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Los eurooptimistas quieren hacerse ver

Los federalistas europeos proponen una UE más unida y democrática como salida a la crisis

Una joven hace el signo de la victoria entre banderas europeas en Malta, en 2004.
Una joven hace el signo de la victoria entre banderas europeas en Malta, en 2004.Reuters

Es domingo por la noche en un animado café de Alcalá de Henares (Madrid). Alrededor de una mesa decorada con una banderita de la Unión Europea y unos cuantos folletos, una docena de personas participa en una tertulia organizada por la sección madrileña de los Jóvenes Federalistas Europeos (JEF). No todos son madrileños, ni todos son federalistas, ni siquiera todos son jóvenes. De hecho, solo tres de los presentes son miembros de pleno derecho de la asociación. Según Óliver Soto, el presidente de JEF España, que modera la reunión, esa era la meta del encuentro. “La asociación tiene dos objetivos", explica. "El primero es la difusión de la idea europeísta, porque hay un problema de desconocimiento de Europa. El segundo es fomentar las relaciones interculturales, organizando planes como tertulias como esta o excursiones”.

La popularidad de la Unión Europea está en horas bajísimas y el euroescepticismo, cuando no la abierta hostilidad hacia el proceso de integración europea, avanza por todo el continente. En esta situación, los eurooptimistas, a pesar de ser muy pocos, intentan mantener su confianza en que Europa “es la solución, y no el problema”, en palabras del exprimer ministro belga Guy Verhofstadt. Los JEF solo tienen una treintena de asociados en España, 30.000 en toda Europa, según la web de la organización.

La UE ha intentado convencer a todos, y ha acabado por no convencer a nadie Óliver Soto, JEF España

El tinerfeño Soto, licenciado en Ciencias Políticas y Periodismo y nacido en 1980, entró en los JEF en 2003 a través de un amigo, uno de los fundadores de la sección madrileña. Este activista es crítico con la forma en la que se está gestionando la Unión Europea. “El problema”, indica, “es que [la UE] ha intentado convencer a todo el mundo, lo que la ha llevado a no convencer a nadie”. El proceso de integración continental, a su entender, ha hecho énfasis en lo económico porque era lo más sencillo, políticamente hablando. “Recortar, desregular, simplificar, todo eso ha avanzado con relativa rapidez porque es mucho más sencillo organizar un consenso para ponerse en contra de algo”, considera, “mientras que construir instituciones paneuropeas requiere un nivel de compromiso y consenso mucho más difícil de alcanzar”. A pesar de creer en que existen responsabilidades políticas en la crisis europea, reconoce que la dificultad principal es una falta de mentalidad común: “Los propios europeos no nos reconocemos como tales, y eso nos lleva a tomar decisiones a corto plazo basadas en los intereses nacionales que a medio y largo plazo se vuelven en nuestra contra”.

"Nadie ha querido explicar lo que nos une"

El presidente de la principal asociación de federalistas, la Unión de Federalistas Europeos (UEF), el eurodiputado británico Andrew Duff, coincide con ese punto de vista. “La crisis económica, por su amplitud y por su larguísima duración, ha dejado en evidencia la incapacidad de los Gobiernos nacionales de resolver los problemas por sí mismos”, afirma. “Eso ha despertado en la ciudadanía una actitud de cinismo ante el papel de los partidos políticos tradicionales”, considera Duff. “No han sabido, o no han querido, explicar cuanto dependen los países europeos unos de los otros”. Esta interdependencia es consecuencia de la globalización que, según Duff, tampoco está bien explicada: “Gente como Tsipras [Alexis, líder del mayor partido de la oposición griega, el izquierdista Syriza] ataca la globalización como si pudiera hacer algo contra ella. La globalización no es algo que podamos elegir. Está aquí, y los países europeos no pueden enfrentarse por separado a los desafíos que presenta”.

Ya vivimos en una Europa globalizada: o ganamos juntos o perdemos por separado Pauline Gessant, JEF Europa

La presidenta de los Jóvenes Federalistas Europeos, la francesa Pauline Gessant, es más directa: “Ya vivimos en un mundo globalizado, así que o ganamos juntos o perdemos por separado". Esta licenciada en Políticas encabeza esta organización, que aglutina a más de 30 asociaciones similares de toda Europa, incluyendo la española. Gessant coincide con Duff en que uno de los motivos del frenazo europeo es que la actual generación de políticos no tiene la misma visión sobre la construcción europea que tenían sus antecesores, como Helmut Kohl o François Mitterand. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, declaró en una entrevista su desacuerdo con esa idea: “Los babilonios también decían hace 4.000 años que las nuevas generaciones ‘no eran como las de antes”

"Hay que sacar el europeísmo a la calle"

Pero desgranar los problemas de Europa es solo una parte de la ecuación. Para los eurooptimistas la solución empieza por impulsar una conciencia de ciudadanía europea. “Las técnicas de comunicación de la UE hasta ahora han sido demasiado tradicionales”, considera Soto. “Cuando se habla de 30.000 millones de euros casi nadie se hace a la idea de qué significa. Si se concreta el mensaje, explicando a los ciudadanos qué ganan o qué pierden con la ausencia de integración, los resultados son mucho mejores”. Gessant aboga por una respuesta menos institucional. “Hay que sacar el mensaje europeísta a la calle”, afirma, “llegar a los ciudadanos e influir en los medios de comunicación”. Y pone como ejemplo una campaña de firmas para pedir más federalismo, con el lema "¡Es hora de decidir, es hora de una federación europea!", organizada antes del Consejo Europeo del pasado 13 y 14 de diciembre.

Duff cree que las soluciones también pasan por que los partidos en el Parlamento Europeo pasen a ser algo más que meros grupos parlamentarios: “Necesitamos partidos federales, que compitan con y que superen a sus equivalentes nacionales”. El eurodiputado británico espera que las próximas elecciones europeas, en junio de 2014, sirvan para consolidar esa idea. Soto cree que solo se logrará recuperar la confianza de los ciudadanos en la democracia europea si se consigue que cada vez más instituciones de la UE sean elegidas directamente por los ciudadanos. 

A pesar de las dificultades, la esperanza de una Europa unida no desfallece entre los federalistas europeos. Gessant asegura con firmeza: “Yo quiero ser optimista. Lo necesito”.

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