La meteórica carrera de la hija de un clérigo
Angela Dorotea Merkel, nacida el 17 de julio de 1954 en la ciudad hanseática de Hamburgo, hija del pastor protestante Horst Kasner y de la maestra Herlind Jentzsch, está a punto de culminar la carrera política más sensacional en Alemania desde el final de la II Guerra Mundial. Si la demoscopia no se equivoca y comete el mayor fallo de la historia de esta ciencia en Alemania, Merkel será la primera mujer canciller federal.
Merkel es mujer, divorciada, protestante y procede del Este, una ossi, que vivió 36 años de los 51 de su vida bajo la dictadura prusiano-estalinista de la difunta República Democrática Alemana. Semejantes características convierten a Merkel en la persona menos indicada para liderar la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), un partido dirigido siempre por hombres, con claro predominio de los católicos, asentado más bien en la mitad sur de Alemania y donde la condición de divorciado era hasta hace poco un obstáculo casi insalvable para llegar a la cumbre. Todas estas vallas ha saltado Merkel en su carrera hacia la cancillería que parece estar a punto de ganar.
Todos consideraban a Merkel la chica de Kohl, la minusvaloraron y eso favoreció su carrera
A los pocos meses de su nacimiento en Hamburgo, el pastor Kasner siguió los consejos de su Iglesia y se trasladó con su esposa y su hija a la RDA con la misión de difundir la palabra divina en un Estado ateo. Creció Merkel en un medio rural, la pequeña ciudad de poco más de 15.000 habitantes de Templin en Brandeburgo, marcada por su condición de hija de clérigo en un país comunista donde el control de la policía política encargada de velar por la seguridad del Estado, la Stasi, invadía todas las esferas de la vida de sus súbditos. Al definir las características más acusadas de Merkel, coinciden biógrafos y expertos en mencionar su desconfianza. Ésta se debe sin duda a su biografía personal, a la necesidad de llevar una doble vida durante muchos años en la RDA: por un lado, el ámbito familiar, y fuera, el control social que ejercía la omnipresente dictadura.
Bajo la presión familiar, la adolescente Merkel era una alumna brillante con sobresalientes en todo, menos en deporte, y que destacó de forma especial en ruso y matemáticas. Deseosa de huir del estrecho ambiente de Templin, en cuyo instituto aprobó la prueba de madurez, Merkel estudió y se graduó en Física en la Universidad de Leipzig, donde vivía en 10 metros cuadrados, y a los 23 años se casó con un compañero. El matrimonio se instaló en Berlín, pero no duró ni cinco años. Merkel se marchó de casa con la lavadora y el apellido de su primer marido, que todavía conserva. En 1986, Merkel se doctoró en Física con la tesis titulada "Cálculo de las constantes de velocidad de las reacciones elementales en el ejemplo de hidrocarbones simples".
Ingresó Merkel en las Juventudes Comunistas (FDJ), y ella cuenta que por esa época devoraba cuanto libro caía en sus manos: desde los autores occidentales Heinrich Böll y Günter Grass hasta los rusos Gogol, Bulgákov o Solzhenitsin. Merkel trabajaba en la Academia de las Ciencias de la RDA, donde un compañero de trabajo informaba a la Stasi de sus amoríos que "no suelen durar más de medio año". De una visita el 20 de agosto de 1982 junto con su delator a la casa paterna en Templin, el soplón informó a la central de que el pastor recibía paquetes con comida y vestidos del Oeste. No participó Merkel en las marchas y manifestaciones que aceleraron el derrumbe del régimen. Aquel histórico 9 de noviembre de 1989 en que se abrió el muro de Berlín se limitó a cruzar al oeste y entrar en una casa desde donde llamó a su tía de Hamburgo. Se separó de la muchedumbre que marchaba hacia el centro de Berlín Oeste, porque, según explica, "al día siguiente tenía que salir temprano a trabajar".
Tras la caída del muro, Merkel inicia su carrera política hacia la cumbre en el grupo Resurgimiento Democrático, que acabaría en la Democracia Cristiana (CDU), no sin antes sondear en los otros partidos. En la socialdemocracia (SPD) a Merkel le molestó el tuteo y el empleo del término compañero, porque le evocaba la dictadura. Su madre, sin embargo, entró en el SPD, en el que todavía permanece afiliada hoy día.
Desde su ingreso en la CDU, la carrera de Merkel se puede calificar de meteórica. Elegida el 2 de diciembre de 1990 diputada con un 48,5% de votos en su distrito, un 2,5% que los segundos votos conseguidos por la CDU en enero, el patriarca democristiano Helmut Kohl la designa ministra de la Mujer y la Juventud, un ministerio poco importante para cubrir con ella las cuotas de mujer y ossi. En 1994 volvió a ganar su distrito electoral y pasó a una cartera más importante, la de Medio Ambiente. Todos consideraban a Merkel como la chica de Kohl, la minusvaloraron y eso favoreció su carrera. Wolfgang Schäuble, el sucesor de Kohl en la presidencia de la CDU tras la derrota electoral de 1998, nombró a Merkel secretaria general del partido, la primera mujer en ese cargo. Con el escándalo de los donativos ilegales a la CDU, que se llevó por delante a Kohl y Schäuble, llegó la hora decisiva de Merkel. Con una evidente deslealtad hacia su presidente Schäuble publicó Merkel en el conservador Frankfurter Allgemeine, sin consultarle, un artículo firmado en el que pedía a la CDU librarse de Kohl. Nunca creyó Kohl que Schäuble no estuviese detrás de tal publicación. Las relaciones entre ambos se deterioraron de forma irreparable. Merkel se convirtió en la solución de compromiso para presidir el partido, la menos temida por los aspirantes al poder en el nido de víboras en que se había convertido la CDU.
En medio de su ascensión, encontró Merkel un hueco para casarse el 30 de diciembre de 1998 con el catedrático de química de la Universidad Humboldt de Berlín Joachim Sauer, divorciado y con dos hijos, con el que convivía desde hacía años. Un breve anuncio en el Frankfurter Allgemeine notificó la boda casi secreta. Sauer, que significa agrio en alemán, reacciona con acritud al menor intento de acoso periodístico. No soporta que se dirijan a él como Herr Merkel [señor Merkel] y no está dispuesto a representar el papel de consorte inútil si su esposa llega a canciller.
Desde la presidencia del partido, Merkel ha ejercido el mando con la frialdad de una experta en la física del poder. Todos los entrevistados para esta crónica coinciden en subrayar su condición de científica social frente a la formación típica de jurista o politólogo del político alemán al uso. Su biógrafo Gerd Langguth destaca como motivos del éxito de Merkel en la CDU su postura vital de "lanzar el guante y aprovechar el momento favorable", haber sido infravalorada, la suerte en diversas circunstancias y la "enorme cifra de cabelleras que arrancó". Con su aspecto inofensivo, Merkel ha mostrado una dureza implacable en el ejercicio del poder en el partido. Se ha comentado esta capacidad de la chica de Kohl con asombro y se dice: "Si se tira la Merkel a una piscina llena de pirañas, al poco tiempo sólo flotarían en el agua las espinas de las pirañas".
Dieter Schnaas escribió un excelente retrato de Merkel y la define como un lago glaciar en el que no se ve el fondo, y añade que nadie conoce sus motivos de actuación, "es probable que ni ella misma". Según Schnaas, se mueve Merkel según las reglas de la física cuántica de forma "absolutamente rápida y relativamente indefinida. Todo en su vida parece regirse por el principio del azar forzoso". El largo análisis llega a la conclusión: "Nadie conoce a Angela Merkel".
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