Nuevo curso político para la izquierda

El nuevo curso político debe ser el de la unidad de las fuerzas de izquierda, sin hipotecas históricas, sin culto a las siglas, sin purismos ni utopías. Urge trenzar alianzas y reinventar fórmulas que configuren una auténtica alternativa política de izquierdas capaz de enfrentar la tiranía de los poderes financieros e influir sobre el orden socioeconómico actual que, sin escrúpulos, empuja a grupos sociales y naciones enteras al desamparo colectivo. Pero las alternativas políticas de verdad no pueden fraguarse de un día para otro, y menos en el actual contexto socioeconómico, en el que se necesitan proyectos técnicos sólidos que avalen estrategias globales exitosas. De nada valen súbitos pactos perielectorales a base de retales programáticos y reparto de sillones. Los ciudadanos progresistas estamos hartos del fraccionamiento de la izquierda, de las corrientes partidistas ad personam, de las lealtades mal entendidas, del continuismo, de la resignación y de la improvisación. Ya es hora de que los partidos de izquierda reaccionen y cambien su rumbo, y con él, el de nuestro país. Podrían empezar por hacer un diagnóstico certero de las limitaciones y necesidades de nuestro país y diseñar una táctica ad hoc para conseguir una alternativa política nueva, digna de representar a una conciencia cívica mayoritaria. Si no aciertan en la estrategia, fracasará también la mayoría a la que representan y con ello, en el horizonte de 2020, el PP habrá instaurado un modelo de sociedad del que muchos habrán quedado al margen.— Francisco Pérez Sánchez.