Un alud sepulta 20 minutos al segundo hijo de Beatriz de Holanda
El príncipe Juan Friso fue localizado gracias a un GPS que llevaba en su anorak La reina se desplaza a Innsbruck
Johan Friso de Orange, segundo de los tres hijos de la reina Beatriz de Holanda, ha sufrido un grave accidente de esquí en la estación invernal austríaca de Lech, cuando fue sepultado por un alud de nieve a las 12,15 del mediodía. El lugar es muy querido por la familia real holandesa, que lo frecuenta desde hace décadas, y el príncipe salió a esquiar fuera de la pista y con tres acompañantes. A pesar de las advertencias del peligro avalanchas en la zona, se presume que el príncipe, excelente deportista, no llevaba un guía, como es obligado. El accidente se produjo por culpa de una lluvia de nieve que lo enterró durante veinte minutos. Sus tres amigos salieron ilesos. Los servicios de emergencia llegaron enseguida y lograron reanimarle a pie de pista. Luego le trasladaron el helicóptero a un hospital de Innsbruck donde ingresó, en estado crítico, en cuidados intensivos. El príncipe será mantenido en coma artificial durante 24 horas y aún no se sabe si padece daños cerebrales irreversibles. Bajo la nieve, pudo ser localizado gracias a que disponía en su anorak de un sistema de GPS..
Nada más conocerse los hechos, el servicio de información de la Casa Real holandesa informó del estado del príncipe. El primer ministro liberal, Mark Rutte, también se hizo eco, pero prefirió mantener la discreción hasta que los médicos comprueben la gravedad de las heridas. La televisión holandesa, que conectó en directo su primer canal para seguir lo ocurrido, barajó una fractura de cráneo y un coma por falta de oxígeno, entre los daños que podría sufrir. La reina Beatriz y la princesa Mabel, esposa de Friso, se trasladaron de inmediato a Innsbruck para acompañar al herido. Poco después, llegaron sus dos hermanos, Guillermo, el heredero, y Constantino. Desde hace varios días, las grandes nevadas caídas en Austria era noticia en Holanda.
Renuncia por amor
Nacido en Utrecht en 1968, tiene fama de inteligente e irónico. Cuando era niño, bromeaba con su hermano mayor, el príncipe heredero Guillermo, sobre lo duro que sería reinar y lo cómodo de su puesto en la línea sucesoria. Al contrario que en otras casas reales, Friso no pareció tener complejo de segundón. Junto con su hermano pequeño, Constantino, se ha llevado siempre bien con su familia. En especial con su padre, el fallecido príncipe Claus, que quería mucho a sus tres hijos. Friso tenía 12 años cuando Beatriz se convirtió en soberana, y aunque las cosas cambiaron, consiguieron tener una vida estable.
En 2003, anunció su matrimonio con Mabel Wisse Smit, una holandesa de buena familia. Al principio todo parecía ir bien. La reina presentó a la pareja y tuvo palabras muy halagadoras para su futura nueva. A las pocas horas, sin embargo, la vida de Friso y Mabel dio un vuelco. La joven mantuvo en su juventud una relación con Klaas Bruinsma, un niño bien convertido en el gánster más famoso del país. Tanto, que su apodo era El Padrino y murió tiroteado por sus enemigos. Según la futura princesa Mabel, solo fueron amigos. Jan Peter Balkenende, el entonces primer ministro democristiano no se quedó tranquilo y pidió más explicaciones. Poco después de una tensa entrevista, la situación estalló. Mabel y Bruinsma habrían tenido algo más que un leve roce amistoso y el Gobierno acabó por no pedir permiso al Parlamento para autorizar el enlace. Muy enamorado, el príncipe Friso renunció a la sucesión y desapareció de la Casa Real. No así de la familia real.
La pareja se casó en la ciudad de Delft el 24 de abril de 2004 y ella se desquitó del malestar provocado por su pasado eligiendo un modelo de novia rompedor firmado por Viktor y Rolf. El príncipe y la princesa Mabel viven en Londres y tienen dos hijas: las condesas Luana y Zaria, de siete y seis años, respectivamente.
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