Cupcakes o la perversión golosa
Llevo meses siguiendo el rastro a estos pastelitos americanos sin entender el éxito que cosechan en Europa. Ya sé que la serie “Sexo en Nueva York” los lanzó a partir de 2008 pero no me parece razón suficiente. En noviembre, cuando estuve en Nueva York, pasé por “Magnolia Bakery” (401 Bleecker Street) (www.magnoliabakery.com) el mítico santuario de los cupcakes, en cuya esquina se suelen organizar largas colas. Una pastelería de barrio que por la manera de funcionar me pareció bastante caótica. Probé uno de los más típicos que acentuó mi desencanto. Extremadamente dulce, cubierto de crema chantilly y sin ninguna gracia. Nada reseñable desde un punto de vista gastronómico. Y eso a pesar de que soy un goloso empedernido. Tampoco estamos ante una joya de la pastelería. Todo lo contrario. Hablamos de dulces caseros y hechos a mano, detalle que, sin duda, acentúa su encanto.
¿Qué son los cupcakes o pasteles de taza? Bizcochitos inequívocamente americanos surgidos a principios del XIX que en sus orígenes se horneaban en tazas de cerámica. Unos dicen que son magdalenas o muffins con cremas dulces encima. Otros, que son bizcochos individuales de harina y huevos que se adornan con cremas de mantequilla. Me da lo mismo, bombas de relojería con una enorme carga calórica.
Pastelitos muy dulces cuyos precios basculan entre 1,5 y 3 euros, según los modelos. Que la fiebre haya alcanzado a Inglaterra parece lógico, pero que avance irrefrenable por Francia y España me lo explico menos. Por casualidad pasé ayer por la tienda Cupcake Madrid (www.cupcakemadrid.com) donde me dijeron que cada vez tienen más éxito. Y me hablaron de las que existen en Valencia (www.cupcakevalencia.es) y Barcelona (www.cupcakesbarcelona.com) de diferentes propietarios. Supongo que la moda alcanza también a otros lugares.
¿Y en Francia? En uno de los escaparates de la tienda Louis Vuitton acabo de ver un bolso de lujo encima de un cupcake gigante. La semana anterior había recibido”La enciclopedia del chocolate” de los prestigiosos chocolates franceses Valrhona en la que figura una receta de cupcake deslumbrante. Y, casi sin respirar, recibo noticias de que Pierre Hermé (www.pierreherme.com), el galáctico pastelero parisiense ha trasladado los sabores de sus famosos macarons, como los cítricos con frutos secos o el denominado gusto Ispahán (lichis, rosas y frambuesas) a sus nuevos cupcakes en alza.
¿Qué empuja a los cupcakes que cabalgan a contracorriente de la última pastelería que tiende a rebajar la cantidad de azúcar y grasas?
Algo me dice que, precisamente, su carácter pervertidor, trasgresor y “pecaminoso”.
Cuando dos de las protagonistas de la serie “Sex and the City”, Carrie y Miranda pretenden ahogar sus penas sentimentales lo hacen relamiendo estos cupcakes que, además, incorporan ciertos matices de sensualidad porque es imposible comerlos sin mancharse los dedos http://www.youtube.com/watch?v=X5CJAXZxJXA
Como dice un cartelito expuesto en la tienda de Cupcake Madrid: “Resultan lo suficientemente grandes para darse un capricho pero lo bastante pequeños como para no sentirse culpable”
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