Río+20: comienza la cumbre oficial

Por Isabel Ortigosa, Responsable de Incidencia de InspirAction

Marcha indígena

Las negociaciones oficiales en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible entran hoy en su etapa final, con la llegada de los líderes politicos a Río de Janeiro. Brasil, Estado anfitrión de la Cumbre, ha presentado un nuevo borrador de lo que sería la declaración final. Un texto que muestra tímidos avances, aunque no supera el modelo de desarrollo basado en la búsqueda de crecimiento a toda costa, en un mundo que, todos lo sabemos, cuenta con recursos limitados.

El documento sigue estancado en la retórica, reconociendo y tomando nota de buenas intenciones, pero sin la ambición necesaria para fijar objetivos que nos lleven a ese “futuro que queremos”. Aunque no lo diga de forma explícita, el borrador sigue enfatizando el pilar económico del desarrollo sostenible, dejando los otros dos, el social y el ambiental, supeditados a éste. Habla de lucha contra la pobreza y la desigualdad, sin hacer referencia a sus causas y sin proponer cambios en las estructuras injustas que crean esta pobreza. Reconoce los resultados y principios de Río 92, olvidando que la materialización del principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas implica que los países industrializados y las grandes multinacionales asuman su deuda histórica con los pueblos del Sur y con la naturaleza. Habla de crecimiento verde, sin sugerir que llegó ya la hora de superar un modelo energético basado en los combustibles fósiles, y sin fijar objetivos ambiciosos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Invita a adoptar unos Objetivos de Desarrollo Sostenibles, sin concretar ni las fechas clave para el proceso, ni la metodología de seguimiento, ni la manera en la que se articularían con el proceso en torno al marco de desarrollo post 2015.

En resumen, a día de hoy no parece que haya muchas esperanzas de que los resultados de Río sean lo que todos esperamos. Pero quedan aún casi tres días, y ahora que el testigo de las negociaciones finales ha pasado a manos de los jefes de estado que ya han llegado a Río, todo es posible. Necesitamos una Declaración a la altura de las circunstancias, que responda a la necesidad urgente de actuar tanto ante la gravedad de la crisis medioambiental como ante el escándalo de la pobreza.

Leonardo Boff, el gran teológo brasileño de la liberación, insistía en la Cumbre de los Pueblos en que no avanzar ahora sería retroceder: “estamos al borde del abismo, y cuando despertemos podría ser demasiado tarde. Lo peor que podemos hacer es no hacer nada”

Parece casi cinismo, repetir una y otra vez que el mundo no puede esperar más. Se dijo ya en Río 92, y lo seguimos diciendo 20 años después. Lamentablemente, es cierto: no podemos permitirnos un Río+40. Llegó el momento de actuar, más allá de las palabras y las buenas intenciones.

Nota de los editores:

Podéis participar en el debate sobre RIO+20 en Twitter con #queesperasdeRio y seguir a Isabel Ortigosa y otra gente que se encuentra in-situ en la lista:https://twitter.com/#!/elpais_sociedad/rio-20