Los recortes de Mas devuelven las listas de espera catalanas a cifras de 2004
El número de personas que esperan para ser operadas en la comunidad han crecido un 30% en solo un año
Un gigantesco paso atrás de siete años. Este el primer balance con datos objetivos que puede hacerse del impacto que han tenido en la sanidad pública catalana los recortes impulsados por el Gobierno de Artur Mas (CiU), que llegó al poder a finales de 2010 y que se ha propuesto reducir el gasto sanitario en casi 1.000 millones de euros (un 10% del total).
Las listas de espera catalanas se han disparado el 30% desde la llegada de Mas y su consejero de Sanidad, Boi Ruiz, al cargo. Un total de 69.967 personas esperaban el pasado 30 de junio a ser intervenidas en la sanidad pública catalana, cifra que solo un año antes era de apenas 53.610. La comparación está hecha con las 14 intervenciones más comunes -prótesis, cataratas, hernias...- monitorizadas en toda España para obtener una imagen del funcionamiento y evolución de la sanidad pública. Desde 2004 no registraba Cataluña datos tan abultados sobre las personas que esperan a ser operadas en la sanidad pública. Si entonces eran 67.073, la cifra registró sucesivos descensos hasta el abrupto incremento del último año.
Ha sido el consejero Boi Ruiz el que ha hecho público este mediodía el dato más reciente en la presentación del nuevo sistema de cómputo de las listas de espera que utilizará la Generalitat de Cataluña, sistema que nace en parte para amortiguar el impacto de los recortes en las demoras que deberán soportar los catalanes en la sanidad pública. Hasta la llegada de Mas al Gobierno, Cataluña regulaba las listas de espera como el resto de España, a excepción de Madrid, que usa un sistema criticado por el Ministerio porque en la práctica maquilla los resultados para que ofrezcan esperas menores de las reales. Además, Cataluña contaba con la garantía de una espera máxima de seis meses para ser operado en su hospital público o, en el caso de que este no pudiera hacerlo, en un centro alternativo.
Ante la magnitud de los recortes, Boi Ruiz ya admitió hace unos meses que el plazo máximo de seis meses iba a saltar por los aires. El Gobierno catalán añadió que iba a crear un nuevo sistema que priorizaría los casos más urgentes mientras retrasaría los que menor riesgo vital suponían para los enfermos. Este nuevo sistema es el que ha presentado hoy Ruiz. La Generalitat presume que garantizará que quienes deban ser operados de un cáncer no esperarán en ningún caso más de 45 días (60 en el cáncer de próstata, menos agresivo). La espera para dos intervenciones en el corazón (la valvular y la coronaria) será de dos meses.
Estos plazos de tiempo, sin embargo, eran los que ya venía cumpliendo la sanidad pública catalana, por lo que en la práctica lo que viene a hacer el nuevo sistema es mantener las demoras en la intervenciones más graves y prolongar las que el Gobierno catalán considera que menor impacto tienen en la salud y la calidad de vida de los enfermos. Entre estas, sin embargo, hay operaciones como la hernia discal, la reparación de ligamentos o el menisco de la rodilla, que podrán ser operadas hasta en un año de tiempo y otras, como la vasectomía, algunos quistes o las varices que quedan sin ningún plazo máximo garantizado.
El Gobierno catalán solo admite un aumento del 4,4% en el tiempo medio de espera para los pacientes que deben ser operados. Este dato, al tener en cuenta solo aquellos pacientes que ya han sido operados (muchos menos que el año pasado a causa de los recortes), oculta la cantidad de enfermos que van acumulando tiempos de espera mayor en las listas de espera debido al cierre de quirófanos realizado por todos los hospitales públicos para ahorrar.
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