Dios no tiene aún 'guasap', pero las iglesias ya no son lo que eran

Tuve que frotarme los ojos para confirmar que no era una broma: el cura ha instalado ¡una máquina expendedora (de vending, dicen ahora los modernos) que suministra velas! Y encima, en siete idiomas. ¡Toma ya, luego dicen que la iglesia no se moderniza!

Aunque bien pensado, si existen máquinas expendedoras para comprar de todo: desde condones a hamburguesas, pasando por zapatillas o sushi. ¿Por qué no iba a haber una con velas para las ofrendas? No me extrañaría que estén inventado ya otra para comprar absoluciones, ¿os imagináis?: “Para pecados veniales, pulse 54; para pecados mortales, pulse 83. Para café cortado, pulse 15. Esta máquina no devuelve cambio. No se olvide de recoger su penitencia, gracias” (¡si Lutero levantara la cabeza!)

El caso es que publiqué ayer la foto en Twitter y la sorpresa fue que no estaba solo: de repente mi TL se llenó de aportaciones de amigos que también habían visto cosas nuevas en iglesias viejas. ¡Renovarse o morir! (si hasta Benedicto XVI tiene cuenta en twitter).

Estas son algunas de las innovaciones más curiosas que me llegaron:

Encender velas, ¡con SMS!

Lo de la máquina expendedora es del Jurásico comparado con esto. En la catedral de Santiago de Compostela enciendes velas virtuales ¡mandando un SMS con el mensaje mivelapilar03! Precio del mensaje: 1,39, IVA incluido. ¡Toma ya los obispos 2.0! La foto me la envió Sergio Foronda (@sforonda). Mónica Tudela (@MonicaTudelaP) también vio otra en la iglesia del Puerto de Santa María (Cádiz).

Donativos, ¡con VISA!

Por Internet ya circulaba una foto de una iglesia de Suecia con una máquina tipo cajero automático donde puedes dejar tu donativo a crédito. Pero no hay que irse tan lejos. También las hay en la catedral de León. Es lo que se llama un Cepill-o-matic. ¿aceptara American Express? ¿le mandara VISA a Dios un extracto mensual de la tarjeta? ¿cómo robará el monaguillo la calderilla? La foto la vi en el blog Las penas del agente Smith.

Los ángeles, fuera de cobertura

A lo largo de la historia los canteros han dejado marcas personales en su obra, acordes a los tiempos que corrían. Así que el que trabajó hace poco en esta iglesia de Holandano dudo en hacerle un restyling a los ángeles. Les colocó alas y un smartphone con tarifa plana de Internet. Los ángeles no tienen sexo, pero ¿tendrán cobertura en el cielo?

Donativos juntos, pero no revueltos

El cura de la iglesia de la Asunción, en Briones (La Rioja) aún no se ha comprado un Ipad ni tiene cuenta en twitter (como su jefe Benedicto XVI), pero es muy organizado. Si te equivocas a la hora de dejar tu moneda es porque se te olvidaron la gafas o tienes ganas de jorobar. Eso sí, como no andes un poco espabilado, empieza el sermón y tu estás aún decidiendo en qué ranura tienes que meter la dichosa moneda. La foto me la envió Wine Taste Lovers.

Relájate, Dios no tiene güasap (de momento)

El cartel fue visto por primera vez en una iglesia de Puebla (México), pero ha hecho fortuna entre los párrocos, hartos de que sus feligreses se les despisten en la homilía actualizando el Facebook. Efectivamente, Dios no te va a llamar al celular, así que apágalo cuando vayas a misa. Aunque los más gadgetodependientes aún dudarán: "¿Y si me manda un guasap?"

¿Quién contestará?

Este cepillo de una iglesia asturiana (la foto la publicó el periódico regionalLa Nueva España) engaña. Uno piensa que es muy off-line, tradicional, vamos. Pero al loro, es tecnología punta made in Silicon Valley: todas la ranuras tienen un destinatario claro del óbolo, pero fijaos bien en la de la izquierda: “Pregunte usted y vía le contestará”. Enigamático, pardiez. ¿Quién es Vía? ¿Qué contestará? Unos peregrinos de paso camino del santuario de San Veremundo, patrón de los viajeros, informaron que echaron una moneda y al instante recibieron un mensaje en su móvil, “vía La Caixa” descontándoles el donativo de su libreta de ahorros. ¡Viva la eficiencia parroquial!

El cantero que era del Athletic de Bilbao

En los años 70 la iglesia de Santa María la Mayor, de Trujillo (Cáceres), se vio sometida a obras de reforma por su lamentable estado de conservación. El cantero Antonio Serván remató uno de los capiteles de la torre con el escudo del Athletic de Bilbao, el club de sus amores, tallado a perpetuidad en piedra. Parece ser que la broma le costó un buen rapapolvos (en aquella época con las cosas de la iglesia no se jugaba): pero no sabemos si fue porque el Gobernador Civil de la provincia era más papista que el Papa o porque era de la Real Sociedad.