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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

“Ninguna ciudad puede resolverse con un museo”

Anatxu Zabalbeascoa

“Tengo la impresión de que antes de que la ciudad se vuelva fea, son las personas las que se afean”, asegura Paulo Mendes da Rocha en La ciudad es de todos, un nuevo título de la colección La Cimbra de la Fundación Caja de Arquitectos. El título de uno de los textos que recoge la antología de escritos y entrevistas al Pritzker brasileño da nombre también al libro. Entre los escritos reunidos por José María García del Monte se repiten cuatro ideas. Son más protestas que propuestas, pero cuando se duda sobre cómo actuar es fundamental tener claro al menos qué no se debe hacer. Tal vez por eso la vehemencia de Mendes da Rocha resulte reveladora.

Contra los centros culturales:

-Dejemos en paz la cultura. Lo que necesita la cultura es acceder a las escuelas y a las universidades y no esta sistemática elitización que estamos viviendo.

-Ninguna ciudad puede resolverse con un museo. El supremo museo es la propia ciudad.

-Se delega en la cultura la responsabilidad sobre edificios que se han abandonado, que tenían otros fines y que se pretenden transformar en centros de cultura. Sería mejor dejar la cultura en paz y responsabilizarse de los escombros de otro modo. Me parece más prometedor revitalizar esos emplazamientos creando nuevas industrias no contaminantes que la idea abstracta de un centro cultural. Nadie sabe qué diablos de cultura es esa.

-Los centros culturales desvirtúan lo que es verdadero en la idea de cultura. Detrás de esos centros veo solamente una idea elitista que sirve para imposibilitar transformaciones más prometedoras de la ciudad.

Contra las urbanizaciones cerradas:

-Una calle de barrio exclusivamente residencial a las cinco de la tarde es una cosa horrible. Solo hay ladridos de perros detrás de los muros, portones cerrados y la calle desierta. Por lo tanto lo que el enriquecimiento produce en el sujeto explotador de la ciudad es la necesidad de abandonarla.

-La mayor virtud de la escuela no está en un encerado o en una profesora, está en el hecho de ir a la escuela andando o en el metro para que se establezca la iniciación en la vida pública de ese joven.

-La autovía, construida para transportar mercancías se llena de idiotas que dicen vivir en una urbanización privada. ¿Privada de qué? Es privada porque es privativa: les pertenece solo a ellos. Pero también les priva de muchas cosas, como de que el estudiante de medicina se pueda enamorar de una bailarina. Eso no sucede en una urbanización privada.

Contra el consumismo:

-Es imposible hablar de arquitectura sin pensar en combatir la miseria. Tenemos que combatir la competitividad exacerbada y la visión inculta del mundo que lleva a un consumismo sin propósito.

-Tengo la impresión de que el futuro del mundo lo construirán los que vienen de abajo, los que comprenden las virtudes de la ciudad.

Contra los perros:

-La idea de la seguridad del condominio cerrado llevó a crear en la ciudad de Sao Paulo una inmensa población canina que come niños. Hace quince días, unos niños fueron devorados por perros. Los canes se están volviendo caprichosos y ya no comen cualquier cosa. Esa población canina debe de comer cada día más de lo que es necesario para alimentar a todos los niños que pasan hambre en la ciudad.

Comentarios

Me quedo con esta frase: Ninguna ciudad puede resolverse con un museo. El supremo museo es la propia ciudad.
Que buena pinta tiene el libro. Gracias por descubrirnoslo con esta reseña
¿En contra de los perros? Un ser vivo omnivoro cuando tiene hambre caza para alimentarse (niños o lo que sea comestible) se llama instinto de supervivencia. Ya se han dado casos de personas que han recurrido a ello en casos extremos, así que no creo que se lo podamos reprochar a un animal.El problema no es la existencia de perros en las poblaciones, el problema es la inexistencia de sanciones duras ante comportamientos irresponsables como dejar vagar y reproducirse libremente a una mascota o de maltrato, como no alimentarlos, así como la inexistencia de políticas efectivas para controlar y hacerse cargo de aquellos que carecen de familia.Luego está el tema de las urbanizaciones cerradas. Si no existiesen los índices de criminalidad que hay, tampoco existiría la necesidad de "encerrarse" en ellas.Este señor aporta "ideas" que funcionarían muy bien en una sociedad idílica, pero no en la realidad, tiempo y espacio en que vivimos.
joer, yo diría que la calle en sí ya es un museo. viviente. fascinante. oliente.
Pues si ( antes de ser campos de ruinas ) las urbes romanas no tenian museos...Y mira por donde eran "ciudades"....La cuestion fundamental seria : Era la villa Adriana una "gated community" con perros y pretorianos ? Cave canem !
Muy buena pinta, en este post, se ven mas realidades que en muchas horas de nuestra vida!
Excelentes y ajustadísimas frases de Paulo Mendes que son en si mismas una gran lección de urbanismo y de incivismo- - - Quiero aportar una mía: "Tener que coger el coche para ir a comprar un pan caliente es de gilipollas"
Toda una defensa de la ciudad auténtica: la de los encuentros.
Estas frases son el resumen de mi lucha diaria con la ciudad, concretamente con la ciudad brasileña. Porque, siento decirlo compañeros, en España se vive muy bien. Hay realidades incómodas que se repiten en muchas ciudades pero la Miseria de la que habla Mendes no la hay, y si la hay poco la vemos. Aquí la miseria está en la calle, todos los días, y el ciudadano privilegiado la ha asumido y transformado en un elemento más del mobiliario urbano. La naturalización de la miseria es algo aterrador. Los condominios cerrados con ochenta medidas de seguridad, los perros en carritos de bebé (sí, en carrito de bebé he visto uno saliendo de un restaurante dos semanas atrás en Sao Paulo) y la gente tirada en la calle como basura, son imágenes del día a día que la sociedad acepta como normales.La realidad de no utilizar la calle es muy seria. Aquí realmente NO se usa. En Madrid la gente va en metro, utiliza el transporte público, camina de un barrio a otro y se toma unas cañas en una terraza. Aquí no, eso está limitado a pequeños barrios privilegiados y las calles más selectas de cada ciudad. Esa situación es un oasis dentro de la jungla urbana.Aquí existe el miedo al prójimo y al que está en la mierda, porque probablemente será el que te asalte. Entonces comienza el maravilloso ciclo de la vida urbana: no salgas a la calle, quédate en casa, métete en el coche y conduce hasta el "shooping", un lugar cerrado y perfectamente seguro dónde no vas a correr ningún peligro, simplemente tendrás que consumir y ser asaltada de otra forma mucho más amable.Hace poco leía en un libro de estrategias de sustentabilidad basadas en ciudades brasileñas un capítulo titulado: "Los ricos que se creen pobres, y los pobres que de hecho lo son" . El ejemplo de aquellos ricos éramos los españoles.

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