Ibiza vive el tercer día bajo el fuego activo y sin control
La situación de riesgo ha obligado al desalojo de 350 vecinos. - Hasta ahora se han quemado unas 2.000 hectáreas, la mayor extensión que nunca ardió en la isla.- Actúan en la zona 18 aeronaves apagafuegos
Fragmentos de paisaje lunar de ceniza y troncos negros -desde la montaña hasta el acantilado marino- aparecen tras las escenas dantescas, infernales, de las llamaradas violentas y el humo. En dos frentes no controlados todavía se mantiene activo este viernes, en su tercera jornada, el incendio de Sant Joan de Ibiza. Durante la noche las llamas prendieron más pinares y monte bajo y se acercaron amenazantes a núcleos residenciales a kilómetros de distancia. La situación se considera "estabilizada". Las humaredas evidencian la magnitud y dispersión del siniestro.
Más de 500 personas intervienen en el operativo contra la que ya es la mayor catástrofe natural padecida por la isla menor de las Baleares. Hasta 18 hidroaviones y helicópteros están movilizados desde el alba, en su lento combate con agua contra las llamas. La Unidad Militar de Emergencias (UME) lidera la lucha contra el fuego y las tareas preventivas con el Gobierno de Baleares. "El fuego sigue activo de manera discontinua en su perímetro, pero más estable", se ha comunicado oficialmente a la una de la tarde.
La consejera de Interior, Pilar Costa, ha mostrado hoy mucha cautela en sus valoraciones. Ha dicho que el siniestro estaba "un poco más estabilizado" y que la evolución está siempre pendiente de un posible cambio de viento. Las tareas de protección se centran en frenar el avance hacia el área urbana de Sant Joan y las zona turísticas de Portinatx y Cala Sant Vicent. El alcalde local, Antoni Marí, se mostró desconsolado y vio "caótica" y "dramática" la situación creada. En nueve meses el municipio ha soportado dos incendios grandes y peligrosos.
En líneas de fuegos de hasta seis kilómetros de largo y en conatos aislados que reprenden por el monte han quedado asoladas 2000 hectáreas de pinar. Un 3% de la piel de Ibiza está quemada, abrasada y humeante. La zona afectada tiene cientos de casas rurales y chalés dispersos, construcciones que en buena parte abandonaron sus residentes. Unas 1.000 personas han sido evacuadas por precaución. Cuatrocientos usuarios siguen sin corriente eléctrica, tras activarse grupos electrógenos y dar energía a un millar más de afectados. Varios centenares de personas no pueden usar sus teléfonos de línea fija. De noche se han salvado de las llamas in extremis dos decenas de viviendas ya desalojadas. Hoy, con menos calor que ayer y un viento tenue del norte, el siniestro avanza.
Una parte de los habitantes del pueblo de Sant Joan (5.500 con todos sus núcleos) han abandonado sus domicilios por temor. De madrugada en el centro de control se valoró la posibilidad de que un frente alcanzara las casas de la población. No ha sido necesario el desalojo global. No hay víctimas personales. Entre el millar de desplazados, unos 700 turistas de un hotel de Portinatx han sido desalojados del entorno del suceso.
Personal de toda España participa en las tareas: militares de la UME, bomberos y agentes forestales insulares, guardias civiles, policias locales, voluntarios de Protección civil, Emergencias y bomberos de la Generalitat de Cataluña. La Generlitat Valenciana cedió un avión contraincendios. El Ministerio de Medio Ambiente redobló su colaboración.
Los equipos de control y extinción hacen frente a un fuego muy disperso que aún devora valles, laderas y llanos. Los vecinos vieron, de noche, no muy lejos de sus viviendas, las crestas de llamas en las montañas de Sant Joan y la sierra de Morna. Una parte de la isla de Ibiza resplandeció en la oscuridad enrojecida. Ahora dominan las nubes de humo.
Las imágenes de los aviones de control muestran la magnitud que alcanza el incendio. Las llamas han consumido kilómetros cuadrados de denso pinar de isla adentro. Una parte de este paisaje estaba sin mellar por las construcciones. Es el mayor fuego documentado en Ibiza y el segundo de Baleares en las dos últimas décadas.
El cambio de viento es siempre un peligro real. La visita de la ministra de Defensa, Carme Chacón, movilizó más de 300 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Aún quedan días de trabajo para controlar, estabilizar y extinguir el incendio.
Las llamas han consumido parajes naturales y mínimamente urbanizados o cultivados de Ibiza. Grandes pinares han desaparecido en nubes de humo gigantescas. Tras pasar las llamas y despejarse el humo han quedado visibles las marcas del suceso: pinares devastados, quemados, de color marrón y gris. Las huellas de la catástrofe se evidencian por contraste al lado de laderas y montes intactos, frondosas y muy verdes, en Sant Joan de Labritja cerca de Portinatx y cala Sant Vicent y el municipio vecino de Santa Eulàlia
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