Friso de Holanda abre los ojos y sonríe
El hijo de la reina Beatriz, en coma desde febrero, muestra pequeños síntomas de actividad que los médicos todavía no se atreven a valorar
El príncipe Friso de Orange, segundo hijo de la reina Beatriz de Holanda, cumple 44 años. Es su primer cumpleaños en coma, situación en la que se encuentra tras el accidente de esquí sufrido el pasado febrero en Austria. La jornada ha sido calificada de “muy emotiva” por su hermano Guillermo, príncipe heredero holandés. Aunque no ha hecho comentarios sobre la evolución médica del paciente, este fin de semana ha trascendido que “abrió los ojos y esbozó un amago de sonrisa a su esposa, la princesa Mabel”. Lo dijo el arzobispo sudafricano, Desmond Tutu, en un informativo de la televisión holandesa. Está por verse la repercusión médica que ello pueda tener. O si se trató de un acto reflejo.
Friso fue sepultado por un alud de nieve mientras esquiaba en la estación de Lech (Austria). El accidente le produjo un paro cardíaco y los servicios de rescate tardaron 25 minutos en reanimarle. Según Tutu, Mabel le visita a diario en el hospital “y cuando se acercó a darle un beso él se movió”. Tutu y la princesa Mabel colaboraban en la organización The Elders, un centro de pensamiento que reúne a mandatarios internacionales por la paz y la defensa de los derechos humanos. Ella era la directora y el prelado, premio Nobel de la Paz en 1984, el presidente. Desde el accidente, Mabel ha abandonado el cargo para dedicarse por entero a su esposo.
Guillermo de Holanda ha aludido a Friso durante la presentación de la campaña anual de los Sellos de los Niños. Su recaudación se destina a mejorar la seguridad y desarrollo de menores desfavorecidos en todo el mundo, y esta vez, llevan la foto de las tres hijas de Guillermo y la princesa Máxima. Hace cuatro décadas, el príncipe Claus, padre de Guillermo, Friso y el tercer hermano, Constantino, hizo lo mismo. Emocionado por el paralelismo, Guillermo ha agradecido el apoyo del país en “momentos tan difíciles”.
Friso acudía con su familia desde pequeño a Lech y conoce bien el lugar. El día del accidente esquiaba fuera de pista y pudo ser desenterrado de la nieve gracias al dispositivo de detección que llevaba en el traje. Una vez constatada la gravedad de su estado, fue trasladado al hospital Wellington, en Londres, donde residía con su esposa e hijas. “Hablo con Mabel a menudo para decirle que pensamos en ella y la queremos. En este momento necesita mucho apoyo”, dijo Tutu.
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