecto que Médicos del Mundo tienen allí y con el cual pretenden mejorar la salud de la población, en especial de las personas expuestas a mayor pobreza y vulnerabilidad. Para ello fomentan el desarrollo humano sostenible desde políticas públicas, comunitarias y asociativas. Todo esto que parece muy complicado se traduce en algo muy concreto: facilitar que todas las personas tengan acceso a una cobertura universal y de calidad sanitaria.
El día comenzó visitando el hospital de Mueda. Todas las semanas el director del centro, Dr. Raimundo, un médico recién licenciado, visita una de las distintas secciones para charlar de cerca con pacientes y trabajadores. Ese día tocaba pediatría. Una procesión presidida por el director, seguido por enfermeros y enfermeras, auxiliares, limpiadoras, cocineras… iba detrás de la enfermera encargada del pabellón, la cual mostró a los pacientes, describió casos, respondió a preguntas de los presentes y terminó leyendo una larga lista de logros y necesidades, tras lo cual se abrió una pequeña discusión. A mí todo eso me pareció muy aburrido pero los trabajadores de Médicos del Mundo me hicieron notar que era una forma de fomentar el trabajo en equipo, de afrontar juntos los problemas y de buscar soluciones y que gracias a esta práctica se estaban consiguiendo pequeños cambios en la atención a los pacientes y en la mejora de las condiciones del hospital.
Reunión en el hospital de Mueda.
La segunda visita fue a un pequeño pueblo llamado Mpeme que se encuentra no muy lejos de Mueda, en el camino a la capital de la provincia, Pemba. A la entrada de la localidad, como en tantas otras de la zona, se encuentra una estatua del que fuera primer presidente del país, Samora Machel, protegida por una hornacina de madera y cristal con los vidrios rotos. En lo que parecía la calle principal, se veían a algunos hombres y jóvenes sentados en grupos fuera de un bar bebiendo, a pesar de lo temprano que era. No vimos mucha más gente por las calles hasta que llegamos al centro de salud. Era día de vacunación y parecía que toda la población femenina de los alrededores se hubiera concentrado allí.
Estua de Samora Machel a la entrada de Mpeme.
El ambulatorio era una antigua mansión colonial portuguesa que fue requisada tras la independencia y que en la actualidad pertenece a un general del ejército, que la cedió para que sirviera de centro de salud. Alrededor del edificio, bajo los árboles, en el porche y en la gran sala de entrada se veían decenas de mujeres y niños esperando pacientemente a ser atendidos. El lugar dejaba mucho que desear: paredes sucias o desconchadas, mesas y sillas rotas, escasez de instrumental… y a pesar de todo ellos, el personal sanitario daba la impresión de que estuviera haciendo todo lo humanamente posible para sacar adelante el trabajo.
Issafo Affane, responsable del centro de salud de Mpeme, en su consulta.
Hablé con Issafo Affane, técnico responsable del centro, en la sala donde pasa consulta. Me comentó que estaba agobiado por la falta de espacio, por la gran cantidad de pacientes que tienen que atender cada día, por las avalanchas que les llegan durante las campañas de vacunación… Me dijo que con los pocos medios que tienen hacen lo que pueden y que tratan principalmente diarreas, malarias, sarna, pequeñas dolencias…pero que, por ejemplo, no pueden hacer pruebas de enfermedades de transmisión sexual o de VIH por falta de medios. Las personas que necesitan un análisis o un test tienen que ser enviadas al hospital de Mueda, con los problemas que eso puede acarrear.
Sin embargo, Médicos del Mundo está a punto de comenzar la construcción de un nuevo centro de salud en la aldea, lo que contribuirá a mejorar las condiciones de acceso a la salud en la zona. Me lo explicaba Gonzalo Sánchez García (Pozuelo, Madrid, 1983) que es el arquitecto del proyecto. Me contaba que todo estaba acordado con el departamento de salud del Distrito de Mueda, que será el responsable último y el que ostentará la propiedad del nuevo edificio. Los terrenos para la construcción los ha cedido la aldea y que, realizados ya los estudios pertinentes, estaban a punto de comenzar las obras. Esto permitirá que la atención sanitaria a las personas de Mpeme y alrededores mejore considerablemente.
Gonzalo Sánchez mostrando los terrenos donde se construirá el nuevo centro de salud de Mpeme.
No podemos abandonar Mpeme sin visitar al comité de salud de la aldea. Existe una organización de este tipo en cada uno de los pueblos (comunidades) de la zona. Está compuesto por líderes comunitarios, matronas tradicionales, médico tradicional (o curandero), delegado del distrito, director de la escuela, líder religioso y un representante de la comunidad. Médicos del Mundo apoya el Servicio Distrital de Salud de Mueda en la formación y capacitación de los miembros de esos grupos en temas como el derecho a la salud, la igualdad de género, identificación de grupos vulnerables… En resumen, se trata de dar voz a la población local a la hora de diseñar las políticas de salud.
Mujers esperando a ser atendidas en el centro de salud de Mpeme.
Me sorprende que se integren en este comité a miembros que normalmente consideran a los centros de salud como enemigos de su trabajo, es el caso de los curanderos, muchas veces tildados de hechiceros, y de las parteras locales. Sin embargo, la idea es buena, no se puede excluir, hay que sumar fuerzas para mejorar las condiciones de vida de la comunidad.
Termina la visita y una vez más me encuentro a un grupo de niños vistiendo camisetas del Barça, una constante en esta parte del país y a la que todavía sigo sin encontrar explicación. Me despido del personal de Médicos del Mundo que me ha permitido acompañarles en su trabajo y emprendo el camino de regreso a Pemba.
Todas las fotos Chema Caballero.
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