La maternidad al desnudo, a escena
La maternidad al desnudo, a escena. En su dimensión privada. Lo que ocurre de puertas adentro en una pareja durante el periodo que comprende el año antes del nacimiento del primer hijo hasta que cumple uno o dos años. Es lo que la dramaturga Mar Monegal (Barcelona, 1980) ha puesto sobre el escenario del teatro Gaudí de Barcelona. Con Oxígen (Oxígeno) por título y un desparpajo que se agradece. Además ha acertado a contar este momento vital a través de dos parejas con valores distintos: unos más hippies (los actores Helena Bagué y Albert Mèlich), los otros más afines a lo convencional (Betsy Túrnez y Francesc Ferrer, geniales). Total, que entre el punto de vista de ellos, el de ellas, y los dos entornos sociales, la foto es increíblemente real. Tanto como para llorar de risa hasta caerte de la silla, o de pena cuando se narran momentos dramáticos.
La obra es una sucesión de escenas que todos los padres a) hemos protagonizado, b) hemos presenciado o c) nos han contado. Los nervios que se tornan en histeria de la pareja que no logra quedarse embarazada, el momento Predictor, leer de forma compulsiva durante el embarazo, compartir experiencias con otras parejas en nuestro estado, el momento nombre –con la familia propia y política acechando--, la visita de un día entero a Ikea y su contrastada capacidad de hacer tambalear los cimientos de cualquier pareja, las manoplas de la lista de ropita de bebé que piden los hospitales privados, el sexo durante el embarazo, el enriquecimiento del vocabulario con palabras como toxoplasmosis o calostro, el parto, la llegada a casa, los sentimientos contrariados del postparto, la desesperante escasez de horas de sueño, las primeras discusiones post bebé, los reproches de las madres hacia los padres, la primera juerga-borrachera de quien acaba de convertirse en madre, las escapadas de ellos, el desconcierto ante la vida profesional a partir de la nueva situación….
“Es la obra que me hubiera gustado ver cuando estaba embarazada, una gamberrada, porque normaliza situaciones que vives como un drama”, asegura Mar Monegal, que parió el texto teatral después de ser madre y soltar sobre un papel las escenas que ha puesto sobre el escenario: “Por ganas o necesidad de canalizar lo que sentía”. Entre el público hay parejas embarazadas, parejas con hijos pequeños, grupos de madres, grupos de padres y para sorpresa de la autora, “mucha gente joven”. “Les gusta el ritmo, de escenas cortas, con un espacio de múltiples usos gracias al uso de la escenografía, que evoluciona con la pareja: el espacio abierto que se cierra un poco, luego más, para volver a abrirse…, la dramaturgia evoluciona con los protagonistas”. Lo que menos abunda entre el público son las parejas de padres recientes. Lógico, están metidos justo en la vorágine que desfila en escena.
Mongal también destaca como factor clave del éxito de Oxígen el hecho de que como progenitor te invita a posicionarte: si teta o biberón, si Dalsy o Apiretal, si Bésame Mucho o Método Estivill, si en la cuna o colecho, si en casa o en la guardería…
Por compromisos profesionales de los actores, Oxígen solo ha podido prorrogarse hasta esta semana en el Teatre Gaudí. Pero no es descartable que vuelva, se traduzca o salte a la tele. Además, admite perfectamente segundas o terceras partes, a medida que los niños y sus padres crecen…
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