Todo está cada vez más lejos
Nuestros nietos con el futuro en Canadá, los hijos en la ciudad enfrentándose a la realidad de una hipoteca con bajadas de salarios. A nosotros los jubilados de pueblo cada día nos alejan más de los servicios y no es que nos mudemos de casa.
El médico, la farmacia, la asistencia social a través de la teleasistencia... cada día estamos más lejos de todo.
Nuestros achaques de cada día ya no nos permiten las libertades de servirse y servir que antaño nos facilitaba el transporte propio. Todo nos lo ponen más lejano y muy caro para nuestras pobres pensiones. Ahora tocan las ambulancias ¿mañana?— José Balsa Pena
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