El truco de los precios políticos

Curiosa la economía de mercado. Se supone que cuando la demanda de un producto baja, los precios también bajan. Y así está sucediendo en sectores como el del vestido, los alimentos, la vivienda, el turismo, la informática y hasta en las telecomunicaciones.

Sin embargo, hay sectores en los que esta ley no se cumple, sino todo lo contrario. Así, a pesar de bajar el consumo de electricidad, los precios se disparan, e incluso parece que la fuerte subida de las tarifas aún no es suficiente, ya que el déficit de tarifa sigue creciendo sin control; suben los carburantes a pesar de bajar su consumo, sube el transporte público (no así el liberalizado, como la aviación), suben los peajes de autopistas, la enseñanza, la sanidad, los servicios municipales, etcétera.

La explicación parece obvia. Suben aquellos sectores oligopolistas carentes de competitividad que chalanean con el poder político; suben todos los sectores controlados por los políticos, que en vez de centrarse en mejorar la administración eficiente de los servicios que gestionan, optan por la vía más fácil: subir los precios de los servicios o eliminarlos, y aumentar los impuestos y las tasas. O simplemente los hunden, como a las cajas.

Sorprendentemente, lo más urgente es desregularizar los servicios profesionales, un sector que ya es altamente competitivo, dado la cantidad de profesionales que hay y la escasez de trabajo que existe.— José Antonio Salvador.