El derecho a elegir
Escuché atónita al actual ministro de Justicia la falacia de hablar de “el derecho de la mujer a la maternidad”. Más bien cabría decir imposición de la maternidad. Pues lo que está en juego es el derecho a elegir esa maternidad, es decir, el derecho a elegir ser, o no, madre. El derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, en suma.
¿Por qué no esperan, como en el caso de la ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, al pronunciamiento del Tribunal Constitucional?
Está claro que si los hombres se quedasen embarazados, el aborto habría sido plenamente legal desde la prehistoria, a cualquier edad y en cualquier circunstancia. ¡No faltaba más, que el hombre no fuera a decidir sobre su propio cuerpo!— Encarna Cabello.
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