Ave Twitter purísimo
Menos mal que Benedicto XVI ha decidido subirse al tren de la modernidad. No esperar al 12 del 12 de 2012 para saludar a su Santidad como mandan los cánones
Anoche tuve un planazo de velada. Como está todo dios de puente antes de que los cercene Soraya previo permiso de Rouco, y ando más tiesa que Tita Thyssen antes de vender el Constable, en vez de ir otra vez al japo del barrio de sujetavelas de mi íntima y el novio, me compré en unos chinos un cirio propiamente dicho y me colé de oyente en la vigilia de la Inmaculada a ver si se me pegaba algo. De lo de inmaculada, no, víbora: vale que no recuerdo la última vez que hubo fiesta por esos pagos, pero esa membrana ya no me la recompone ni Monereo. De lo que andaba yo ávida es de la paz de los beatos. Esa serenidad, ese karma, ese levitar del que habla y no para Tamara desde que se cayó del Smart y se bajó los Evangelios al smartphone. A ver si así me convierto, pensé, y transformo en oblea buena la mala hostia que se me ha puesto al ver las revistas.
A poca sangre que te quede en las venas, te pones verde de envidia, roja de lujuria, blanca de ira, y ciega de avaricia con esas portadas. Como la pereza, la gula y la soberbia ya las llevo yo de serie, cae una en los siete pecados capitales sin salir del quiosco. Por no hablar del complejo que te entra. De pobre, de fea, de gorda, de gilipollas. Mira si no a esos príncipes Guillermo y Kate de Inglaterra anunciando al planeta que ella está preñada del heredero del heredero de su real abuela, su majestad la Reina, con esa sonrisa llena de piños y ese pelazo al viento. Bueno, esto último ella sola, porque él tiene poco que agradecerle a God en ese terreno. Y qué me dices de Rafa Medina y Laura Vecino, duques que dicen que son de Feria, saliendo de la Ruber con sus mellizos en brazos, niño y niña, faltaría más, la recién parida con unos pitillos blancos que no me pude poner yo ni cuando perdí una arroba con la Dukan. O de Carlota de Mónaco, haciendo la india por esos picaderos del mundo patrocinada de Gucci de arriba abajo. Dentera, es lo que dan, hablemos claro.
Convengamos, hermanos en la fe rosa, que, al lado de semejante pluscuamperfección pija, nuestras vidas de pobres de espíritu, y de lo otro, son un asquito, por mucho que digan los curas que para nosotros será el reino de los cielos. Vale que últimamente los royals andan de capa caída –esa Letizia repitiendo más conjuntos que Jesús Vázquez, esa Rania encerrada en palacio con sus modelazos cogiendo polvo, esa Charlene que no concibeniatiros–, vale que los ricos van así como de tapadillo, vale que han trincado a Díaz Ferrán con todo el equipo y un toblerone de colorao que para sí lo quisiera El Cigala para hacerse un crucifijo tamaño folio. Vale que luego acaben todos en el limbo purgando sus excesos, pero ¿y lo bien que se lo pasan hasta ese momento?
A por respuestas a todo esto fui a la quedada esa. Un tostonazo, tú. Una murga de tal calibre, que a su lado Radio María parece Loka FM. Menos mal que Benedicto XVI ha decidido subirse al tren de la modernidad y hacerse un Twitter. No puedo esperar al 12 del 12 de 2012 a las 12, para saludar a su Santidad como mandan los cánones: Ave Twitter Purísimo, ¿no? Le voy a brear a tuits, retuits y a favs, a ver si así me gano la gloria en vida, que la eterna ya me la tengo bien currada en este valle de lágrimas.
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