Putin no es Superman
Los achaques del mandatario ruso dividen a los medios.- Unos hablan de dolencias leves; otros serias y el Kremlin habla de "un simple esguince"
A Vladímir Putin periódicamente le encanta dar una imagen de deportista y hombre dispuesto a pilotar aviones supersónicos, comandar submarinos o volar en ala delta a motor para guiar a desorientadas grullas siberianas, aunque a juzgar por algunas fotografías recientes, no es Superman y sufre de dolencias como cualquiera de los mortales.
Últimamente le aquejan problemas de espalda. Serios, según algunos medios, como el periódico Védomost, hasta el punto de que se ha visto obligado a cancelar varios viajes. Otras publicaciones, sin embargo, catalogan las dolencias de leves. De creer al Kremlin, se trataría de un simple desgarro muscular o de un esguince.
Que algo no andaba bien, quedó claro en la cumbre de Vladivostok, pocos días después de que volara en septiembre pasado en un ala delta con motor encabezando una pequeña bandada de grullas siberianas (Grus leucogeranus), rara especie que está en peligro de extinción. Allí, en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, se notaba que el mandatario ruso cojeaba.
La conclusión que sacó entonces la prensa es que Putin volvía a resentirse de un antiguo achaque. Dmitri Peskov, secretario de prensa del presidente, lo desmiente y sostiene que se trata de un simple desgarro muscular que sufrió practicando deportes.
En cuanto a los viajes al extranjero que no hizo –obligando a aplazar los eventos programados-, Peskov señala que técnicamente no se puede hablar de cancelación ya que estos no estaban anunciados, y que se realizarán cuando se tenga la seguridad de que se obtendrá de ellos los resultados que se esperaba. Pero algunas fuentes sostienen que la principal recomendación de los médicos es evitar los viajes en avión, que influyen negativamente en la columna vertebral.
Y el hecho de que el líder ruso prefiera ahora trabajar en su residencia de Novo-Ogoriovo, en las afueras de Moscú, y no en el Kremlin, se debe, asegura Peskov, a que Putin no quiere crearle problemas innecesarios a los automovilistas de la capital, que ya tienen suficientes atascos con el tráfico 'normal', los cuales se agravan cuando hay que cortar el tránsito para dar paso al cortejo presidencial. Esta última explicación es la que más ha divertido a los internautas.
Sea como fuere, es indiscutible que gran parte de la popularidad de Putin se debe a su imagen de líder abstemio, joven y fuerte, en contraste con el primer presidente de la Rusia poscomunista, Borís Yeltsin. Por ello, el tema de la salud se convertirá en «un fenómeno nuevo y difícil» para Putin, opina Alexéi Venedíktov, director de la emisora de radio Eco de Moscú. Putin trata de mantener la imagen de hombre sano y con todas las facultades físicas, pero, como hacen notar algunos analistas, ya ha cumplido los 60 años de edad y no hay vuelta atrás.
En cualquier caso, se trate de un problema en la columna o de un desgarro muscular, no le impiden a Putin cumplir con sus obligaciones presidenciales, y la televisión se esmera en mostrar cada día sus encuentros con funcionarios de distinto rango. La primera oportunidad de la prensa para examinar detenidamente y con sus propios ojos a Putin se presentará a mediados de mes, cuando está prevista la visita de la canciller alemana Angela Merkel.
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