Los padres de los amigos de mis hijos son ¿mis amigos?
Primero fue una visita al parque, después una tarde de cine, ahora vamos de fin de semana. ¿Hay que hacerse amigo de los padres de los amigos de tus hijos? Muchos lo hacen cuando sus hijos son pequeños. A algunos les cuesta más. Otros están encantados. Incluso hay quien piensa que conociendo al padre conocerás al hijo. El problema llega cuando tienes más de un hijo y se multiplican los padres y las madres de los amigos de tus hijos. Y entonces en un fin de semana tienes salida a la montaña con los padres de los amigos del mayor y el domingo por la tarde merienda con los padres de los amigos del menor. Con el primer hijo lo coges con muchas ganas. Ves lo feliz que está cuando montas un sarao con sus amigos del cole. Solo dura unos pocos años. Cuando crecen y quieres conocer a los padres de sus amigos entonces ya no te dejan. ¿Qué opinan los padres? ¿Hay que hacer nuevos amigos?
Imma, madre de dos hijos adolescentes: "No es necesario. Es importante conocerlos para concretar horas y salidas, preocupaciones y compartir inquietudes comunes".
Pili, madre de tres hijos menores de ocho años: "Lo que yo hago, o al menos intento, es conocer a las otras madres/padres... Hacerme ¿"amiga"??? ... Eso es más difícil, todo depende del concepto de "amiga" que tengas.… Creo que la falta de tiempo no nos acompaña, como siempre... pero intento hacer un esfuerzo!! El conocer a las madres es una forma de que en un momento de necesidad te ayuden o puedas ayudar a alguien.… Pienso realmente que es una necesidad la de conocer a los padres y madres de los amigos de tus hijos, normalmente, en función de como sean, el hijo también será de una u otra forma... La verdad es que tengo alguna amiga "más" gracias a mis hijos y me alegro de esto!!".
Javier, padre de dos hijos adolescentes: "De todos los padres de los amigos de mis hijos , sólo con unos nos vemos de vez en cuando; con el resto no, aunque mis hijos sí se siguen viendo con sus amigos del colegio, principalmente, de los amigos que hicieron con siete y ocho años, más que con los del bachillerato".
Blanca, madre de un hijo adolescente: "En mi opinión es un error en el que se cae sobre todo cuando los hijos/hijas son más pequeños. Y te das cuenta de ello cuando: Escenario 1: en la típica fiesta de cumpleaños se agota la conversación con los padres/madres a los cinco minutos. Escenario 2: cuando das más cuerda libertad- a tus propios hijos y ves que los padres de los otros no lo hacen. No sirve intentar conocerlos más porque si piensan de otra manera no hay nada que hacer. Escenario 3: Si los tipos de vida profesional y social son muy distintos expones a tu hijo/hija a que le miren como a un bicho raro 'claro, con esos padres', parece que piensan. Tener los teléfonos de contacto sí especialmente en la pre y adolescencia, pero empeñarte en ir de excursión, pues no".
María, madre de tres hijos: "Hay que tener un trato cordial con los padres de los amigos de tus hijos, pero es inevitable que algunos te caigan fatal (suelen ser los padres de los súper súper amiguísimos,) mientras que con otros con quien congenias más, no puedes evitar intentar potenciar la amistad de tu peque con el susodicho por aquello de que ya que vamos a quedar todos pues te entretienes tu también de pasada. Pero no hay que olvidar q son "sus" amigos y no tienen porqué ser los tuyos... Por otro lado, vale la pena congeniar por aquellas tardes de tranquilidad que te proporciona que tu hijo se vaya a casa del amiguete a jugar o incluso cuando vienen los amiguitos a nuestra casa y parece como que han desaparecido y no te requieren más que para merendar o para que les saques algún juguete especial para la ocasión”.
Irene, madre de un hijo de siete años: “Lo siento en el alma pero no tengo una especial relación con los padres de los amigos de mi hijo más allá de encontrarme y cruzar unas palabras cordiales en las fiestas de cumpleaños y en la puerta del colegio. Como a la mayoría, no me sobra el tiempo libre y prefiero disfrutarlo cuando lo tengo con amigos míos también con niños. Así disfrutamos todos y el círculo, al menos para él, también se amplía. No se si es egoísmo o no, pero los padres de los amigos de mi hijo no tienen que ser necesariamente mis amigos. No invento nada: ya existe una máxima que dice que los amigos de mis amigos no tienen por qué ser los míos. No se si hago bien pero quizá algún día mi hijo, cuando crezca, me lo reprochará”.
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