Nueva mirada médica a la Gioconda
La reciente aparición de la restaurada Gioconda del Prado, que se presentará en sociedad el próximo día 21 de febrero, atribuida a los discípulos predilectos de Leonardo de Vinci —a Francesco Melzi o a Andrea Salai—, invita a tener otra mirada sobre la salud de la esposa del florentino Francesco del Giocondo. Sin duda, nos ha proporcionado una apasionante comparación entre la Gioconda original del Louvre y la copia del Prado.
La Gioconda original tiene una abigarrada y sorprendente historia clínica, con diagnósticos de casi todas las especialidades médicas. Una nueva mirada clínica conlleva notables diferencias entre las, a priori, Giocondas gemelas.
En la Gioconda del Prado persiste un nódulo (probable lipoma) en el dorso de la mano derecha y un xantelasma (depósito de grasa) en párpado inferior izquierdo. Sin embargo, en mi opinión, se desvanece el diagnóstico de otras situaciones o enfermedades atribuidas a la Gioconda original. En la Gioconda del Prado, mucho más joven, no se advierten efectos hormonales del embarazo. La ausencia de acrocianosis (color azul o violáceo de partes acras) en manos, con mejillas sonrosadas no favorece la hipótesis de Marañón (insuficiencia ovárica y mano hipogenital). La joven Gioconda no tiene asimetría de las comisuras labiales, lo que va en contra de la parálisis facial periférica de Bell. Quizás los diagnósticos más descalificados son la alopecia universal y la esclerodermia. La Gioconda del Prado tiene cejas, implante de pelo poco sospechoso de peluca, boca no fruncida o constreñida, y piel sin aspecto tenso a adherente.
Del nuevo rostro y aspecto general de la Gioconda del Prado se esfuman hipótesis peregrinas como parkinsonismo, bruxismo,hipoacusia, trastorno obsesivo compulsivo, etilismo y hasta ¡oligofrenia!
Una ucronía. Si Freud volviera a ver la nueva sonrisa leonardesca de la Gioconda, quizás la hubiera atribuido a la madre del bello discípulo de Leonardo.
En tiempos de tribulaciones, por fin tenemos una buena noticia: una nueva Gioconda se ha despojado de su carga médica de más de 20 enfermedades. ¡Felicidades!— Francisco Javier Barbado Hernández. Jefe de Sección de Medicina Interna de Hospital Universitario la Paz de Madrid.
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