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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Cooperación: no vale cualquiera

Gonzalo Fanjul

En nuestra pequeña saga sobre el cambio de Gobierno, los recortes y la agenda política de los próximos años, nuestro blog ha sabido que en este momento todos los sables están en alto para la elección del nuevo Secretario/a General de Cooperación (un cargo nuevo) y del Director/a de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID). De acuerdo con la información publicada ayer por ABC, suenan con fuerza para estos cargos los nombres de Gonzalo Robles (exportavoz del PP en la Comisión de Cooperación del Congreso) y Juan López-Dóriga (diplomático y exdirector general de políticas de desarrollo), pero arrecian las presiones corporativas para que sean otros diplomáticos bien colocados los que ocupen estos cargos.

Sería una verdadera lástima que estas opciones no saliesen adelante. Ambos son profesionales sólidos que entienden la complejidad de las políticas de cooperación y desarrollo y que han trabajado durante años para mejorarlas. Son también personas dialogantes que han mantenido buenas relaciones con todos los sectores involucrados, incluyendo la sociedad civil. Les aseguro que estas son virtudes que no abundan en la órbita del PP.

La elección de los altos cargos de la Cooperación Española pone de manifiesto el dilema al que se enfrenta cualquier Gobierno durante sus primeros días de mandato: elegir a los mejores o ceder a la tradición tan española del “qué hay de lo mío”. No se trata de excluir a los diplomáticos (o a los técnicos comerciales, la otra tribu en liza) de estos puestos, pero tampoco de colocarlos con independencia de sus méritos. Más allá de cualquier otra consideración, lo cierto es que la formación de nuestro servicio exterior en materia de desarrollo es escasa tirando a nula. Este un sector profesional tan complejo como cualquier otro y su desarrollo exige la formación y la experiencia que se exigiría a un Director de Tributos o a un juez.

En el pasado se ha sugerido de forma recurrente la idea de un cuerpo de la Administración dedicado específicamente a estas tareas. Sinceramente, en un momento en el que el mérito principal de un miembro del Consejo de Ministros es haber aprobado la oposición con 24 años y haber vegetado en el partido durante otros 20, la idea de poblar las políticas de desarrollo de más funcionarios no me parece la más atractiva. Yo me conformaría con responsables políticos que entiendan que esto es algo más que un buen cargo.

Comentarios

Totalmente de acuerdo con vos, Gonzalo. Me parece fundamental la última oración. No hay responsabilidad, el único castigo para los políticos es salirse del gobierno y/o de su partido, no se los puede culpar salvo con la prensa y opinión social, no hay ética, ni conciencia ciudadana...ni en España, Europa, América....
La solucion puede comenzar desde aqui, no seria corta ni facil pero seria posible y gratificante. La cooperacion es una deuda pendiente con los que sufren por culpa de la historia.En mi opinion el sistema de asignacion de cargos por el gobierno deberia estar mas regulado. La asignacion por el simple echo de tener un carnet politico en lugar de titulos universitarios y la adecuada formacion para desempeñar tareas con innovacion y eficacia al maximo nivel es y deberia ser considerada CORRUPCION. Gonzalo, aun entendiendo que hay muchas limitaciones a la libertad de prensa, Tu, el Blog y los medios en general estais en una posicion privilegiada para hacer que la gente se pregunte si el sistema es tan democratico y effectivo como todos pensamos. La crisis economica que nos azota no tenia por que haber sido inevitable, es necesario para que el pais funcione sean aquellos que mas preparados esten los que tomen las decisiones. Es necesario que todos nos sintamos responsables de la situacion de tantos que sufren en nuestro pais y fuera, y comencemos a exigir que no se desperdicien tiempo y recursos en la tarea por motivos que pueden evitarse.
Otro más en el ataque furibundo al funcionariado. Los hay muchos y muy buenos trabajando en AECID que no han accedido sino por una oposición en la que han demostrado sus conocimientos y el tópico ese de los veinte años leyendo el MARCA ya está un poco pasado.Precisamente, en AECID hubo que hacer, tengo entendido una limpia de contratos administrativos renovados ad aeternum. Eso sí es demostrativo de muchas cosas.Un saludo,Jonás.
Gonzalo, los que nos dedicamos al mundo de la cooperación agradecemos enormemente espacios como el tuyo que abordan el profundo cambio que esta política está sufriendo con el cambio de gobierno, con un enfoque muy respetuoso destacando los elementos positivos y negativos de las noticias que nos llegan estos días. Sin embargo, he de decirte que hay asuntos que requieren quizás de un análisis más pormenorizado, que los trabajadores de la cooperación española esperamos de vosotros los periodistas. Por ello, prudencia con temas como el de los recursos humanos: la AECID es una agencia pública que debe gestionarse mayoritariamente con funcionarios públicos, para eso están, como ocurre con el resto de políticas públicas, recurriendo muy puntualmente a expertos, si es preciso, pero en términos generales deben aprovecharse los recursos públicos, diplomáticos, que sí tienen conocimientos en cooperación, haberlos hailos, y funcionarios de otros cuerpos, que demuestran en la AECID día a día su capacidad de trabajo en la materia. Pensar que es una política "tan compleja" como para que no puedan encargarse funcionarios sólo ha conducido a un despilfarro de dinero con contratos, en muchos casos a pseudo expertos, que además han pensado que tendrían por esa vía un derecho de acceso directo a la función pública. Los funcionarios que ya formamos parte d ela administraicón no suponemos ningún gasto extra y queremos trabajar para los ciudadanos, no nos despistemos con otros asuntos que sólo interesan a determinados colectivos que en estos días ven, por desgracia para ellos, peligrar sus puestos de trabajo.Gracias en todo caso por abrir este ámbito de reflexión
Hola, Ana. Muchas gracias por tu interés. Creo que no me he explicado bien: mi crítica iba dirigida a los 'cotos de caza' dentro de la Administración, que permiten a diplomáticos y técnicos comerciales repartirse los instrumentos de la ayuda como si fuesen perdices. Por supuesto que hay buenos funcionarios en la AECID y en otros ámbitos relacionados con la cooperación española.Dicho esto, sí estoy convencido de que la formación de los diplomáticos y de otros cuerpos del Estado se ajusta mal a las necesidades de este sector. Lo que es peor, muchos de ellos transitan por estos puestos mientras esperan una oportunidad mejor en una embajada y la mayoría considera estos asuntos una política menor. Y creo también que la Administración en general -y la cooperación en particular- debe ser mucho más permeable a la participación de expertos no funcionarios, y no me refiero a consultores paracaidistas. Estoy harto de ver a españoles que se han formado en las mejores universidades del mundo, cuentan con publicaciones aplicadas, tienen experiencia sobre el terreno y en organismos internacionales... pero carecen de cualquier oportunidad de poner ese valor al servicio de la cooperación oficial española. Los puestos abiertos a estas personas son mínimos y a menudo deben ponerse al final de una cola de 'aparatchiks' que han desarrollado su carrera en Ferraz, Génova o cualquier escuela de élite similar.Me dirás que con estas ideas tan peregrinas debería insertar un Adams en mis apellidos y mudarme al mundo anglosajón. No creas que no lo he pensado.Un saludo y gracias de nuevo por tu comentario.
La verdad es que el debate funcionario sí funcionario no esta ya muy manido, es cansino. Es lo que nos toca, estamos en España, con una administración pública de tipo burocrático, a la francesa, esto no es UK ni USA, y la AECID no es el DFID. Esto tiene su sentido, no creas, no hay nada más que ver cómo funcionan aquí los procesos competitivos de selección de personal en el ámbito de la cooperación; todo el mundo lo sabe, así que mejor ni hablamos. Así, creo, que limitar la arbitrariedad y el nepotismo a costa de una mayor rigidez es un precio que, me temo, aún tenemos que pagar aquí, por lo menos hasta que unos y otros dejen de enchufar a sus amiguitos. Una vez asumamos esto (esto es España y la AECID es Administración pública) llegará la hora de hacer propuestas realistas, como pensar en introducir especializaciones dentro de los cuerpos de la administración, como por ejemplo una rama "cooperación" en los temarios y la carrera de los TAC o de los DIPLO y, por ejemplo, otra de "desarrollo económico" en las de TECO; así mismo habría que exigir un periodo de permanencia en los puestos de la especialidad para evitar la alta rotación actual. Pensar en otra cosa es soñar despierto o por lo menos no ser constructivo, mejor cambiar el sistema desde el sistema que promover una revolución condenada al fracaso. En cuanto a esto de que abundan más ciertos valores o virtudes en un partido o en otro, solo invitarte a que eches un vistazo al Currículo del anterior Director de la AECID, o de la Sec. de Estado, para que veas cómo entienden algunos eso que dices tu de nombrar a "profesionales sólidos que entienden la complejidad de las políticas de cooperación y desarrollo y que han trabajado durante años para mejorarlas". Si yo en el fondo te entiendo, pero tenemos que trabajar para mejorar teniendo en cuenta el contexto, si no estamos condenados al fracaso. Y sí, si queremos trabajar en el sector de la cooperación desde el sector público español y no estamos dispuestos a estudiar una oposición, efectivamente, mejor irse a otro sitio.......
Buena entrada Gonzalo... apenas señalar que López-Dóriga no se caracterizó por una gestión precisamente brillante en DGPOLDE. Venía con buenas referencias como Embajador en Guatemala, pero como gestor demostró que el puesto le quedaba grande, y no supo crear equipo como sí hizo Milagros Hernando en los primeros años de la DGPOLDE... creo que podemos encontrar mejores nombres entre los profesionales de la cooperación... ah, estaría bien que estos altos cargos hablaran, al menos un poquito de inglés... abrazos
habria que ir mas alla y preguntarse si AECID realmente es una agencia de cooperacion, o una agencia de business y interes sobre todo politico. Se les lleno la boca con eso de la cooperacion cuando lo unico que hacen es lavar la cara para poder meter en el pais empresas espanyolas. Suponiendo que la cooperacion deberia de ser altruista....AECID se olvido e ello, dona a cambio de algo...es decir no dona.
Hola Ana, me gustaría responder a tu entrada en el blog puesto que me siento aludida por tu intervención. En primer lugar me gustaría decir, por mi conocimiento de la AECID, agencia en la que he trabajado durante varios años, que efectivamente sus funcionarios tienen capacidades de sobra y lo demuestran día a día. Esto no hace que labor de los expertos sea innecesaria, sino complementaria. Los "pseudo expertos", como por desgracia nos denominas, teníamos (y tenemos) una solvente formación en cooperación para el desarrollo en general y sus múltiples ámbitos de especialización, además de (en la mayoría de los casos) experiencia en "terreno" con ONGD u Organismos Internacionales, además de un hondo compromiso con lo que deberían ser los objetivos de la cooperación para el desarrollo: la lucha contra la pobreza y la defensa de los derechos humanos. Y más allá de esto, nunca hemos cuestionado la labor fundamental de los empleados públicos, como por desgracia si se hace con nosotros.Sería deseable, a mi juicio, que la AECID fuera un órgano público de gestión de la AOD, independiente del MAEC, y que la cooperación para el desarrollo fuera una política de estado en si misma, con objetivos ajenos a aquellos de la politica exterior; sólo así podríamos hablar realmente de ayuda desligada. En ese sentido, la reforma de la AECID fue una ocasión perdida para poder flexibilizar los mecanismos de contratación y contar con un equipo mixto de funcionarios, expertos como son (sois) en la gestión de la administración pública, y expertos en cooperación para el desarrollo. Actualmente el grueso de los puestos directivos de la AECID corresponden a personal diplomático que, una vez más a mi juicio, no deberían tener competencias en este ámbito, sino en el de la política exterior, que es a lo que se enfoca la carrera diplomática.En referencia a tu comentario sobre nuestra ambición de acceder a la función pública, he de sacarte de tu equívoco pues todas aquellas personas que demandamos a la AECID lo hicimos por contratación bajo fraude de ley y, como supongo que sabrás, la judicatura nos ha dado la razón. No era nuestro objetivo acceder a la función pública sino denunciar una situación irregular que llevábamos sufriendo en ocasiones años. Una situación en la que se nos contrataba como autónomos, pero se nos aplicaban las mismas condiciones laborales que al resto del personal de la Agencia, lo cual no podía resultar en mucho despilfarro pueso que, de esta manera la AECID se ahorraba la seguridad social de todos nosotros, así como vacaciones pagadas, bajas de maternidad, pagas extras, etc...y se aseguraba un cuerpo de expertos en su plantilla.A mi personalmente me parece triste que la administración pública cometa este tipo de irregularidades y me parece de suma importancia, como ciudadana y contribuyente, que toda aquella persona que se encuentre en una situación similar denuncie los hechos y los saque a la luz, contribuyendo a que tengamos una administración pública lo más transparente posible.Me produce bastante tristeza que haya personas que no entiendan esta situación y cargen contra los afectados antes que contra los infractores.Por último me gustaría agradecer y felicitar a Gonzalo Fanjul por este excelente blog, que muchos profesionales de la cooperación tenemos como referente imprescindible.
Elena, solo una pregunta para ver si tu comentario tiene mucho recorrido. ¿Nos puedes contar cómo fue el proceso de selección para contratar tus servicios de experta? ¿Nos puedes hacer un resumen, sincero, de cuáles son los procesos de selección de la generalidad de los expertos que trabajan en la AECID y no son funcionarios? ¿Me puedes rebatir que los Coordinadores Generales de las OTC no son puestos a dedo sin un verdadero proceso competitivo? Vamos a ser honestos, por favor. Con este sistema irregular, opaco, endogámico, no vamos a NINGUNA PARTE!
Por mi experiencia, Juan López-Dóriga es una excepción dentro de lo que afirmaba alguien más arriba: que, en general, para los miembros del cuerpo diplomático, la AECID es una forma de "hacer pasillo" más o menos agradable en lo que acceden a destinos más apetecibles para ellos. Coincidí con el en Guatemala y solo puedo tener buenas palabras y ya no solo por su calidad humana, sino por la habilidad y valentía con las que llevó temas potencialmente complicados (como, por ejemplo, el proceso abierto por la Audiencia Nacional por genocidio contra buena parte del establishment militar local). Yo personalmente, tratando temas delicados me sentí permanentemente apoyado por el, y eso se agradece. Y como director de DGPOLDE, solo se que en ese periodo se planificó mucho y bien, en particular en el área de cultura y desarrollo: se curraron herramientas válidas y se hizo un trabajo brillante.Por último, me hace mucha gracia la santa indignación ante cualquier insinuación sobre la valía de los funcionarios que trabajan en la Agencia. Hay de todo, pero el hecho es que, al menos en determinadas áreas, sin las asistencias técnicas y los becarios, el chiringuito se hundiría: ¿o qué pasó cuando en 2009 se echó, literalmente, de sus puestos de trabajo a ochenta personas que llevaban años trabajando con asistencias demenciales, sin convocatoria de plaza? ¿Ya no se acuerdan las y los que aquí ponen el grito en el cielo de lo que supuso perder a un grupo crítico de capital humano? ¿Y cual fue la reacción generalizada de los probos funcionarios? Pues romperse las manos a aplaudir, porque lo importante, según se leía en ciertos comunicados de ciertos sindicatos mayoritarios, no era la calidad del trabajo o la regularización de este colectivo, sino que las prebendas adquiridas por quienes habían tenido la suerte de pillar convocatoria y el mérito de sacar la plaza no se viesen disminuidas. Y ojo, que muchas funcionarias y funcionarios AECID son de lo mejor, pero otros muchos (y esto lo he visto yo con mis ojos) degradan con su nula ética laboral el mismo concepto de función pública. Gracias!
Totalmente de acuerdo con vos, Gonzalo. Me parece fundamental la última oración. No hay responsabilidad, el único castigo para los políticos es salirse del gobierno y/o de su partido, no se los puede culpar salvo con la prensa y opinión social, no hay ética, ni conciencia ciudadana...ni en España, Europa, América....
La solucion puede comenzar desde aqui, no seria corta ni facil pero seria posible y gratificante. La cooperacion es una deuda pendiente con los que sufren por culpa de la historia.En mi opinion el sistema de asignacion de cargos por el gobierno deberia estar mas regulado. La asignacion por el simple echo de tener un carnet politico en lugar de titulos universitarios y la adecuada formacion para desempeñar tareas con innovacion y eficacia al maximo nivel es y deberia ser considerada CORRUPCION. Gonzalo, aun entendiendo que hay muchas limitaciones a la libertad de prensa, Tu, el Blog y los medios en general estais en una posicion privilegiada para hacer que la gente se pregunte si el sistema es tan democratico y effectivo como todos pensamos. La crisis economica que nos azota no tenia por que haber sido inevitable, es necesario para que el pais funcione sean aquellos que mas preparados esten los que tomen las decisiones. Es necesario que todos nos sintamos responsables de la situacion de tantos que sufren en nuestro pais y fuera, y comencemos a exigir que no se desperdicien tiempo y recursos en la tarea por motivos que pueden evitarse.
Otro más en el ataque furibundo al funcionariado. Los hay muchos y muy buenos trabajando en AECID que no han accedido sino por una oposición en la que han demostrado sus conocimientos y el tópico ese de los veinte años leyendo el MARCA ya está un poco pasado.Precisamente, en AECID hubo que hacer, tengo entendido una limpia de contratos administrativos renovados ad aeternum. Eso sí es demostrativo de muchas cosas.Un saludo,Jonás.
Gonzalo, los que nos dedicamos al mundo de la cooperación agradecemos enormemente espacios como el tuyo que abordan el profundo cambio que esta política está sufriendo con el cambio de gobierno, con un enfoque muy respetuoso destacando los elementos positivos y negativos de las noticias que nos llegan estos días. Sin embargo, he de decirte que hay asuntos que requieren quizás de un análisis más pormenorizado, que los trabajadores de la cooperación española esperamos de vosotros los periodistas. Por ello, prudencia con temas como el de los recursos humanos: la AECID es una agencia pública que debe gestionarse mayoritariamente con funcionarios públicos, para eso están, como ocurre con el resto de políticas públicas, recurriendo muy puntualmente a expertos, si es preciso, pero en términos generales deben aprovecharse los recursos públicos, diplomáticos, que sí tienen conocimientos en cooperación, haberlos hailos, y funcionarios de otros cuerpos, que demuestran en la AECID día a día su capacidad de trabajo en la materia. Pensar que es una política "tan compleja" como para que no puedan encargarse funcionarios sólo ha conducido a un despilfarro de dinero con contratos, en muchos casos a pseudo expertos, que además han pensado que tendrían por esa vía un derecho de acceso directo a la función pública. Los funcionarios que ya formamos parte d ela administraicón no suponemos ningún gasto extra y queremos trabajar para los ciudadanos, no nos despistemos con otros asuntos que sólo interesan a determinados colectivos que en estos días ven, por desgracia para ellos, peligrar sus puestos de trabajo.Gracias en todo caso por abrir este ámbito de reflexión
Hola, Ana. Muchas gracias por tu interés. Creo que no me he explicado bien: mi crítica iba dirigida a los 'cotos de caza' dentro de la Administración, que permiten a diplomáticos y técnicos comerciales repartirse los instrumentos de la ayuda como si fuesen perdices. Por supuesto que hay buenos funcionarios en la AECID y en otros ámbitos relacionados con la cooperación española.Dicho esto, sí estoy convencido de que la formación de los diplomáticos y de otros cuerpos del Estado se ajusta mal a las necesidades de este sector. Lo que es peor, muchos de ellos transitan por estos puestos mientras esperan una oportunidad mejor en una embajada y la mayoría considera estos asuntos una política menor. Y creo también que la Administración en general -y la cooperación en particular- debe ser mucho más permeable a la participación de expertos no funcionarios, y no me refiero a consultores paracaidistas. Estoy harto de ver a españoles que se han formado en las mejores universidades del mundo, cuentan con publicaciones aplicadas, tienen experiencia sobre el terreno y en organismos internacionales... pero carecen de cualquier oportunidad de poner ese valor al servicio de la cooperación oficial española. Los puestos abiertos a estas personas son mínimos y a menudo deben ponerse al final de una cola de 'aparatchiks' que han desarrollado su carrera en Ferraz, Génova o cualquier escuela de élite similar.Me dirás que con estas ideas tan peregrinas debería insertar un Adams en mis apellidos y mudarme al mundo anglosajón. No creas que no lo he pensado.Un saludo y gracias de nuevo por tu comentario.
La verdad es que el debate funcionario sí funcionario no esta ya muy manido, es cansino. Es lo que nos toca, estamos en España, con una administración pública de tipo burocrático, a la francesa, esto no es UK ni USA, y la AECID no es el DFID. Esto tiene su sentido, no creas, no hay nada más que ver cómo funcionan aquí los procesos competitivos de selección de personal en el ámbito de la cooperación; todo el mundo lo sabe, así que mejor ni hablamos. Así, creo, que limitar la arbitrariedad y el nepotismo a costa de una mayor rigidez es un precio que, me temo, aún tenemos que pagar aquí, por lo menos hasta que unos y otros dejen de enchufar a sus amiguitos. Una vez asumamos esto (esto es España y la AECID es Administración pública) llegará la hora de hacer propuestas realistas, como pensar en introducir especializaciones dentro de los cuerpos de la administración, como por ejemplo una rama "cooperación" en los temarios y la carrera de los TAC o de los DIPLO y, por ejemplo, otra de "desarrollo económico" en las de TECO; así mismo habría que exigir un periodo de permanencia en los puestos de la especialidad para evitar la alta rotación actual. Pensar en otra cosa es soñar despierto o por lo menos no ser constructivo, mejor cambiar el sistema desde el sistema que promover una revolución condenada al fracaso. En cuanto a esto de que abundan más ciertos valores o virtudes en un partido o en otro, solo invitarte a que eches un vistazo al Currículo del anterior Director de la AECID, o de la Sec. de Estado, para que veas cómo entienden algunos eso que dices tu de nombrar a "profesionales sólidos que entienden la complejidad de las políticas de cooperación y desarrollo y que han trabajado durante años para mejorarlas". Si yo en el fondo te entiendo, pero tenemos que trabajar para mejorar teniendo en cuenta el contexto, si no estamos condenados al fracaso. Y sí, si queremos trabajar en el sector de la cooperación desde el sector público español y no estamos dispuestos a estudiar una oposición, efectivamente, mejor irse a otro sitio.......
Buena entrada Gonzalo... apenas señalar que López-Dóriga no se caracterizó por una gestión precisamente brillante en DGPOLDE. Venía con buenas referencias como Embajador en Guatemala, pero como gestor demostró que el puesto le quedaba grande, y no supo crear equipo como sí hizo Milagros Hernando en los primeros años de la DGPOLDE... creo que podemos encontrar mejores nombres entre los profesionales de la cooperación... ah, estaría bien que estos altos cargos hablaran, al menos un poquito de inglés... abrazos
habria que ir mas alla y preguntarse si AECID realmente es una agencia de cooperacion, o una agencia de business y interes sobre todo politico. Se les lleno la boca con eso de la cooperacion cuando lo unico que hacen es lavar la cara para poder meter en el pais empresas espanyolas. Suponiendo que la cooperacion deberia de ser altruista....AECID se olvido e ello, dona a cambio de algo...es decir no dona.
Hola Ana, me gustaría responder a tu entrada en el blog puesto que me siento aludida por tu intervención. En primer lugar me gustaría decir, por mi conocimiento de la AECID, agencia en la que he trabajado durante varios años, que efectivamente sus funcionarios tienen capacidades de sobra y lo demuestran día a día. Esto no hace que labor de los expertos sea innecesaria, sino complementaria. Los "pseudo expertos", como por desgracia nos denominas, teníamos (y tenemos) una solvente formación en cooperación para el desarrollo en general y sus múltiples ámbitos de especialización, además de (en la mayoría de los casos) experiencia en "terreno" con ONGD u Organismos Internacionales, además de un hondo compromiso con lo que deberían ser los objetivos de la cooperación para el desarrollo: la lucha contra la pobreza y la defensa de los derechos humanos. Y más allá de esto, nunca hemos cuestionado la labor fundamental de los empleados públicos, como por desgracia si se hace con nosotros.Sería deseable, a mi juicio, que la AECID fuera un órgano público de gestión de la AOD, independiente del MAEC, y que la cooperación para el desarrollo fuera una política de estado en si misma, con objetivos ajenos a aquellos de la politica exterior; sólo así podríamos hablar realmente de ayuda desligada. En ese sentido, la reforma de la AECID fue una ocasión perdida para poder flexibilizar los mecanismos de contratación y contar con un equipo mixto de funcionarios, expertos como son (sois) en la gestión de la administración pública, y expertos en cooperación para el desarrollo. Actualmente el grueso de los puestos directivos de la AECID corresponden a personal diplomático que, una vez más a mi juicio, no deberían tener competencias en este ámbito, sino en el de la política exterior, que es a lo que se enfoca la carrera diplomática.En referencia a tu comentario sobre nuestra ambición de acceder a la función pública, he de sacarte de tu equívoco pues todas aquellas personas que demandamos a la AECID lo hicimos por contratación bajo fraude de ley y, como supongo que sabrás, la judicatura nos ha dado la razón. No era nuestro objetivo acceder a la función pública sino denunciar una situación irregular que llevábamos sufriendo en ocasiones años. Una situación en la que se nos contrataba como autónomos, pero se nos aplicaban las mismas condiciones laborales que al resto del personal de la Agencia, lo cual no podía resultar en mucho despilfarro pueso que, de esta manera la AECID se ahorraba la seguridad social de todos nosotros, así como vacaciones pagadas, bajas de maternidad, pagas extras, etc...y se aseguraba un cuerpo de expertos en su plantilla.A mi personalmente me parece triste que la administración pública cometa este tipo de irregularidades y me parece de suma importancia, como ciudadana y contribuyente, que toda aquella persona que se encuentre en una situación similar denuncie los hechos y los saque a la luz, contribuyendo a que tengamos una administración pública lo más transparente posible.Me produce bastante tristeza que haya personas que no entiendan esta situación y cargen contra los afectados antes que contra los infractores.Por último me gustaría agradecer y felicitar a Gonzalo Fanjul por este excelente blog, que muchos profesionales de la cooperación tenemos como referente imprescindible.
Elena, solo una pregunta para ver si tu comentario tiene mucho recorrido. ¿Nos puedes contar cómo fue el proceso de selección para contratar tus servicios de experta? ¿Nos puedes hacer un resumen, sincero, de cuáles son los procesos de selección de la generalidad de los expertos que trabajan en la AECID y no son funcionarios? ¿Me puedes rebatir que los Coordinadores Generales de las OTC no son puestos a dedo sin un verdadero proceso competitivo? Vamos a ser honestos, por favor. Con este sistema irregular, opaco, endogámico, no vamos a NINGUNA PARTE!
Por mi experiencia, Juan López-Dóriga es una excepción dentro de lo que afirmaba alguien más arriba: que, en general, para los miembros del cuerpo diplomático, la AECID es una forma de "hacer pasillo" más o menos agradable en lo que acceden a destinos más apetecibles para ellos. Coincidí con el en Guatemala y solo puedo tener buenas palabras y ya no solo por su calidad humana, sino por la habilidad y valentía con las que llevó temas potencialmente complicados (como, por ejemplo, el proceso abierto por la Audiencia Nacional por genocidio contra buena parte del establishment militar local). Yo personalmente, tratando temas delicados me sentí permanentemente apoyado por el, y eso se agradece. Y como director de DGPOLDE, solo se que en ese periodo se planificó mucho y bien, en particular en el área de cultura y desarrollo: se curraron herramientas válidas y se hizo un trabajo brillante.Por último, me hace mucha gracia la santa indignación ante cualquier insinuación sobre la valía de los funcionarios que trabajan en la Agencia. Hay de todo, pero el hecho es que, al menos en determinadas áreas, sin las asistencias técnicas y los becarios, el chiringuito se hundiría: ¿o qué pasó cuando en 2009 se echó, literalmente, de sus puestos de trabajo a ochenta personas que llevaban años trabajando con asistencias demenciales, sin convocatoria de plaza? ¿Ya no se acuerdan las y los que aquí ponen el grito en el cielo de lo que supuso perder a un grupo crítico de capital humano? ¿Y cual fue la reacción generalizada de los probos funcionarios? Pues romperse las manos a aplaudir, porque lo importante, según se leía en ciertos comunicados de ciertos sindicatos mayoritarios, no era la calidad del trabajo o la regularización de este colectivo, sino que las prebendas adquiridas por quienes habían tenido la suerte de pillar convocatoria y el mérito de sacar la plaza no se viesen disminuidas. Y ojo, que muchas funcionarias y funcionarios AECID son de lo mejor, pero otros muchos (y esto lo he visto yo con mis ojos) degradan con su nula ética laboral el mismo concepto de función pública. Gracias!
Totalmente de acuerdo con vos, Gonzalo. Me parece fundamental la última oración. No hay responsabilidad, el único castigo para los políticos es salirse del gobierno y/o de su partido, no se los puede culpar salvo con la prensa y opinión social, no hay ética, ni conciencia ciudadana...ni en España, Europa, América....
La solucion puede comenzar desde aqui, no seria corta ni facil pero seria posible y gratificante. La cooperacion es una deuda pendiente con los que sufren por culpa de la historia.En mi opinion el sistema de asignacion de cargos por el gobierno deberia estar mas regulado. La asignacion por el simple echo de tener un carnet politico en lugar de titulos universitarios y la adecuada formacion para desempeñar tareas con innovacion y eficacia al maximo nivel es y deberia ser considerada CORRUPCION. Gonzalo, aun entendiendo que hay muchas limitaciones a la libertad de prensa, Tu, el Blog y los medios en general estais en una posicion privilegiada para hacer que la gente se pregunte si el sistema es tan democratico y effectivo como todos pensamos. La crisis economica que nos azota no tenia por que haber sido inevitable, es necesario para que el pais funcione sean aquellos que mas preparados esten los que tomen las decisiones. Es necesario que todos nos sintamos responsables de la situacion de tantos que sufren en nuestro pais y fuera, y comencemos a exigir que no se desperdicien tiempo y recursos en la tarea por motivos que pueden evitarse.
Otro más en el ataque furibundo al funcionariado. Los hay muchos y muy buenos trabajando en AECID que no han accedido sino por una oposición en la que han demostrado sus conocimientos y el tópico ese de los veinte años leyendo el MARCA ya está un poco pasado.Precisamente, en AECID hubo que hacer, tengo entendido una limpia de contratos administrativos renovados ad aeternum. Eso sí es demostrativo de muchas cosas.Un saludo,Jonás.
Gonzalo, los que nos dedicamos al mundo de la cooperación agradecemos enormemente espacios como el tuyo que abordan el profundo cambio que esta política está sufriendo con el cambio de gobierno, con un enfoque muy respetuoso destacando los elementos positivos y negativos de las noticias que nos llegan estos días. Sin embargo, he de decirte que hay asuntos que requieren quizás de un análisis más pormenorizado, que los trabajadores de la cooperación española esperamos de vosotros los periodistas. Por ello, prudencia con temas como el de los recursos humanos: la AECID es una agencia pública que debe gestionarse mayoritariamente con funcionarios públicos, para eso están, como ocurre con el resto de políticas públicas, recurriendo muy puntualmente a expertos, si es preciso, pero en términos generales deben aprovecharse los recursos públicos, diplomáticos, que sí tienen conocimientos en cooperación, haberlos hailos, y funcionarios de otros cuerpos, que demuestran en la AECID día a día su capacidad de trabajo en la materia. Pensar que es una política "tan compleja" como para que no puedan encargarse funcionarios sólo ha conducido a un despilfarro de dinero con contratos, en muchos casos a pseudo expertos, que además han pensado que tendrían por esa vía un derecho de acceso directo a la función pública. Los funcionarios que ya formamos parte d ela administraicón no suponemos ningún gasto extra y queremos trabajar para los ciudadanos, no nos despistemos con otros asuntos que sólo interesan a determinados colectivos que en estos días ven, por desgracia para ellos, peligrar sus puestos de trabajo.Gracias en todo caso por abrir este ámbito de reflexión
Hola, Ana. Muchas gracias por tu interés. Creo que no me he explicado bien: mi crítica iba dirigida a los 'cotos de caza' dentro de la Administración, que permiten a diplomáticos y técnicos comerciales repartirse los instrumentos de la ayuda como si fuesen perdices. Por supuesto que hay buenos funcionarios en la AECID y en otros ámbitos relacionados con la cooperación española.Dicho esto, sí estoy convencido de que la formación de los diplomáticos y de otros cuerpos del Estado se ajusta mal a las necesidades de este sector. Lo que es peor, muchos de ellos transitan por estos puestos mientras esperan una oportunidad mejor en una embajada y la mayoría considera estos asuntos una política menor. Y creo también que la Administración en general -y la cooperación en particular- debe ser mucho más permeable a la participación de expertos no funcionarios, y no me refiero a consultores paracaidistas. Estoy harto de ver a españoles que se han formado en las mejores universidades del mundo, cuentan con publicaciones aplicadas, tienen experiencia sobre el terreno y en organismos internacionales... pero carecen de cualquier oportunidad de poner ese valor al servicio de la cooperación oficial española. Los puestos abiertos a estas personas son mínimos y a menudo deben ponerse al final de una cola de 'aparatchiks' que han desarrollado su carrera en Ferraz, Génova o cualquier escuela de élite similar.Me dirás que con estas ideas tan peregrinas debería insertar un Adams en mis apellidos y mudarme al mundo anglosajón. No creas que no lo he pensado.Un saludo y gracias de nuevo por tu comentario.
La verdad es que el debate funcionario sí funcionario no esta ya muy manido, es cansino. Es lo que nos toca, estamos en España, con una administración pública de tipo burocrático, a la francesa, esto no es UK ni USA, y la AECID no es el DFID. Esto tiene su sentido, no creas, no hay nada más que ver cómo funcionan aquí los procesos competitivos de selección de personal en el ámbito de la cooperación; todo el mundo lo sabe, así que mejor ni hablamos. Así, creo, que limitar la arbitrariedad y el nepotismo a costa de una mayor rigidez es un precio que, me temo, aún tenemos que pagar aquí, por lo menos hasta que unos y otros dejen de enchufar a sus amiguitos. Una vez asumamos esto (esto es España y la AECID es Administración pública) llegará la hora de hacer propuestas realistas, como pensar en introducir especializaciones dentro de los cuerpos de la administración, como por ejemplo una rama "cooperación" en los temarios y la carrera de los TAC o de los DIPLO y, por ejemplo, otra de "desarrollo económico" en las de TECO; así mismo habría que exigir un periodo de permanencia en los puestos de la especialidad para evitar la alta rotación actual. Pensar en otra cosa es soñar despierto o por lo menos no ser constructivo, mejor cambiar el sistema desde el sistema que promover una revolución condenada al fracaso. En cuanto a esto de que abundan más ciertos valores o virtudes en un partido o en otro, solo invitarte a que eches un vistazo al Currículo del anterior Director de la AECID, o de la Sec. de Estado, para que veas cómo entienden algunos eso que dices tu de nombrar a "profesionales sólidos que entienden la complejidad de las políticas de cooperación y desarrollo y que han trabajado durante años para mejorarlas". Si yo en el fondo te entiendo, pero tenemos que trabajar para mejorar teniendo en cuenta el contexto, si no estamos condenados al fracaso. Y sí, si queremos trabajar en el sector de la cooperación desde el sector público español y no estamos dispuestos a estudiar una oposición, efectivamente, mejor irse a otro sitio.......
Buena entrada Gonzalo... apenas señalar que López-Dóriga no se caracterizó por una gestión precisamente brillante en DGPOLDE. Venía con buenas referencias como Embajador en Guatemala, pero como gestor demostró que el puesto le quedaba grande, y no supo crear equipo como sí hizo Milagros Hernando en los primeros años de la DGPOLDE... creo que podemos encontrar mejores nombres entre los profesionales de la cooperación... ah, estaría bien que estos altos cargos hablaran, al menos un poquito de inglés... abrazos
habria que ir mas alla y preguntarse si AECID realmente es una agencia de cooperacion, o una agencia de business y interes sobre todo politico. Se les lleno la boca con eso de la cooperacion cuando lo unico que hacen es lavar la cara para poder meter en el pais empresas espanyolas. Suponiendo que la cooperacion deberia de ser altruista....AECID se olvido e ello, dona a cambio de algo...es decir no dona.
Hola Ana, me gustaría responder a tu entrada en el blog puesto que me siento aludida por tu intervención. En primer lugar me gustaría decir, por mi conocimiento de la AECID, agencia en la que he trabajado durante varios años, que efectivamente sus funcionarios tienen capacidades de sobra y lo demuestran día a día. Esto no hace que labor de los expertos sea innecesaria, sino complementaria. Los "pseudo expertos", como por desgracia nos denominas, teníamos (y tenemos) una solvente formación en cooperación para el desarrollo en general y sus múltiples ámbitos de especialización, además de (en la mayoría de los casos) experiencia en "terreno" con ONGD u Organismos Internacionales, además de un hondo compromiso con lo que deberían ser los objetivos de la cooperación para el desarrollo: la lucha contra la pobreza y la defensa de los derechos humanos. Y más allá de esto, nunca hemos cuestionado la labor fundamental de los empleados públicos, como por desgracia si se hace con nosotros.Sería deseable, a mi juicio, que la AECID fuera un órgano público de gestión de la AOD, independiente del MAEC, y que la cooperación para el desarrollo fuera una política de estado en si misma, con objetivos ajenos a aquellos de la politica exterior; sólo así podríamos hablar realmente de ayuda desligada. En ese sentido, la reforma de la AECID fue una ocasión perdida para poder flexibilizar los mecanismos de contratación y contar con un equipo mixto de funcionarios, expertos como son (sois) en la gestión de la administración pública, y expertos en cooperación para el desarrollo. Actualmente el grueso de los puestos directivos de la AECID corresponden a personal diplomático que, una vez más a mi juicio, no deberían tener competencias en este ámbito, sino en el de la política exterior, que es a lo que se enfoca la carrera diplomática.En referencia a tu comentario sobre nuestra ambición de acceder a la función pública, he de sacarte de tu equívoco pues todas aquellas personas que demandamos a la AECID lo hicimos por contratación bajo fraude de ley y, como supongo que sabrás, la judicatura nos ha dado la razón. No era nuestro objetivo acceder a la función pública sino denunciar una situación irregular que llevábamos sufriendo en ocasiones años. Una situación en la que se nos contrataba como autónomos, pero se nos aplicaban las mismas condiciones laborales que al resto del personal de la Agencia, lo cual no podía resultar en mucho despilfarro pueso que, de esta manera la AECID se ahorraba la seguridad social de todos nosotros, así como vacaciones pagadas, bajas de maternidad, pagas extras, etc...y se aseguraba un cuerpo de expertos en su plantilla.A mi personalmente me parece triste que la administración pública cometa este tipo de irregularidades y me parece de suma importancia, como ciudadana y contribuyente, que toda aquella persona que se encuentre en una situación similar denuncie los hechos y los saque a la luz, contribuyendo a que tengamos una administración pública lo más transparente posible.Me produce bastante tristeza que haya personas que no entiendan esta situación y cargen contra los afectados antes que contra los infractores.Por último me gustaría agradecer y felicitar a Gonzalo Fanjul por este excelente blog, que muchos profesionales de la cooperación tenemos como referente imprescindible.
Elena, solo una pregunta para ver si tu comentario tiene mucho recorrido. ¿Nos puedes contar cómo fue el proceso de selección para contratar tus servicios de experta? ¿Nos puedes hacer un resumen, sincero, de cuáles son los procesos de selección de la generalidad de los expertos que trabajan en la AECID y no son funcionarios? ¿Me puedes rebatir que los Coordinadores Generales de las OTC no son puestos a dedo sin un verdadero proceso competitivo? Vamos a ser honestos, por favor. Con este sistema irregular, opaco, endogámico, no vamos a NINGUNA PARTE!
Por mi experiencia, Juan López-Dóriga es una excepción dentro de lo que afirmaba alguien más arriba: que, en general, para los miembros del cuerpo diplomático, la AECID es una forma de "hacer pasillo" más o menos agradable en lo que acceden a destinos más apetecibles para ellos. Coincidí con el en Guatemala y solo puedo tener buenas palabras y ya no solo por su calidad humana, sino por la habilidad y valentía con las que llevó temas potencialmente complicados (como, por ejemplo, el proceso abierto por la Audiencia Nacional por genocidio contra buena parte del establishment militar local). Yo personalmente, tratando temas delicados me sentí permanentemente apoyado por el, y eso se agradece. Y como director de DGPOLDE, solo se que en ese periodo se planificó mucho y bien, en particular en el área de cultura y desarrollo: se curraron herramientas válidas y se hizo un trabajo brillante.Por último, me hace mucha gracia la santa indignación ante cualquier insinuación sobre la valía de los funcionarios que trabajan en la Agencia. Hay de todo, pero el hecho es que, al menos en determinadas áreas, sin las asistencias técnicas y los becarios, el chiringuito se hundiría: ¿o qué pasó cuando en 2009 se echó, literalmente, de sus puestos de trabajo a ochenta personas que llevaban años trabajando con asistencias demenciales, sin convocatoria de plaza? ¿Ya no se acuerdan las y los que aquí ponen el grito en el cielo de lo que supuso perder a un grupo crítico de capital humano? ¿Y cual fue la reacción generalizada de los probos funcionarios? Pues romperse las manos a aplaudir, porque lo importante, según se leía en ciertos comunicados de ciertos sindicatos mayoritarios, no era la calidad del trabajo o la regularización de este colectivo, sino que las prebendas adquiridas por quienes habían tenido la suerte de pillar convocatoria y el mérito de sacar la plaza no se viesen disminuidas. Y ojo, que muchas funcionarias y funcionarios AECID son de lo mejor, pero otros muchos (y esto lo he visto yo con mis ojos) degradan con su nula ética laboral el mismo concepto de función pública. Gracias!

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