Una semana después, Boyer sigue grave

Miguel Boyer sigue grave. El exministro de Economía y Hacienda, de 73 años, ingresaba en el hospital Ruber de Madrid la madrugada del lunes 27 de febrero, después de sufrir una hemorragia cerebral. Ante la gravedad fue inmediatamente intervenido y se le practicó una craneotomía y una evacuación del hematoma intraparenquimatoso, según detalló en su momento Pedro Mata, doctor de la unidad de neurocirugía, en un comunicado por deseo expreso de la familia.

Más de una semana después su estado sigue sin mejorar en exceso. Fuentes del centro hospitalario han señalado que Boyer se someterá a nuevas pruebas a lo largo del día de hoy y también mañana por la mañana. Los facultativos emitirán un comunicado sobre su evolución mañana a las cinco de la tarde, según ha especificado un portavoz del Ruber. “En el estado en el que ingresó el señor Boyer con una hemorragia gravísima, casi mortal, la recuperación es muy lenta”, ha reconocido. El último parte médico fue facilitado el pasado 2 de marzo. En él se informaba que Boyer permanecía en la UCI, "siendo su evolución favorable", aunque persistía la situación "de gravedad". También señalaba que el exministro iba a continuar "bajos los efectos de sedación superficial" y "en la Unidad de Cuidados Intensivos durante los próximos días". 

Nacido en la localidad francesa de San Juan de la Luz el 5 de febrero de 1939, fue ministro de Economía y Hacienda con Felipe González entre 1982 y 1985, periodo en el que se produjo la expropiación del grupo Rumasa. Boyer, que abandonó el PSOE en 1996 tras apoyar públicamente el programa del PP, está casado con Isabel Preysler, con quien tiene una hija. En 2002 fue nombrado miembro del patronato de la Fundación FAES, fusión de las distintas fundaciones del Partido Popular, a propuesta del presidente del PP, José María Aznar. Actualmente es consejero de varias empresas, como Red Eléctrica o Reyal Urbis.

Isabel Preysler, muy afectada, visita cada día a su esposo, con quien se casó hace 26 años después de protagonizar uno de los affaires más sorprendentes de los ochenta. Tanto Ana, la única hija nacida de su matrimonio con Boyer, como Tamara Falcó —hija de su anterior marido, Carlos Falcó, marqués de Griñón—, están siendo claves para que su madre no se venga abajo.