Gastos en cadena
Tengo, como todo el mundo, gastos mensuales domiciliados en una cuenta bancaria. Antes de la crisis, todos los bancos me ofrecían tarjetas de crédito para pagar con mayor facilidad, y si alguna vez me faltaba saldo en la cuenta, el banco cubría el pago hasta que lo solucionara sin mayor inconveniente. Ahora, el panorama dista bastante de esa escena idílica. Este mes, la empresa para la que trabajo no ha podido pagar mi nómina en la fecha habitual, y eso ha provocado que me retrase en el pago de mis recibos. Ahora, la comprensión de antes se torna en indiferencia, el banco no cubre y me cobra una comisión por el descubierto, y las empresas a las que pago el recibo tarde, me cobran penalizaciones, que en uno de los casos asciende al doble del importe del recibo. Tendremos que dar gracias a los bancos y las empresas por darnos lecciones de disciplina en estos tiempos.— Mario Fernández Vallejo.
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