Estoy indignado

Estoy indignado por haber cotizado siempre y no tener dinero negro o cuentas en el extranjero y así poder beneficiarme de la amnistía fiscal. Estoy indignado porque se han construido aeropuertos y kilómetros de AVE que no se justifican por los requerimientos reales de la población; enojado porque tenemos un sistema bancario insaciable que ahora deja en la calle a personas sin recursos o que retiene (eso sí con un documento firmado que dice que fueron informados) las cuentas “preferentes” de muchos ciudadanos humildes; enfadado con aquellos economistas y escuelas de negocios que inflaron la situación real del país y cuya voracidad o incompetencia para prever lo que estaba pasando ha favorecido el caos actual.

Estoy indignado por los recortes en educación que, como siempre, van a repercutir mucho más en las clases más desfavorecidas; por los recortes en sanidad que se han basado en criterios económicos y no de salud y que van a afectar a las personas más vulnerables; por no poder pagar una mutua privada que me evite las largas listas de espera de la sanidad pública. Estoy harto de unos políticos que utilizan la crisis para hacer política de partido y no de Estado y que son incapaces de ver que la situación de crisis actual pasa por políticas de consenso.

Pero aunque estoy indignado, mañana, como muchos otros ciudadanos, me levantaré a la 5.30 de la mañana para ir a mi trabajo deseando hacerlo bien y esperando que el día no sea peor que hoy o que mi empresa no haga un ERE y confiando en que una luz ilumine a nuestros parlamentarios y les recuerde que un buen día este país decidió convertirse en un Estado social y de derecho, que reconoció el derecho al trabajo, a la educación y a la protección de la salud de todos los ciudadanos.— Andreu García Aznar.