Cubierta fotovoltaica en Figueres
FOTOS: Xavier de Cáceres
Los martes, los jueves y los sábados son día de mercado en Figueres. Los comerciantes despliegan sus puestos de frutas y verduras bajo la antigua cubierta de la Plaça del Grà y, desde hace unas semanas, bajo la nueva cubierta fotovoltaica de la Plaça Catalunya que les protege de la lluvia y les ofrece sombra en los días de verano. El ayuntamiento de esta ciudad firmó el compromiso de los alcaldes españoles para hacer sus ciudades sostenibles. Y con la implantación de esta cubierta, que proporcionará un ahorro energético de 127MVh por año (unos 37.000 euros) que el consistorio revende a la red, evidencia su decisión. Además de ser translúcida, la pérgola está sujeta sobre pilares perimetrales (para dejar libre el espacio del mercado) y, funciona, por lo tanto, a la vez como lugar de paso –cuando está vacía- y como un lugar de encuentro –cuando acoge mercados o celebraciones-. En ese caso, al no cubrir íntegramente la plaza no interrumpe la circulación.
La fachada alta de la cubierta está formada por lamas de conglomerado de madera y resinas, que incorporan corteza de árbol y resisten a la intemperie mejor que las maderas tropicales –que pierden la corteza-. Esa presencia sobria y notable es ya un icono que oculta en su interior las placas fotovoltaicas y que lleva al siglo XXI la idea de la vecina plaça del Grà (plaza del grano) y su cubierta decimonónica.
La nueva cubierta sobre la Plaça Catalunya de Figueres ha sido diseñada por Rafael y Xavier de Cáceres, cubre 1.700 metros cuadrados y ha costado dos millones de euros. En su parte superior, las placas fotovoltaicas están inclinadas sobre la pérgola, de manera que se limpian solas, con el agua de lluvia.
Cáceres arquitectes ha trabajado anteriormente el tema de las pérgolas discretas y neutrales en proyectos como el de las Estaciones Marítimas del Puerto Autónomo de Barcelona (1998). Curiosamente, en aquella ocasión, una presencia más ligera –de arquitectura marítima con cubiertas planas- se saldaba con un resultado más forzado, ya que los porches ideados por Cáceres sacrificaban parte de su luminosidad y perdían su ligereza al entrar en contacto con el torpe edificio existente al que debían adaptarse: el World Trade Center de Pei, Coob, Freed and Partners.
El proyecto de Figueras no llegó con inquilino. Zoco de relaciones mejor que lugar de paso, aquí la arquitectura actúa de telón de fondo neutral para acoger actividades diversas como el mercado semanal, las fiestas anuales o los actos culturales. Un pequeño altillo, sobre una de las fachadas, al que se puede acceder en ascensor, añade un balcón a un lado de la plaza para aumentar sus usos urbanos. Y festivos.
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