Sindicatos y empresarios acarician el pacto de moderación salarial
La renuncia de la patronal a congelar los salarios en 2012 abre la puerta al acuerdo
Los sindicatos y la patronal ya tocan con la yema de los dedos el anhelado acuerdo de moderación salarial. Los agentes sociales están a punto de pactar una recomendación de subida máximas de sueldos del 0,5% en 2012, del 0,6% en 2013 y en 2014, aunque este último porcentaje podría cambiar si la situación económica mejora ostensiblemente el año que viene, algo que parece improbable, apunta varias fuentes de la negociación.
Las negociaciones han avanzado mucho en los últimos días, y no solo en el punto de la revisión de salarios. También en estructura de la negociación colectiva y cláusulas sobre la garantía de mantenimiento del poder adquisitivo de los sindicatos. No obstante, en este punto quedan flecos por limar, que tendrán que abordar los líderes de UGT, Cándido Méndez, CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y Juan Rosell, en sus inminentes citas. De hecho, fuentes sindicales advierten de que el acuerdo todavía no está cerrado y lo que falta puede dar al traste con el trabajo hecho hasta ahora.
La patronal había encarado estas negociaciones con la exigencia de que este año y el próximo se congelaran los salarios, a la vista de que la recesión ha vuelto. Esto alejaba el pacto, ya que los sindicatos están dispuestos a aceptar que los sueldos se moderen -que suban por debajo de la inflación- pero no a que se congelen o bajen. La CEOE acepta ahora subidas leves, siempre que en el pacto se recoja una recomendación de incremento máximo. La solución a la que ha llegado la redacción es que las subidas "no excederán el 0,5% en 2012", según el borrador que manejan los agentes sociales.
Para el año que viene, el aumento sería del 0,6%. En 2014, la subida podría llegar al 1% si en 2013 la economía española ya se ha recuperado y crece entre el 1% y el 2%, y llegar al 1,5% si el PIB crece en más del 2%. No obstante, y a la luz de las últimas previsiones que estiman que la recesión podría prolongarse hasta el año que viene, parece que estas opciones son improbables.
El pacto también aborda la estructura de la negociación colectiva. Este es uno de los asuntos que Mariano Rajoy puso sobre la mesa. Según fuentes de la negociación, aquí ambas partes han acordado impulsar los convenios de empresa desde los ámbitos superiores. No obstante, y pese a las presiones académicas y políticas para que se orillen los convenios provinciales, sindicatos y empresarios han acordado preservar este nivel de la negociación colectiva. "Es el ámbito donde hay más cobertura a los trabajadores", explican.
Con este pacto, los agentes sociales tratan de cerrar la puerta a que la reforma laboral que prepara el Gobierno meta mano en uno de los aspectos que ellos consideran que es de su exclusiva competencia: los convenios.
Uno de los caballos de batalla de esta ronda de negociaciones, las cláusulas de garantía salarial, es todavía uno de los flecos pendientes y que tendrán que resolver los líderes. Los sindicatos defienden que entre en vigor cuando se superen el objetivo máximo de inflación del Banco Central Europeo. Pero su funcionamiento cambia mucho del que tenía hasta ahora.
La indexación salarial, como se llama en ámbitos académicos a los citadas cláusulas, entrarían en funcionamiento cuando el IPC superara el 2% de inflación, pero no se recuperaría todo el poder adquisitivo como hasta ahora, si no las décimas que superaran ese porcentaje, según la propuesta sindical. Además, hay otros elementos a tener en cuenta que podrían evitar que se activara como la evolución de los precios energéticos.
La patronal, por su parte, quiere que las cláusulas entre en vigor cuando la inflación media española y la de la Unión Europea supere el objetivo del 2% del BCE. También hay diferentes posiciones acerca de si la compensación por la desviación sobre el IPC se tiene que consolidar en las tablas salariales o solamente quedarse en una paga compensatoria.
Los borradores del acuerdo salarial también contemplan mecanismos que agilicen la adopción de medidas de flexiblidad interna en las empresas. Así, tomando el ejemplo de los que ha sucedido en la firma del convenio de la construcción, sindicatos y patronal han pactado aconsejar que los convenios contemplen criterios objetivos a los que las empresas puedan acogerse para modificar condiciones laborales sustanciales como los horarios o la jornada.
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