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Miguel Boyer: “Gracias a mi mujer, me he salvado”

El exministro ofrece una entrevista exclusiva cinco meses después de la hemorragia cerebral Permaneció dos meses ingresado en la UCI

Isabel Preysler y Miguel Boyer en su domicilio.
Isabel Preysler y Miguel Boyer en su domicilio.Ballesteros (EFE)

Miguel Boyer ya se encuentra bien. El exministro socialista ha querido dejar constancia de que, cinco meses después de haber sufrido una hemorragia cerebral, su salud y su estado de ánimo están atravesando un buen momento. "He tenido mucha suerte", ha declarado en una entrevista exclusiva a la agencia EFE, que ha decidido dar cansado de que los persiguieran los paparazzi tras salir del hospital y que ha tenido lugar en su residencia, ublicada en la exclusiva zona de Puerta de Hierro, en Madrid.

Boyer ha agradecido a todos aquellos que lo han acompañado en estos duros momentos. A sus amigos, a sus médicos y a su familia. En especial a su mujer, Isabel Preysler, con la que ha estado casado durante 27 años y quien lo ha ayudado a superar este difícil trance. "Gracias a mi mujer, me he salvado”.

Con 73 años, el exministro ha atravesado un largo camino para su recuperación. Estuvo dos meses ingresado en la UCI de la Clínica Rúber de Madrid, donde pasó por una delicada intervención quirúrgica y posteriormente por sesiones de rehabilitación. El 23 de abril recibió el alta con un pronóstico médico “muy favorable”, "consciente" y "orientado". Pese a que ya camina sin la ayuda de las muletas o del bastón, el expolítico se somete cada día a una intensa rehabilitación, desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde. "Solo descanso el domingo, pero estoy encantado".

El que fuera ministro de Economía en el primer Gobierno socialista de Felipe González se muestra contento y accesible a contar lo ocurrido la noche del 28 de febrero, cuando una hemorragia cerebral le hizo temer por su vida. "La vida te puede cambiar en cuestión de segundos", reflexiona.

Gracias a mi mujer me he salvado

Si bien la rehabilitación le ocupa casi todas las horas del día, Boyer aún encuentra tiempo todas las mañanas para leer los periódicos e informarse de lo que ocurre en el mundo y en España. Y, por supuesto, también está pendiente de los mercados, las bolsas y la prima de riesgo. A pesar de que las noticias sean negras, él ve un futuro esperanzador para el país. "España logrará superar la situación en dos o tres años". Su mujer comenta el interés de su marido por el desarrollo de la campaña electoral y las elecciones francesas. "Está muy al tanto de lo que ocurre, de lo que está pasando", asevera la exmodelo.

Parece que el buen humor no se aparta del convaleciente marido de Isabel Preysler en los malos momentos. Ella cuenta cómo Boyer, al recobrar la consciencia en la UCI de la clínica, daba gracias a las enfermeras en inglés.  "Y eso que si hay un idioma que domina a la perfección es el francés", dice ella. Y añade que el sentido del humor es la mejor herramienta para afrontar este tipo de  situaciones. "Se encuentran las fuerzas. Siempre puedes, aunque creas al principio que no vas a poder con ello", concluye.

Durante la entrevista, Boyer no se cansa de agradecer el cariño que le han mostrado sus seres queridos. A los que le han visitado en la clínica y van a su casa para interesarse por su estado de salud, y a aquellos que han estado pendientes de que supere "poco a poco la situación". El exministro es consciente de que el proceso de recuperación será lento. “Pero por trabajar para lograrlo que no quede", dice entusiasmado. También tiene palabras de cariño  para el equipo médico del Rúber y los profesionales del centro Lescer que se ocupan de su rehabilitación. Para su hija, Ana, tiene un recuerdo especial. "No podía ir a la universidad, no se podía concentrar en las clases, preocupada por lo que le estaba ocurriendo a su padre”, dice contento.

Este año, Miguel Boyer no tendrá vacaciones, y se quedará en Madrid todo el tiempo. "No puede interrumpir la rehabilitación", apostilla Preysler. El expolítico se muestra feliz e invoca de nuevo a la suerte que lo ha acompañado durante estos meses. "He tenido mucha, mucha suerte, porque podría haber ocurrido algo más gordo...".

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