Arquitectura de los sentidos
FOTOS: Fernando Alda
Juan Domingo Santos ha construido en Lanjarón, al sur de Sierra Nevada, un Museo del Agua que busca provocar sensaciones y, a la vez, preservar de la especulación urbanística esa zona del pueblo. El museo está ubicado en el antiguo matadero, junto al lavadero y rozando restos de molinos que aparecieron durante la obra, convirtiendo el momento de la construcción en un tiempo de descubrimiento y de investigación arqueológica. Pero hay más historia que la que brotó de los cimientos en el proyecto. Reciclaje, reutilización y referencias se combinan en los elementos que cosen el museo formando un recorrido que arranca en la sierra, en el río que da nombre al pueblo, bifurca las aguas para que éstas atraviesen el museo y las devuelve al cauce tras haber ralentizado su recorrido convirtiendo una parte del caudal en agua observada.
Compitiendo en tacto con esa presencia, un pavimento de troncos de eucalipto (recogidos de los árboles vencidos por el viento) forra el suelo de la plaza de los naranjos, un espacio inundable donde concluye el recorrido del agua antes de que ésta regrese al río. Esa es la parte más visualmente táctil de todo el proyecto. Si en el interior del hito de madera la atmósfera era de recogimiento y penumbra, como de baño musulmán, las sensaciones que despierta este suelo tosco varían con el agua. Todo el museo es un notable esfuerzo por tratar de explicar el agua con la sutileza, la fuerza y la transparencia del elemento.
La paradoja del proyecto, que consiguió el Gran Premio Enor de Arquitectura la semana pasada, es tener que recurrir a las imágenes para explicar la fuerza del agua. Aunque este dato podría ser una cuestión más museística que arquitectónica, sorprende que la pieza final, la que culmina un sutil recorrido por las acequias y el movimiento, termine en una proyección sobre un vidrio, aunque éste emerja del suelo inundado. Ante un edificio así uno no puede dejar de preguntarse hasta qué punto todo es museable. La pantalla de vidrio sobre la lámina de agua que sirve para proyectar imágenes del agua habla, pero ¿para qué proyectar una imagen de algo que se puede tocar?
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.