Ricos, famosos y con la mano muy larga
Juicios y escándalos envuelven a cantantes y autores acusados de robo
Robar puede resultar glamouroso, y si no que le pregunten a Alfred Hitchcock. El director de cine convirtió por obra y arte de celuloide a Tippi Hedren (Marnie, la ladrona, 1964) o Cary Grant (Atrapa a un ladrón, 1955) en hermosos ladrones dentro de la pantalla. Y aunque fuera de ella no es tan fascinante, son muchos los cantantes, actores y famosos en general que han sido descubiertos con las manos en la masa.
Los famosos tan conocidos por sus robos como por sus trabajos no son nuevos, pero en las últimas semanas su exposición ha aumentado gracias a la mediática Lindsay Lohan, la actriz de 24 años, surgida de la factoría Disney y protagonista de éxitos como Tú a Londres y yo a California (1998) o Chicas Malas (2004). A finales de enero una joyería de California a la que había acudido la actriz denunció el robo de un collar valorado en unos 2.500 dólares (1.800 euros), y pocos después Lohan apareció en público con él. Según justificaron los amigos de la actriz a la agencia Reuters, la famosa actriz pensaba que había sido un préstamo y que su estilista olvidó devolverlo a la tienda.
La firma de lencería Rigby&Peller acusó a Lady Gaga de no devolverle varios artículos que le habían prestado para un videoclip
Pete Doherty fue acusado de planear un robo a una tienda de guitarras de Ratisbona, Alemania. En 2003 también asaltó la casa de su compañero de grupo
Lohan ha pasado dos veces por los tribunales por el caso, y el juez del proceso le ha pedido "no tentar la suerte", independientemente del final de la historia
Lohan ya ha pasado dos veces por los tribunales por el caso, y le queda una tercera. Por el momento, además, ha tenido que pagar una fianza de casi 15.000 euros, y el juez del proceso le ha pedido "no tentar la suerte", independientemente de como acabe la historia. Una historia que Estados Unidos ha podido ver con sus propios ojos, ya que la joyería implicada vendió a una cadena de televisión el video de la visita de Lohan a su establecimiento, y este fue emitido en un programa de máxima audiencia.
Lohan es una de las celebrities que más problemas ha tenido con la justicia, también por sus noches de juerga y alcohol, que la han hecho pasar más de una vez por la cárcel y por clínicas de rehabilitación. Aunque también fue sonado el robo cometido por Winona Ryder a finales de 2001 . La actriz de Eduardo Manostijeras (1990) o Mujercitas (1994) se llevó de un centro comercial prendas de vestir y accesorios valorados en unos 6.400 dólares (unos 4.500 euros de hoy). Fue condenada a pagar lo robado y mil dólares más, y realizó trabajos comunitarios. También se sometió a terapia para curar una supuesta cleptomanía.
La ropa siempre es una tentación. La firma de lencería Rigby&Peller acusó a Lady Gaga de no devolverle varios artículos que le habían prestado para la grabación de un videoclip. Según la empresa, de los siete artículos que le dejaron a la intérprete de Alejandro, solo recibieron tres de vuelta.
Los hombres no se quedan atrás en manos largas. A principios de abril Pete Doherty fue acusado de planear un robo a una tienda de guitarras de Ratisbona, Alemania. Varios testigos afirmaron que el exnovio de Kate Moss y vocalista de los grupos The Libertines y Babyshambles, de 32 años, se había llevado varios discos y una valiosa guitarra. El cantante es reincidente: en 2003 admitió que había robado en casa de su compañero guitarrista en The Libertines, Carl Barat.
Las confesiones no son habituales. Pero Jackie Chan relató a un programa de televisión en 2006 su complicada historia familiar, robos incluidos. "Cuando tenía 16 años, mi padre [...] me hizo prometerle no entrar en la mafia, no tomar drogas y no apostar" explicó el intérprete chino. "Se lo prometí, aunque estaba haciendo esas cosas en aquella época", relató.
En tono más liviano ha hablado Katy Perry, que en unas declaraciones a una radio británica confesó que roba las almohadas de los hoteles. La cantante, de 26 años, aseguró que cuando era más joven solía llevarse de los hoteles todo lo que había en el baño. Ahora ya no lo hace porque viaja "con demasiadas cosas". Todavía quedan pecadillos con cierto glamour.
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