¿A qué sabe Lana del Rey por dentro?
La cantante lanza una canción en la que dice que sus genitales saben a Pepsi-Cola. Entre otras consideraciones, me preocupa muchísimo el papel de la marca de refresco en todo esto
Como adicto a la cocina pop, me encanta coleccionar canciones que hablan de comida y bebida. El símil gastronómico ha dado juego a los compositores desde tiempo inmemorial: los más perezosos cayeron en la obvia comparación del amor con lo dulce –Sugar, sugar, Sugar and spice y todos los incontables sugars y honeys–, pero otros alumbraron letras con poderosas imágenes multisensoriales, como las del lisérgico Caramelo de limón, de Vainica Doble, o el venenoso Summer wine, de Nancy Sinatra.
Cuando ya me había relajado pensando que, en este terreno, nada podría superar la Fresa salvaje de Camilo Sesto, una mujer neoyorquina con cierto aire al pato Donald ha venido a perturbar mi paz. Lana del Rey, que quizá le suene a usted por Video games o por los trillones de artículos escritos sobre ella, lanza una canción en la que dice textualmente: “My pussy tastes like Pepsi-Cola”. Que, traducido, y perdonen la vulgaridad, significa “Mi coño sabe a Pepsi-Cola”. Después canta “mis ojos son anchos como una tarta de cerezas” y “tengo un gusto por los hombres mayores”, pero mi intuición periodística me dice que el titular está en la primera declaración.
Solo le pido a Dios que no cunda el ejemplo. No necesito saber a qué le sabe a ninguna cantante más. Lady Gaga, va por ti
Supongo que las cualidades organolépticas de los genitales no es el dato que más te apetece conocer de una persona, salvo que vayas a tener sexo oral con ella, claro. Pero si Lana ha querido contar al mundo que sus bajos son gloria bendita, no saldrá de mi teclado ni una crítica: a veces los artistas se expresan hasta límites supravaginales, y debemos aceptarlo como parte de su profesión.
Ahora bien, Cola, que así se llama la canción, me plantea algunas incógnitas importantes. ¿Por qué aparece en este momento? ¿Busca Del Rey el escándalo para volver a los medios y animar las ventas del disco? ¿O es un intento de desviar la atención de sus operados y muy comentados labios hacia, ejem, otros labios?
También me preocupa muchísimo el papel de Pepsi en todo esto. Mi yo conspiranoico apunta a que todo es una maniobra de la multinacional estadounidense para llevar al olvido el dicho viejuno de “se me hace el culo…” y ligar el producto a zonas más atractivas para el público. Mi yo sensato cree que no les habrá hecho mucha gracia que una cantante algo colgada asocie su vulva a la marca, que bastante tuvieron con patrocinar a Michael Jackson y que le acusaran de pedófilo.
A partir de aquí, solo le pido a Dios que no cunda el ejemplo. No necesito saber a qué le sabe a ninguna cantante más. Y eso, Lady Gaga, va por ti.
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