Seis más seis igual a uno

Finalmente, el Ministerio de Cultura logró un jurado paritario, lo que no ha debido ser muy difícil. El viernes 22 por la mañana, seis hombres y seis mujeres se reunieron para dar su veredicto: el Premio Nacional de Cinematografía ha sido este año para Agustí Villaronga. Todos aquellos que se rasgaron las vestiduras por el "escándalo" que produjo la anulación del anterior jurado pueden respirar tranquilos. El premiado, un magnífico cineasta de culto como él mismo se define, es un hombre. ¿Imaginan el nuevo guirigay si hubieran distinguido a una mujer? Después de las airadas reacciones que suscitó la sorpresiva revocación del primer jurado, este es el mejor resultado: para el cine (por la calidad de Villaronga), pero también, por el momento, para la difícil batalla por la igualdad.

La historia ha sido desarrollada con detalle. El Ministerio de Cultura había convocado al jurado el pasado día 18 de julio para otorgar, como todos los años, el Premio Nacional de Cinematografía. La composición del jurado, publicada seis días antes en el BOE, era conocida: nueve hombres y tres mujeres. Sin embargo, el director del Insituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), Carlos Cuadros, esperó a que dicho jurado estuviese reunido para anunciarle a él y a la prensa que tenía que disolverlo por no respetar el espíritu de la Ley de Igualdad que aconseja la paridad (no menos de un 40% de un mismo sexo) para órganos colegiados; especialmente si estos dependen de la Administración pública como era el caso. La mayor parte de la prensa se echó las manos a la cabeza, pero no por la flta de paridad del jurado convocado, sino por el desaire que suponía para los convocados la sorpresiva decisión. Nadie saludó un avance tan simbólico hacia la igualdad. ¿No es sospechoso?

Hacer un repaso de las crónicas del martes es suficiente para ahorrar más comentarios. Baste decir que ABC, en su crónicaDoce hombres (y mujeres) sin paridad, tildaba de rocambolesco el aplazamiento del fallo y tachaba el suceso de "esperpento de Valle-Inclán", además de recoger las quejas de algunos cineastas (cinco hombres frente a una sola mujer).El Mundo, que titulaba la noticia No hay chicas, se suspende la sesión,criticó lo ocurrido colocando un suspenso en su sección impresavox populia Carlos Cuadros, aunque el pequeño comentario terminaba con una salvedad: "Es una falta de profesionalidad, al margen de lo acertado que nos parezca la ley”. ¡Menos mal!

El País, por su parte, publicaba el viernes 22 un artículo de Enrique González Macho, presidente de la Academia de Cine, que a nadie dejará indiferente. Titulado Paridad sí, pero inteligente, González Macho defiende el primer jurado por su representatividad, habla de cómo él prefiere elegir a las personas por sus méritos y no por su sexo (exactamente lo que piden tantas y tantas mujeres margninadas) y termina criticando la paridad porque él tendría que despedir a empleadas de su empresa porque hay demasiadas (25 mujeres y solo 14 hombres). Si hubiera hecho las cuentas se habría dado cuenta de que el drama sería menor, pues aunque a él le parezcan tantas féminas en una sola compañía, lo cierto es que la proporción casi se ajusta a la paridad (el 36% son hombres).