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Se acabó eso de ganar siete millones de euros por película

Brad Pitt es uno de las pocas estrellas que reconoce que los sueldos de Hollywood también están en crisis

Brad Pitt, en Londres, en la presentación de su última película 'Killing them softly'.
Brad Pitt, en Londres, en la presentación de su última película 'Killing them softly'. CORDON PRESS

Los recortes también llegan a la meca del cine. Al menos eso lo que jura Brad Pitt. El actor ha revelado recientemente que su gremio también tiene que apretarse el cinturón. Según informa la BBC, se le escapó la risa cuando se le preguntó si todavía es posible que una estrella gane más de 10 millones de dólares (unos 7 millones de euros) por película. “Eso se acabó. Esa aritmética ya no funciona”, aseguró. Pitt, uno de los pocos actores que se ha atrevido a hablar de dinero, considera que la recesión ha propiciado una bajada de los sueldos de los actores de Hollywood. En su reflexión también hizo hincapié en las grandes producciones que compensan las pérdidas de otras y en el creciente interés por otros (y menos caros) talentos: “Estamos viviendo una época interesante porque a la vez se abre un vacío para que entren nuevos cineastas” añadió. Entre sus recientes trabajos, el estadounidense cuenta con producciones tan dispares como la ganadora de la Palma de Oro de Cannes El árbol de la vida, dirigida por Terence Malick y la película de animación Happy feet 2. Él asegura que elige sólo pensando en el papel y más adelante se preocupa de “equilibrar la parte económica, como hace todo el mundo”.

A pesar de que el intérprete y productor es considerado uno de los valores seguros de la industria cinematográfica, sus ganancias de 25 millones de dólares (19 millones de euros) en los últimos meses no le colocan entre los diez actores mejor pagados de la lista Forbes. Tom Cruise encabeza el ránking de este año con 75 millones de dólares, aproximadamente 57 millones de euros de beneficios, gracias al éxito de la última entrega de Misión Imposible. Le siguen a una considerable distancia Leonardo DiCaprio y Adam Sandler ambos con casi la mitad de ingresos.

La clasificación sugiere que las ganancias tienen más que ver con la visión comercial o el poder de negociación que con las simpatías del público. Una de las actuales estrategias que ayuda a las estrellas a mantener pagas millonarias consiste en acordar un menor sueldo por adelantado a cambio de una parte de los beneficios finales. Una técnica que claramente sólo funciona si se tiene olfato en predecir taquillazos.

La crisis económica internacional está sirviendo de justificación para que los grandes estudios frenen el poder de los actores. Desde que en 1963 Twentieth Century Fox accedió a pagar un millón de dólares a Elizabeth Taylor en la costosa Cleopatra, las remuneraciones de los protagonistas han ido in crescendo.

Durante las décadas de los ochenta y los noventa, el éxito de un intérprete se medía con la paga. Los héroes de acción que llegaron a percibir 25 millones de dólares por película, inflaron los sueldos en los peldaños más altos de la profesión y la fiebre de las secuelas propiciaron el incremento de los sueldos de sus protagonistas como condición para participar en cada entrega. La burbuja dio pie a producciones progresivamente menos arriesgadas.

Pero en la industria hay voces que demuestran que otro modelo económico es posible. Por ejemplo Clint Eastwood, que se precia de ajustar presupuestos en sus películas o George Clooney, que rebaja su salario habitual para participar en películas como Los descendientes.

Aún quedan actores que osan pedir cifras estratosféricas. Es el caso de Jude Law que, cuando recibe la oferta de un papel que no le interesa, requiere cifras millonarias para quitárselos de encima “Contestan que no pueden pagarme tanto y se marchan”, señaló en el estreno de Ana Karenina, su nuevo largometraje.

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