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Conciliación (y 2): ¿Misión imposible?

No son tiempos de quejas, sino de retos. Las mujeres han ganado derechos en las últimas décadas y su situación es mucho mejor que la de sus madres y abuelas. Nadie discute eso. Pero quedan asuntos pendientes, como el cuidado compartido de los hijos. Dentro de ese escenario la necesidad de conciliar es un reto profundamente contemporáneo. Sin duda, la conciliación laboral y familiar es un elemento de calidad y de higiene mental para cualquier trabajador. Pero si se trata de trabajadores que son madres y padres, la conciliación se hace imprescindible. A un niño no se le puede dejar plantado a las cinco de la tarde a la puerta del colegio. Alguien tiene que recogerlo: la madre o el padre, la abuela, la niñera o cuidadora, la vecina. Alguien. Y todos los días.

Hoy por hoy, salvo excepciones, la conciliación es un asunto privado o como mucho bilateral. Concilia la mujer con su marido o con los abuelos, y, en algunos casos particulares (y ejemplares), la trabajadora con su empresa. Una amiga joven me contaba que desde que era madre tenía la sensación de que su vida estaba programada: se levantaba pronto para preparar al niño para la escuela infantil, arreglarse, recoger la casa en su mínima expresión, dejar al niño en su centro, irse a trabajar, comer rápido, recoger al niño, volver a trabajar unas horas, regresar a casa y llevar al niño alguna tarde al parque, después a bañarle, cenar, planificar en unos minutos el día siguiente, etcétera. Todo febril, sin apenas resquicios. Sin ninguna posibilidad de distracción o error, porque alterar cualquier horario era romper el ritmo y llegar tarde a todo.

Como esta joven madre tiene un sueldo ajustado, no contemplaba la opción de pagar a una cuidadora para recoger a su niño por las tardes, pero peor sería para ella reducir jornada (y salario).

Horario flexible

En algunas empresas, las más sensibles o innovadoras, la trabajadora (o el trabajador si lo pide) puede pactar cambios de horarios que le permitan conciliar sin perder salario y productividad. Mi joven amiga solicitó esta opción. Es una salida que exige capacidad de organización y disciplina. Mi amiga trabaja las mismas horas que cualquiera de sus compañeros, pero su horario de entrada y salida es diferente. Unos días empieza antes que los demás porque sale a media tarde; algún día regresa a la oficina después de recoger al niño para evitar que el trabajo se acumule; otros dos días (en los que su marido o su madre van a buscar al pequeño) sale la última. Como es lógico, este arreglo no es factible en todo tipo de trabajo, pero sí en los de carácter administrativo, en los que están sujetos a horarios regulados o en departamentos en los que hay turnos rotatorios y siempre hay más de una o dos personas. En empleos de tipo creativo o de actividad personal e intransferible, también puede haber flexibilidad, pero el horario de salida es más impredecible, al menos algunos días, y la familia tiene que tener un plan B.

La oficina en casa

La vuelta al trabajo supone para algunas cambiar de profesión, con todo lo que de emocionante o de frustrante puede tener esa decisión. Le ha sucedido a una antigua colega con la que no he trabajado directamente, si bien sabía que en sus años jóvenes había sido redactora en un periódico nacional que se cerró hace bastantes años. Cuando empecé a tratarla, tiempo después, realizaba colaboraciones periodísticas, mientras sus hijos crecían. Ella era consciente ya entonces de que quizás no pudiera reincorporarse en lo sucesivo a la plantilla de otro periódico, tanto por la coyuntura profesional como por sus propios horarios familiares. La última vez que coincidí con ella, en un autobús madrileño, me contó que trabajaba en un ministerio, tras sacar las correspondientes oposiciones. Era un cambio radical, inesperado. No todo el mundo es capaz de dar ese giro. Pero estaba contenta: iba a casa a almorzar casi todos los días, tenía tiempo para estar al tanto de las carreras de sus hijos, sobre todo de la pequeña, aún en Secundaria, y podía ir más veces al cine con su marido que cuando era una joven redactora que salía de noche del periódico.

Las madres solteras

El desafío es si cabe mayor, o al menos más obvio, cuando se trata de madres solas. Al no poder conciliar con otro adulto, tienen que desdoblarse para llegar a todo o pagar por cualquier tipo de ayuda. A pesar de ser cada vez más visibles, estas madres en solitario siguen rompiendo moldes y evidencian la fiereza de unos horarios hechos a medida de las empresas o de determinados colectivos, pero no de la conciliación familiar. En ciudades como Madrid o Barcelona, los brutales desplazamientos entre el hogar y el trabajo, sumados en ocasiones a la peripecia diaria de llevar al hijo a un colegio situado en las afueras o en otro distrito, sabotean aún más la conciliación hasta convertirla en una misión imposible.

Últimamente, he sabido de una madre sola y primeriza que ha alquilado un piso en la misma calle en la que viven su hermano y su cuñada, a fin de matricular a su pequeño en el cole de sus sobrinos para que la misma canguro se ocupe de todos.

En todo caso, se trata de pactos bilaterales o de soluciones individualizadas. Y se necesita algo más, un esfuerzo común, un mayor compromiso social en favor de la conciliación. Se trata de armonizar intereses.

Más compleja es la organización de una madre médico en un hospital que, al tener que hacer guardias, necesita disponer de una empleada interna en su casa. Quién le iba a decir a ella, tan celosa de su intimidad, y con una sola hija, que acabaría recurriendo a esta fórmula para asegurarse que siempre haya alguien en casa para que su hija no esté nunca sola. En alguna temporada, incluso, ha necesitado una canguro por horas los fines de semana o los días en que libraba la empleada titular. “Mi madre también necesita descansar, porque si no se volvería loca”, decía la niña a los abuelos, residentes en otra ciudad, cuando les explicaba por qué tenía dos cuidadoras siendo solo dos y con una casa no muy grande.

No solo las madres con horarios cambiantes o con guardias se ven obligadas a blindar el hogar con ayuda externa. Muchas otras profesionales solas recurren a esta ayuda porque tienen que viajar alguna vez o porque en sus empresas se sale no ya a las ocho sino o las nueve de la noche por sistema, y, cuando llegan al fin a casa, el niño tiene que haber cenado y estar camino de la cama. Unos horarios más racionales evitarían que hubiera tantas madres o familias endeudas que no llegan a fin de mes por pagar a la canguro. No son pocas las que prefieren no ir más allá de la pizza o la hamburguesa en sus salidas de fin de semana antes que prescindir de la cuidadora.

El colegio

Los horarios de los colegios son un puzle más que desbrozar. Llevar y traer a un niño del colegio requiere una existencia paralela. No porque lleve en sí mucho tiempo, sino por el tiempo que implica estar a las horas convenidas. Porque no se trata ya de conciliar con la pareja y, en un segundo escalón, con la empresa. Hay un tercero en discordia, el colegio. La entrada a muchos centros coincide con el inicio de la actividad laboral de los padres. Un contratiempo que suele solventarse encargándose el cónyuge menos perjudicado de llevar al niño un poco antes de que empiecen las clases. Generalmente, los centros suelen adelantar la apertura para paliar este escollo, lo que no evita que alguna vez un grupo de hermanos madrugadores tenga que esperar unos minutos en la puerta hasta que llega el portero. Algo que no pueden permitirse los padres de hijos únicos: lo suyo es esperar a que el cole abra antes de dejar al retoño.

Pero no todos los padres y madres entran a trabajar tan de mañana ni se enfrentan a esos dilemas, ya que los horarios laborales son muy diversos. A más de uno le toca madrugar para ir al colegio y no a su tienda u oficina, a las que se incorporan pasadas las diez de la mañana para regresar tarde a casa, sin posibilidad de hacer los deberes con los hijos. Una situación que se complica más al inicio de la ESO: los niños tienen todavía doce años y algunos centros adelantan las clases a las 8.30, lo que obliga a madrugar aún más a determinadas familias o a precipitar la autonomía del hijo o la hija. Para más contradicciones, en el segundo ciclo de la ESO (14 años), no suele haber clases por la tarde, con lo que los chicos tienen que empezar a usar el microondas o comer fuera. Porque son las tardes las que tienen en vilo a casi todos los padres y madres, a excepción de los que no trabajan o solo lo hacen por la mañana. Bien sea porque son pequeños y salen a las cinco, o bien porque sean adolescentes y no tengan clase por las tardes, muchas madres que prescindirían de ayuda pra la casa para ahorrarse unos euros, se ven forzadas a contratar cuidadoras o a tener en jaque a los abuelos.

O incluso a caer en el espejismo de que trabajar es una estafa si se quiere ser una buena madre y esposa. Los últimos datos sitúan en torno a 659.100 el número de amas de casa entre 25 y 39 años. Pero ¿son amas de casa reales y por elección? Ciertamente sigue habiendo amas de casa genuinas, volcadas en la intendencia familiar y en la crianza, y con un relativo tiempo libre utilizado para reciclarse cultural o profesionalmente o para cultivar aficiones. Pero bajo ese ambiguo epígrafe de ama de casa hay también profesionales en paro, mujeres sin cualificación laboral específica que desearían salir de ese agujero y hasta falsas desempleadas que “completan” los ingresos familiares con trabajos esporádicos diversos. Un panorama que se clarificaría si hubiera horarios flexibles, y si el teletrabajo dejara de ser una actividad más o menos voluntarista para convertirse en un trabajo digno y regulado.

Fotografía: Francisco Bonilla y Mabel García.

Comentarios

Entro de cabeza para leer la entrada en el blog, pues el tema de la conciliación familiar me interesa mucho, pero me siento muy incómodo mientras lo leo. Luego me doy cuenta de que se trata de un blog enfocado a temas de igualdad de ambos sexos, cosa encomiable y en lo que hay que seguir peleando.... Pero esta entrada en particular.... Quitando las partes de las madres solteras, a las que el modelo que tenemos ahora de sociedad machaca especialmente, me hace gracia el punto de vista del resto de las historias, especialmente la primera, la de la madre con el horario cuadriculado. El comienzo parece de risa : "Concilia la mujer con su marido o con los abuelos". ¡¡¡¿Cómo que concilia la mujer con su marido?!!! Ese es el tipo de puntos de vista con los que hay que acabar. Ni la mujer ni el marido tienen que conciliar nada entre ellos, son los dos quienes tienen que conciliar y repartirse las obligaciones con el resto de participantes. Porque la responsabilidad es de ambos y ambos deben implicarse. Y mientras los reportajes sobre la conciliación no impliquen a ambos padres en las obligaciones para sus hijos, vamos a seguir repitiendo los roles que se supone que deben intentar desaparecer. Un blog sobre la igualdad de trato no puede poner a la mujer como responsable absoluto del cuidado de los niños, con un marido que un par de días por semana es tan altruista que recoge a los pequeños al colegio, poniéndole a la altura a la hora de ayudar a la abnegada mujer con los abuelos y la canguro. Porque si no caemos en la trampa de seguir perpetuando los roles anteriores, más añadiendo los que se quiere ahora para la mujer moderna. Y eso es imposible: es la raíz del problema de todo este tinglado. La sociedad, tal como estaba hace cincuenta, cuarenta años antes montada, no tenía estos problemas de conciliación porque la mujer (quitando excepciones) se quedaba en casita cuidando de los niños. Si queremos que esto funcione, la ampliación del rol de la mujer al trabajo, no podemos hacerlo mientras no cambiemos el rol también del hombre. Y eso implica sacrificios en ambas partes. Y mientras lo que se quiera es mantener el estatus de una de las partes (el hombre) mientras se amplía la de la otra, convirtiéndola en supemujeres, que conservan el rol de cuidadores absolutas y a la vez ejecutivas agresivas, todo el tinglado con el tiempo colapsará. Y lo que ocurrirá en generaciones de mujeres posteriores, que vean lo que han sufrido y para qué sus madres, será volver (como empiezo a otear en algunos casos), al rol de ama de casa sin pretensiones profesionales de ningún tipo...
Conciliación desde el punto de vista de la mujer, como si no hubiera hombres que concilian.El hembrismo de siempre poniendo a las mujeres de superwoman y a los hombres de vagos en casa e incapaces de cuidar de sus hijos. Además este artículo parte de la idea particular de que todos ,hombres y mujeres queremos trabajar fuera de casa y un montón de horas, cuando esto es una opción obligatoria para todos simplemente por los sueldos infames que se pagan en España. Muchos preferiríamos no tener que dejar a nuestros hijos en manos de extraños cuando son muy pequeños, pero las hembristas no, ellas lo que quieren es colegios abiertos todo el día para aparcar allí al chaval diez o doce horas y desde los cuatro meses.
¿conciliación? Creo que practicamente nadie sabe qué es eso. Ni las empresas (el 90%) ni tampoco los colegios (por lo menos los públicos). Todo en los colegios es por la mañana: tutorías, reuniones, graduaciones...y en las empresas la única opción normalmente es reducirte la jornada para llegar a tiempo de recogerlos o dejarlos (ojo, no las dos cosas) y ahí empieza la agonía laboral de muchos padres...nos queda mucho, mucho trabajo por hacer.
Excusatio non petitas, totalmente de acuerdo contigo..Conciliar la mujer con el marido es estar como hace 40 años. El día que nadie pregunte: "y tu chico: ¿te ayuda en casa??" será que hemos conseguido algo...
Tan solo quería reaccionar al comentario de Excusatio non Petitas, me parece acertadísimo. Estoy totalmente de acuerdo. Los hijos son de la pareja y la pareja, los dos, son los que tienen que organizar la familia, pero lo que veo hasta ahora es que la mayoría de las mujeres son las que llevan el organigrama en la cabeza distribuyendo funciones y decidiendo quien recoge al niño cuando...etc. En mi caso, he estado casada y tengo dos hijas, tengo experiencia al respecto... Dado que mi ex marido "ayudaba mucho en casa" tuve una suerte increíble ( según amigas, vecinas, madre...) cuando me divorcié tuve muchas críticas: no había historia de maltrato y éramos una pareja modelo (fundamentalmente por mi sumisión) a nadie le entraba en la cabeza que yo no había pedido ser una mantenida para encargarme de las tareas del hogar, yo había conocido a mi ex marido cuando los dos empezábamos una carrera... La mía se truncó cuando me casé y me divorcié por que quería recuperarla. Yo no fuí capaz de materializar el modelo de supermujer que empezaba a circular, capaz de organizarlo todo: casa, niños y además estar guapísima y tener un trabajo. Desde el divorcio he tenido muchas complicaciones para recuperar mi carrera, de hecho aún no lo he conseguido y han pasado más de diez años, pero bueno. Han habido complicaciones entre medias que han dificultado el proceso. El padre de mis hijas, siempre un excelente padre, no sabe lo que es llevar a sus hijas al médico o al dentista. Tampoco entiende por que tanto problema a la salida del colegio...." se busca una niñera y ya está" no ha entendido nunca que los niños, sobre todo los de padres divorciados, necesitan atención y no basta una niñera cualquiera...En fin, que sí, hay que reeducar a todo el mundo para que se entienda que los roles sociales no son una característica genética heredada, sino una construcción social y como tales se pueden deconstruir y estructurar de muy diversas formas.
Creo que aquí como en todo, hay demasiados prejuicios.Si tener hijos supone un fastidio, mal empezamos. No hay que hacerse tantos líos con conciliaciones ni estrategias militares, que hasta la fecha se tienen niños y se atienden mayoritariamente sin tanto aspaviento. Ni las mujeres tienen porque renunciar a tanto como se creen, ni los tios andarse por las ramas. Digo tios, los maridos y padres....¡ que se lo ganen !A no ser que un marido sea el que "vive" en casa, y un padre uno que se arrimó demasiado una vez....Y nada mas.El titulo hay que ganarselo majetas y majetes.
Vea el escándalo de José Luis Rodríguez Zapatero Con Su Esposa here http://alturl.com/caeah
Asistimos a la defunción del Ministerio de Igualdad con un triste legado, mientras Aragón y Cataluña aprobaban en ejercicio de sus competencias forales una ley que establecía la custodia compartida de los hijos en todo proceso de divorcio y Valencia y Navarra preparaban sus respectivas reformas Bibiana Aido y su Ministerio de Igualdad eran incapaces de instar una modificación legal en este sentido para el resto de los españoles. El PSOE votó contra una resolución pro custodia compartida en el Senado el 21 de julio de 2010, las hembristas defienden la igualdad tan sólo cuando les beneficia y saben que la custodia de los hijos es la llave para quedarse con el domicilio conyugal y la pensión, así que en este aspecto prefieren asumir el rol tradicional de mujer y considerar que los hijos mejor están cuidados por la madre, y usarán sus multimillonarias subvenciones y sus resortes políticos y mediáticos para no perder ese privilegio ¿Cuando se respetarán los derechos de los padres y se dejará de discriminarnos? Hasta 2006 había una estadística de más de 630 hombres que se habían suicidado cuando estaban en una situación de crisis de pareja. El INE dejó de publicar esa estadística, muy superior a la de mujeres (el 78% de los suicidados en 2008 fueron hombres, tan sólo el 22% mujeres), porque molestaba mucho en tiempos del populismo de género, provocaba una reflexión inmediata acerca de quien es el que se queda con el domicilio conyugal, con la custodia de los hijos, quien paga una pensión compensatoria, la hipoteca de una casa en la que no vive y se convierte en un indigente.
Respuesta a Felix:Estas equivocado, no se trata de "colocar" a los niños en colegios, guarderías etc. SE trata precisamente de abordar el problema como social y no dejárselo en manos del individuo-a que no puede encontrar una solución a la paradoja ganar dinero/dar atención a mis hijos. Los niños necesitan atención, el país necesita niños, el problema es social y no solo de la madre o padre. Luego hay que aportar soluciones constructivas.
Vivimos en un país con horarios del S. XIX principios del XX. No son los de Europa. Están pensados para el modelo de familia de los años 40 con hijos que vivieren y legalmente reconocidos, pero padre desconocido. Esa división férrea de roles era en beneficio de los hijos y de la natalidad (postguerra). El trabajo de las mujeres era invisible cuidando a otros o en la familia: limpiando en casas, enfermeras, maestras,. fabricas textiles, en el campo o en tiendas familiares, secretarias en oficinas … No se consideraba trabajo sino “ayuda” para hacerse el “ajuar” o de casada pobre o solterona. Las artistas eran las mujeres libres, pero “estigmatizadas”. Las casadas tampoco salían ganando al verlas entre marujas y mantenidas una vez que ya habían parido todo lo que tenían que parir. Las cosas han cambiado, pero la mentalidad continúa en un país lleno de viejos “vazquez” con caspa. Los jóvenes, que son los que cambian las cosas no están obligados a “cargarse” con los hijos que vengan sino a desearlos y asumirlos. Este es el cambio. Pero el que es hijo no es “padre” y los jóvenes viven, hoy, una larga adolescencia y juventud en casa que les infantiliza. Saben que tener un hijo es dejar de serlo y que les espera un mundo laboral de poco empleo, muchas veces malpagado y competitivo. El rol tradicional y las distintas posibilidades y diferencia de salarios y puestos es el argumento más comúnmente utilizado para continuar sobrecargando a la madre en el papel de lo que deberían ser padres. Argumento que, sin embargo, es ocultado en el caso de paro o de jubilación del marido o en caso de ascenso de la mujer. Lejos estamos de una sociedad humana y solidaria que valore a las personas en lugar de imponerles roles en beneficio de los intereses del más fuerte. Y lejos, también, de una sociedad que no mire mal al señor que haga de cuidador o que lleve en su mayor parte una casa. El otro día oí a uno en una radio extranjera quejarse de que todo el mundo le preguntara en qué trabaja (lo que nadie haría si fuera una ama de casa). Por cierto, la calidad humana y madurez de los hombres que hablaban de sus trabajos de “mujeres” (cuidadores, amos de casa …) estaba a años luz de los cretinos unidireccionales y narcisistas que suelen mandar en empresas y otros lares. Si no quieren asumir sus niños y el hogar, no los tengan.
ni se casen
La ley no distingue, lo que distinguen son las realidades. Si hombre y mujer tienen iguales oportunidades y trabajos se reparte. En Cataluña hay separación de bienes desde siempre y lo mismo en Baleares u otras. La clave, para no hacer trampas, es no buscarse una "ama de casa" que me ayude a progresar laboralmente y me críe a los hijos mientras me interesa y pretender, cuando hay divorcio, que sea una trabajadora que ha progresado y en activo. Uno ha de saber lo que quiere no sólo cuando hace hijos y se divorcia.Por cierto, hay mujeres que ganan lo mismo o más que el marido y los divorcios no son tan dramáticos.
He entresacado del texto de Inmaculada de la Fuente los siguientes párrafos, y donde las mayúsculas son mías: "Como esta joven madre tiene un sueldo ajustado, no contemplaba la opción de pagar a una CUIDADORA para recoger a su niño por las tardes," "Algunas mujeres, como una amiga PSICÓLOGA, toman decisiones más drásticas" "una antigua colega (...) que en sus años jóvenes había sido REDACTORA en un periódico nacional (...) La última vez que coincidí con ella (...) me contó que trabajaba en un MINISTERIO, tras sacar las correspondientes OPOSICIONES." "Últimamente, he sabido de una madre sola y primeriza que ha alquilado un piso en la misma calle en la que viven su hermano y su cuñada, a fin de matricular a su pequeño en el cole de sus sobrinos para que la misma CANGURO se ocupe de todos." “Más compleja es la organización de una madre MÉDICO en un hospital que (...) necesita disponer de una EMPLEADA INTERNA en su casa. Quién le iba a decir a ella (...) con una sola hija, que acabaría recurriendo a esta fórmula para asegurarse que siempre haya alguien en casa para que su hija no esté nunca sola. En alguna temporada, incluso, ha necesitado una CANGURO por horas los fines de semana o los días en que libraba la EMPLEADA TITULAR. 'Mi madre también necesita descansar, porque si no se volvería loca', decía la niña a los abuelos (...) cuando les explicaba por qué tenía DOS CUIDADORAS siendo solo dos y una casa no muy grande." "No solo las madres con horarios cambiantes o con guardias se ven obligadas también a blindar el hogar con AYUDA EXTERNA. Muchas otras PROFESIONALES solas se ven obligadas a recurrir a esta ayuda simplemente porque tienen que viajar alguna vez " "Unos horarios más racionales evitarían que hubiera tantas madres o familias endeudas que no llegan a fin de mes por pagar a la CANGURO. No son pocas las que prefieren no ir más allá de la pizza o la hamburguesa en sus salidas de fin de semana antes que prescindir de la CUIDADORA." "muchas madres que no tendrían LIMPIADORAS se ven forzadas a contratar CUIDADORAS o a tener en jaque a los abuelos." Cree la feminista que todo el mundo es de su condición. Por eso, cuando nuestra comunicadora nos narra estas historias, ya sean ficticias o tomadas de la vida real, las heroínas de las mismas no pueden dejar de ser mujeres con profesiones de prestigio, como periodistas, médicos, psicólogas o ejecutivas que continuamente viajan de un lugar a otro. Viene a ser como una adaptación a los tiempos que corren de las antiguas novelas de caballerías. El único cambio es que las princesas de entonces han cambiado su rol, por lo que el ideal contemporáneo no es el de aburrirse en el castillo, sino el de ser una competente y dinámica profesional con despacho propio. No obstante, y al igual que le pasaba a Don Quijote, que era un hidalgo pobre (de clase alta, pero sin un duro), también hay mujeres del siglo XXI que no tienen "la opción de pagar a una cuidadora", como es el caso de esa "joven madre" de la que se nos habla al principio. Las otras protagonistas de nuestra epopeya sí que tienen recursos para pagar a una "empleada interna", una "canguro", una "cuidadora", una "limpiadora", o contar con "ayuda externa", cuidados eufemismos usados para evitar expresiones tan políticamente incorrectas como "criada" o "sirvienta". Lo entiendo, pues si nuestro arquetipo de feminista coincide con una mujer de clase alta, es comprensible que sus amigas lo sean también, y que de tanto frecuentar los mismos ambientes llegue a suponer que todas las restantes mujeres del mundo sean como ella y sus amigas. La cosmovisión feminista posee empatía de clase, porque se interesa por lo que le sucede a las otras mujeres que tienen las mismas preocupaciones (encontrar una empleada doméstica, ¡con lo caro que está el servicio!). Pero desgraciadamente el feminismo carece de empatía para con el otro sexo (perdón, género), y mucho menos para las que considera submujeres. Sí, porque es propio de quien no las ve como iguales el olvidar que estas últimas podrían también tener necesidad de conciliar su vida profesional con la de ser madres de sus hijos. Porque es evidente que la "limpiadora" no cuenta a su vez con una "limpiadora", y así hasta el infinito en las múltiples sudivisiones que se puede hacer dentro de las clases sociales. Nuestra feminista, que con tanta razón protesta porque una empresa busque chicas solteras, discriminando a embarazadas y con hijos, sería la primera en no admitir como "empleada interna en su casa" a una mujer con hijos a los que llevase a convivir con ella. Nuestra feminista, que tan amiga es de ver eso que llaman "brechas salariales de género", será completamente ciega para observar brechas salariales y de calidad de vida entre una médico y su "empleada interna". Lo entiendo, pues al igual que los políticos, son especialistas en ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. Y lo entiendo, porque el feminismo siempre fue algo muy burgués, algo propio de señoras ociosas, y sigue siéndolo, a pesar de la creciente importancia de las clases medias (que al no tener mucho dinero sólo pueden contratar "limpiadoras" por horas). Nuestras feministas pueden vivir sin marido, porque ellas se jactan de ser autosuficientes, y sueñan con un paraíso de género donde ellas y ellos comparten al 50% profesiones y aficiones, pero ¡ay! de un mundo en el que no hubiese "limpiadoras" y "empleadas de hogar". No me extraña, por eso, que quieran eliminar los anuncios de contactos en la prensa. Saben que si una chica no puede ofrecer sus servicios sexuales, no le quedará otra opción que ofrecer a más bajo precio su competencia en limpiar pisos y cuidar niños. La liberación de la mujer, que llaman...
Menuda empanada mental tiene el del comentario anterior y menudo manipulador de poca monta esta hecho: 1. Si en una familia se contrata un canguro o lo que sea, ese trabajador o trabajadora hace un trabajo reconocido PARA LA FAMILIA (si quita porquería será la de todos y si vigila niños serán los niños y los padres a los que ayuda)2. Si alguien contrata servicios sexuales no creo que lo haga en beneficio de toda la familia sino suyo propio. 3. Lo de que las que limpian lo hacen porque no se pueden prostituir. La mayoría de las mujeres de la limpieza son jóvenes y modestas. Sus fantasías y prejuicios contra las mujeres no nos interesan. Hágaselo mirar
Y no sé a santo de qué vienen esos aires de crírtica "clasista" cuando dice lo que dice de una mujer que trabaja en la limpieza. ES USTED MAS FALSO que un duro sevillano
en mi caso la conciliación es posible porque yo reduje jornada (y sueldo) a 7 horas, y mi marido deja a la niña en el colegio y yo voy a recogerla a la salida (después de que la pobre se ha pasado 8,5 horas allí metida). Ahora que él también tiene las tardes libres vamos más relajados, porque somos 2 para jugar con ella y hacer las tareas rutinarias. Yo le pregunto que por qué no pide él también reducción de jornada, y responde que en su empresa estaría muy mal visto, luego la cuestión es: las madres y padres que no concilian (asumiendo que pueden prescindir de esa parte del sueldo) ¿es porque no pueden o porque no quieren? ¿para qué existen las leyes si al final lo que impera es que los empresarios quieren a los trabajadores mañana, tarde y noche en la oficina?
Segun esta entrada, "la conciliacion es cosa de mujeres..." (no está escrito pero lo dice). Una vez mas, no habia ejemplos de hombres con problemas de conciliación, verdad? Aún asi, es el unico ejercicio de logica que he visto en este blog. La conciliacion es cosa de mujeres porque la custodia es cosa de mujeres. Bien por El Pais.
yo reivindico la conciliación para las personas solteras y sin hijos tambíen. entrar a las 8, salir a las 15h, no tener que comer en dos horas y quedarme en la oficina hasta las 19h. tengo igual derecho a disfrutar de tiempo libre para dedicarlo a quien yo quiera, mis hijos, mis padres, mis amigos, a mí.
Lo siento cathy si has malinterpretado mi comentario.Simplemente me hago eco de la marciana propuesta de los socialistas de educación universal gratuita desde el nacimiento. En vez de procurar ampliar los permisos de paternidad y de maternidad, prefieren utilizar nuestro dinero en aparcar a los niños desde bebés. El artículo es tendencioso y propio de feministas revenías que siguen viviendo como si España fuera la del cuentamé. Patéticos los eufemismos para la criada o chacha y lo guays que son sus amigas, todas con carrera y unos tremendísimos problemas de "conciliacion". me hubiera gustado más escuchar la opinion de una reponedora del carrefour o de un segurata con horario nocturno y no la de estas burguesas de vía estrecha.
Mal si continúa siendo un tema sólo de las mujeres. Mal si es así visto no por el blog sino por empresas, familias ...
Este post es continuación del publicado el 19 de julio: Conciliación: ¿el gran imposible? En la primera parte se destacaba que hay una minoría de parejasque concilian o tratan de hacerlo. En el resto, las consecuencias de no conciliar recaen fundamentalmente en las mujeres: o asumen la doble jornada de madres y trabajadoras o reducen jornada laboral. En la segunda parte se subraya que mientras no concilien el padre y la madre y los horarios de las empresas y de los colegios sigan siendo caóticos, la conciliación seguirá siendo un peso extra para las madres. Es decir, se aboga por una conciliación que se extienda a la pareja y que vaya más allá de las soluciones individuales para plantearse como una cuestión social. Los casos que se narran describen diferentes maneras de abordarlo, hasta ahora, de acuerdo con las posibilidades y trabajos. En este sentido, este post es de conciliación (y no entra en si es oportuno o justo utilizar el trabajo de cuidadores o servicio doméstico). Las referencias a la ayuda externa (un servicio pagado y por horas a menudo) evidencian que si algunas mujeres no contaran con otras manos, no podrían ser madres y trabajadoras. Si una médico tiene a alguien en casa para que atienda a su hijo cuando ella está de guardia o trabajando, no está pagando un lujo, sino la ayuda que le permite seguir como madre y empleada. Lujos son otras cosas que cualquiera puede tener in mente. ¿Qué pasaría si en vez de médico se tratara de alguien que no hubiera estudiado una carrera o estuviera en una cadena de montaje o fuera cajera de 4 a 10 de la noche? Pues que no sería madre soltera (por elección) probablemetne, o de serlo, se iría a vivir con sus padres.
Invisibilización. ¡Oh, como le gusta a las feministas usar esa expresión! Y ya ven, son las propias feministas las que se encargan de invisibilizar a la mayor parte de personas de su mismo sexo, o género, como ellas prefieren decir. Porque el problema de no poder conciliar trabajo y maternidad no afecta únicamente a las mujeres de clase alta, que son las protagonistas de esta historia (psicólogas, periodistas, médicos o profesionales que tienen que viajar). Por el contrario, las que realmente lo sufren son las que no tienen la posibilidad de contratar "cuidadoras", y que cuantitativamente son mayoría. Pero para nuestra articulista esas otras mujeres simplemente no existen. O mejor dicho, sí sabe que existen, pero no las percibe como de su clase. Son las otras; las que no han estudiado; las que le limpian el despacho a la médico; las que le limpian los despachos a las periodistas; las peluqueras, las cajeras del supermercado, las que viven con sus padres, porque ni tienen trabajo ni novio, las "marujas". Porque ¿para qué hablar de ellas? ¿Acaso el feminismo es amigo de los cuentos de Cenicienta? Es cierto que una médico que esté de guardia en el hospital va a tener problemas para conciliar su trabajo con su familia. Pero, ¿y las señoras de la limpieza que trabajan en el mismo hospital, no tienen también el mismo problema? ¿Y las mujeres que trabajan en empresas de seguridad de dicho hospital, y a las que les toca hacer turnos nocturnos? ¿Y a las mujeres de la lavandería del hospital? ¿Y a las camareras de un hotel que tienen que entrar muy de madrugada a trabajar para atender a la ejecutiva que allí se hospeda? Nos cuenta Inmaculada que tener una criada (perdón, una "limpiadora") no es un lujo. ¡Ya claro! Efectivamente que para una médico bien pagada contratar a "dos cuidadoras" no es un lujo, porque el nivel de vida del que dispone le da para eso y para mucho más. En cambio, sí que sería un lujo inalcanzable que la empleada de un comercio hiciera lo mismo. El feminismo, como movimiento de ideología conservadora que es, y como representante de los intereses de las mujeres situadas en la más alta posición de la sociedad, nunca ha tenido en cuenta los intereses de las mujeres de clase trabajadora. El feminismo se fija únicamente en los roles de hombres y mujeres, y siempre pensando en redefinir aquellos que le puedan resultar perjudiciales para ellas, pero no lo contrario; porque no tiene sensiblidad alguna para todo lo que conlleve que los varones salgan perjudicados. Frente al mito de la mujer solidaria y con empatía hacia los demás, la realidad de la vida nos demuestra que el feminismo es lo más antagónico de lo anterior. Que el feminismo es egoísmo extremo de clase y de sexo. Que el feminismo es la concreción en movimiento político de los caprichos de mujercitas consentidas, de muñecas de porcelana que nunca se sentirán plenamente satisfechas, y siempre querrán más y más. Y todo ello, bajo el manto protector de los partidos e instituciones políticas (controladas por varones que en ocasiones son las parejas sentimentales de las feministas), de las multinacionales, y de los distintos medios de comunicación, que se han apresurado, todos, a jalear y financiar una nueva religión laica y sin Dios de la que saben, les puede resultar inmensamente provechosa y rentable.
Nos encanta usar palabras con aires de tecnicismo rimbombante: "conciliación"...nos serviría con emplear "respeto" para aquellas madres que no queremos educar y cuidar a nuestros hijos sometidas a la presión del reloj, que hemos sido universitarias y profesionales y hemos elegido con "libertad" la opción de atender a nuestra familia, y tenemos que aguantar aquello de "como no trabajas" o que te miren como a una "mari" que se queda en casa...Un profundo respeto a las mujeres que no pueden elegir, pero las que hemos tenido la suerte de hacerlo no dejamos la intelegencia ni la cultura ni las inquietudes en el fondo de la olla express; al contrario estamos muy orgullosas de poder trasmitirles a nuestros hijos todas nuestras viviencias y nuestros conocimientos, ayudarlos a aprender, y no dejar ese "lujo" en manos de extraños extraescolares
Las personas que trabajan cuidando a los demás suelen hacerlo por horas y han de conciliar con sus parejas, como lo demás, y si no pueden ir por un percance avisan en sus trabajos. Los que limpian no sólo trabajan para familias también para hombres y mujeres solos y hasta empresas, oficinas ...
Grandes verdades las que cuenta este artículo. Trabajo de consultora con muchas empresas e instituciones públicas y lo veo cada día; las mujeres haciendo malabares para llegar a todo y los hombres "ayudando". No, no y no. Así no hay manera.
ver aquí el escándalo de José Luis Rodríguez Zapatero con su esposa http://alturl.com/caeah
Trabajo en una multinacional y mis contactos habituales -tanto dentro de mi propia empresa, como clientes- están en el resto de Europa: Holanda, Bélgica, Alemania y Austria.Cuando desde aquí comentamos con nuestros colegas de fuera la "locura" de horarios españoles la primera pregunta es: "Pero, los españoles, cuando duermen?". Nadie entiende un sistema en el que se prime la permanencia por encima de todo. Creo que no se trata sólo de hacer la vida más fácil a los que tenemos hijos, sino de adecuar de una puñetera vez nuestros horarios a los de los países de nuestro entorno. No tiene ningún sentido estar en la oficina a las nueve de la noche de manera sistemática, tengas hijos o no los tengas.
Cuantos de nosotros hemos terminado nuestro trabajo 20 minutos antes y hemos dicho: ¡y ahora q hago!¿dónde me meto para q no me vea el jefe? ¿Quien no ha dado vueltas y vueltas ajustando el trabajo con la hora de finalizar la jornada? ¿Que madre o padre no ha tenido q aguantar los morros dl jefe xq el niño amaneció malito y se llego 5 minutos tarde al trabajo? Cómo gerente de www.babiboom.com me niego a que estas cosas pasen en mi empresa. Trabajamos en equipo y cada uno tiene q hacer su parte sin imponer horarios, trabajamos por un objetivo común. Mis trabajadores son estupendos y si para ello se tienen q traer a su hijo al trabajo, no ponemos "malas caras" ya q si un trabajador esta a gusto rinde el doble q el q se siente fuera de lugar. Esta es nuestra filosofía y nuestro granito de arena para acercar la crianza al mundo laboral.
Lo que realmente me entristece y me pone enferma es escuchar a gente joven, supuestamente moderna y liberada, que siempre te dicen: " Tengo mucha suerte, porque mi marido me AYUDA en casa y cuando estoy haciendo la cena, les ENTRETIENE". Mira guapa, eres imbécil y tu marido un jeta que en vez de haberse casado tendría que contratar a alguien que le limpiase la casa y para qué tiene hijos? cuando un padre no se ocupa de sus hijos, ni quiere compartir las tareas sobre sus hijos en igualdad de condiciones es porque ha tenido hijos porque la sociedad así lo impone y no porque realmente les quiere, porque si quisiera a sus hijos, nadie tendría que pedirle compartir el tiempo con los hijos, estaría deseando hacerlo. Pero la culpa de esto la tenemos las mujeres que seguimos teniendo complejo de inferioridad y que seguimos pensando que vivimos en una sociedad del paleolítico donde el hombre cazaba y la mujer cocinaba y cuidaba de los hijos de su hombre. Es que me pongo enferma.
Bueno y de los horarios de trabajo en España ya ni hablo, es patético. Saliendo de la oficina a las 20:00 o más tarde, qué tipo de vida puedes tener?. Y ya si tienes hijos ni te cuento, porque es que no les ves, la sociedad debería cambiar radicalmente y obligar a todas las empresas a que se trabaje de 9 a 5. Así la gente rendiría más, estaría más feliz, habría más niños y mejor atendidos y evolucionaríamos a ser una sociedad mejor.
Tanto mi novio como yo dedicamos 11 horas diarias al trabajo (8 trabajando, 1 de comida y 2 de transporte) sin posibilidad de reducirlas si no es con reducción de sueldo. Además, ambos somos de fuera de Madrid, conque no tenemos abuelos a los que recurrir. ¿Como se come esto con tener hijos? Porque para gastar un sueldo en que otro nos lo cuide y sólo verlo despierto los fines de semana
Hay trabajos que oimponen una serie de horarios, e incluso nocturnidades y demás; pero yo creo que todo es conciliable, y en los casos de trabajos de oficina un horario flexible, una buena organización y la posibilidad de cpmpensar horas es fundamental. Yo no me quejo, trabajo en consultoría informática y tengo la posibiliad de hacer jornada intensiva de 8 horas, con lo cual entro entre 7.30-8.00, paro a comer 20 minutos (me traigo la comida al trabajo), y a las 15.45-16.15, me voy para casa. Además, sorteo las horas punta de movimiento de gente y de tráfico. Aunqeu entiendo que esto no es lo habitual.
Muy buen artículo, felicidades.
¿Os acordais de mi? Llevo tiempo sin entrar en gilipoyeces de renegadas porque tnego mejores cosas que hacer que escribir en un blog mientras espero que acabe la lavadora.Solo vengo para recordaros... SE OS ACABO EL CUENTO, el feminismo, que según el noruego se ha puesto para joder a la sociedad española (que no nazcan niños), mientras se regulariza la entrada de musulmanes (vereis si estos os aguantan las tonterias jeje), se debe a la deuda de Zapatero con Al-Quaeda (llego al gobierno de rebote gracias a el).como decia... SE OS ACABO EL CUENTO, ahora llega mi momento de gloria. No mas publicidad, subvencion, ni atención a las gilipoyas estas, y con el pais en la ruina como está, los españoles con los ojos abiertos de lo perras que son las españolas, y bastantes mas musulmanes que antes... VAMOS A REIRNOS DE COMO SE OS PARTEN LAS UÑAS FREGANDO ESCALERAS, COMO SE OS HOLGA EL CHICHI DE METEROS RABOS DE VIEJOS, COMO VAIS A PEDIR EN CADA ESQUINA PARA QUE VUESTROS HIJOS PUEDAN COMER, Y COMO OS VAIS A MORIR MAS VIEJAS Y MAS ARRUGADAS QUE LA UNA... SI "SEÑORAS" (LAGARTAS), SE VA EL PRINGAO DEL ZAPATERO Y OS QUEDA UN PANORAMA MUY DESOLADOR (POR MI PARTE Y LA DE MUCHOS HOMBRES QUE OS LA DEVOLVEREMOS PARA QUE TODAVIA OS JODAIS MAS)...
Es complicado conciliar la vida laboral con la familiar en todos los casos, tanto para las médicas, abogadas o periodistas, como para las limpiadoras, cajeras o empleadas de hogar. Las primeras tendrán seguramente horarios más largos pero también tendrán más posibilidades de contratar ayuda. http://periodistayenparo.blogspot.com/
Es complicado conciliar la vida laboral con la familiar en todos los casos, tanto para las médicas, abogadas o periodistas, como para las limpiadoras, cajeras o empleadas de hogar. Las primeras tendrán seguramente horarios más largos pero también tendrán más posibilidades de contratar ayuda. http://periodistayenparo.blogspot.com/
Si me permites Mayte, matizo: Es complicado conciliar la vida laboral con la familiar en todos los casos, tanto para las familias con más recursos como para las que tienen menos. Las primeras tendrán seguramente horarios más flexibles o posibilidades de contratar ayuda. La ayuda es para la FAMILIA. Habláis de una manera que parece que a las mujeres les hacen un favor si tienen un trabajo que no es el de una empleada de hogar. En cambio, nadie dice que los hombres lo tienen difícil aunque más fácil los que pueden costearse una empleada. Nadie dirá tampoco que en ese caso valdría más que se quedara en casa. Y si hay un divorcio seguramente pensaréis que la mujer ha de quedarse con los hijos y el padre conciliarlos con la abuela o la madastra, claro.Habláis de igualdad o de qué ?
Me parece una trampa imperdonable que se reivindique la conciliación como una de las mayores necesidades de las mujeres. Conciliación es que los padres se ocupen de los hijos y la casa a partes iguales y no que las empresas y los compañeros de trabajo tengan que "solidarizarse" y cubrir a la madre mientras el padre hace su vida en otra empresa. Las reivindicaciones de nosotras las mujeres tiene que ser por la igualdad de salario y puestos de poder como nos lo merecemos y no que nos den tiempo para cuidar a nuestros hijos que es el lugar donde el machismo nos quiere.
En este pais lo que queremos todos es chupar de la teta y se acabó. Ya me gustaría ver como cambiáis de opinión si fuerais empresarios. Una empresa NO es una ONG, ni son las hermanitas de la caridad. Una empresa es una máquina de hacer dinero, que lucha por sobrevivir a diario en un entorno competitivo y que arriesga un capital. Una empresa paga a un empleado por el horario que le resulta más conveniente a la EMPRESA (no al empleado) y por una productividad. Si esto encaja con la vida privada del trabajador, excelente. Que no encaja, que se busque otro empleo. Así de duro y así de real. Dicho esto siempre que es lo único real, cuando la empresa puede ofrecer a su trabajador o pacta con el mismo otras condiciones pues "miel sobre hojuelas". A veces el profesional es tan buena que a la empresa le merece la pena "ceder" en algunos aspectos. Eso es lo que el trabajador se ha ganado pero NO es un derecho que deba darse a cada uno de sus empleados.
A propósito de algún comentario: A) De ningún modo se dice en este post que la conciliación entre la vida familiar y laboral recaiga o deba recaer en las mujeres solamente. Lo que sucede, lamentablemente, es que sigue recayendo en una mayoría. De ningún modo se alienta a que las trabajadoras reduzcan jornada, simplemente ocurre, lo que da idea de todo lo que queda por hacer. B) Nadie niega que lo positivo es que la pareja concilie (cada uno por sí mismo y entre ambos) y participe por igual en el cuidado de los hijos. Pero además del campo privado se necesitan: a) horarios equitativos y flexibles y b) armonía entre los horarios laborales y escolares.
Ojalá algún día pueda conciliarse realmente vida profesional y vida laboral en España. De momento, no queda otra que hacer equilibrios y buscar soluciones imaginativas... y seguir luchando!Saludos!

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