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Merkel se va de marcha

La canciller alemana no se priva de sus vacaciones en las que alternará ópera y senderismo acompañada de su marido

Angela Merkel y su marido, Joachim Sauer, durante unas vacaciones en Italia.
Angela Merkel y su marido, Joachim Sauer, durante unas vacaciones en Italia.CORDON PRESS

Angela Merkel empezará sus días de asueto veraniego entre cantos wagnerianos, “como siempre”. También como siempre, la canciller alemana se niega a explicar adónde viajará este año después de pasarse dos horas y media escuchando El holandés errante en Bayreuth, cuya Verde Colina acoge el célebre Festival Richard Wagner desde 1876. Merkel asiste desde antes de convertirse en canciller (en 2005) a todas las representaciones inaugurales como preludio de su escapada estival, que este año empieza el 25 de julio.

Los portavoces del Gobierno y la propia canciller rechazan dar cualquier detalle del viaje posterior. Merkel se irá con su marido, el catedrático berlinés de Química Joachim Sauer. También se llevará su inseparable teléfono móvil, personal de seguridad y, probablemente, un asesor de Cancillería para tratar los posibles problemas que vayan surgiendo en los diez días que pasará fuera de Berlín.

Otros años, Merkel eligió el Tirol italiano como destino vacacional. Allí se habla alemán, no hace demasiado calor y, sobre todo, hay muchas montañas por las que pasear arriba y abajo. Aunque jamás lo anuncia de antemano, siempre se termina sabiendo por donde pasea Merkel en sus veranos. Pero una vez un paparazi la pilló corta de ropa en una playa italiana. En muchas más ocasiones se la ha visto por los escarpados Dolomitas, triscando junto a su marido por delante de los guardaespaldas.

Se malician los reporteros del cotilleo alemán que el profesor Sauer es mirado para el dinero, porque no suele viajar con ella cuando usa vehículos oficiales. Un vuelo en un jet de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) cuesta unos 1.300 euros al acompañante del dirigente que lo use. Cuando Merkel se mueve el avión oficial y el marido quiere acompañarla, reserva su vuelo en una línea aérea de bajo coste. Casi nadie reconoce al profesor Sauer fuera de los círculos periodísticos, políticos o científicos, de modo que puede volar con Easyjet sin que lo importunen.

Sauer y Merkel se casaron en diciembre de 1998. Se conocieron principios de los ochenta, cuando él era su jefe en el departamento de Física Teórica de la Academia de las Ciencias de la extinta República Democrática Alemana (RDA). Ambos estaban casados cuando empezaron a trabajar juntos. Angela, de soltera Kasner, conserva el apellido de su primer esposo Ulrich Merkel. Se divorciaron en 1982. Ulrich ha dicho que “no había otro hombre”. Pero su separación culminó apenas unos meses antes de que Sauer se separara de su primera mujer, con la que tiene dos hijos hoy en edad universitaria que se quedaron a vivir con ella.

Gerd Langguth, que es el más reconocido biógrafo de Merkel, ríe un poco cuando se le pregunta si ambos matrimonios fracasaron a causa de su encuentro: “Yo nunca he escrito eso”. Pero su libro parece sugerirlo. Merkel nunca ha tenido hijos. Según cuenta Langguth, convivía con Sauer desde mucho antes de casarse con él. Pero diversas críticas de conservadores y católicos en la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y de algunos obispos le animaron a formalizar la relación. Se habló de que había adoptado a los hijos de Sauer, pero nunca se confirmó. De lo que no cabe duda es de que no se los llevan de vacaciones, ni tampoco a la ópera de Bayreuth.

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