Mujeres de armas tomar
Cada vez más mujeres están a la cabeza de las fuerzas de seguridad en América Latina… pero también al frente del crimen organizado.
A mi colega y amiga Cecilia Jan le ha interesado mucho la noticia del nombramiento de una mujer al frente de la policía de Río de Janeiro. Recuerda que yo entrevisté, allá por 2007, a la primera mujer al frente del Ministerio del Interior en Guatemala. ¿Es que las mujeres son más honestas que los hombres?, se pregunta. No lo creo. Dicho lo cual, no deja de resultar llamativo el ascenso de cada vez más mujeres a la cabeza de las fuerzas de seguridad en lugares extremadamente peligrosos de América Latina.
La comisaria Martha Rocha ha aceptado sin dudarlo la jefatura de la policía civil del Estado de Río, que registra una media de 20 asesinatos diarios. Asume el cargo, además, en plena purga de un cuerpo que ha visto desfilar en los últimos cinco años a cinco jefes, todos salpicados por las sospechas de connivencia con las redes criminales. Ahora, 35 oficiales acaban de ser detenidos en la llamada Operación Guillotina, que ha destapado una sórdida red de vínculos entre la policía y las bandas de narcotraficantes enquistadas en las favelas de la ciudad.
Además de combatir la criminalidad, Rocha, de 51 años, deberá continuar con la limpieza de la policía de Río, sede del Mundial de Fútbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016. Es decir, que tendrá un frente doble de enemigos.
En una tesitura aún peor se encuentran las tres jefas policiales del Estado mexicano de Chihuahua, fronterizo con EEUU y desangrado por la guerra entre los carteles del narcotráfico. Marisol Valles, Verónica Ríos y Olga Herrera están al frente, respectivamente, de los cuerpos policiales de Práxedis Guerrero, El Vergel y Villa Luz, municipios cercanos a Ciudad Juárez, la urbe más violenta del mundo.Las tres asumieron los cargos después del asesinato, el pasado noviembre, de la pionera, Hermila García, jefa de la policía del municipio de Meoqui. Esta abogada de 38 años fue acribillada por sicarios cuando se disponía a limpiar fondo su corporación, compuesta por 90 agentes. La muerte de Hermila no intimidó a Marisol, de 20 años y estudiante de Criminología, ni a Verónica ni a Olga, amas de casa. Todas tienen miedo. Pero luchan contra él. ¿Qué decir de Ericka Gándara, de 28 años, la única agente policial que queda en Guadalupe, una población de 9.000 habitantes también cercana a Ciudad Juárez? Todos sus compañeros han abandonado el puesto por las amenazas de los narcotraficantes. Ella no. Ella sigue patrullando sola, armada con su fusil.
Las amenazas tampocoamilanarona Adela de Torrebiarte a la hora de aceptar en 2007 el cargo de ministra del Interior de la violenta Guatemala. El entonces presidente, Óscar Berger, encomendó la depuración de la Policía Nacional Civil a esta mujer, a quien el secuestro de un hijo empujó al activismo social contra el crimen. Sus esfuerzos se difuminaron en los entresijos de una institución que, pese a recibir cuantiosos apoyos de la cooperación internacional, sigue enfangada en la corrupción y la inoperancia.
La lista continúa: las autoridades de la ciudad mexicana de Guadalajara han comenzado a promocionar a mujeres en los mandos de la seguridad ciudadana. Colombia acaba de ascender a la primera mujer al grado de general en la Policía Nacional.
Lo que me lleva de regreso a la pregunta de Cecilia. ¿Son más honestas y fiables las mujeres? Yo me resisto a adjudicar virtudes por cuota. Podemos teorizar sobre la mayor capacidad de sacrificio y entrega de la mujer. Es un hecho también que las mujeres se han convertido en sostén y cabeza de familia en América Latina o África, y que son ellas quienes gestionan los recursos para sacar adelante a sus hijos en unas regiones donde el abandono paterno es moneda común (de ahí que ellas sean el objetivo de los programas de ayuda y microcréditos).
Pero me temo que no podemos extraer más conclusiones. Porque por cada ejemplo de mujeres valientes del lado de la ley encontramos igualmente mujeres audaces al lado del crimen. Las bravas jefas policiales de Chihuahua tienen su contrapunto en el número cada vez mayor de jefas de las redes criminales. Y junto a Hermila García emerge el nombre de Elizabeth Rodríguez, alias La Doña, a quien no le temblaba el pulso a la hora de ordenar torturas y asesinatos (y que acabó ella misma corriendo esa suerte en 2009). O los de Sandra Ávila Beltrán, la Reina del Pacífico (en la foto), y Enedina Arellano Félix, poderosas lideresas del narcotráfico y acreditadas por su buen hacer en la administración y blanqueo de fondos. En Guatemala, Adela de Torrebiarte compartía titulares con Silvia Arana, La Tarántula, jefa de una banda dedicada al secuestro y al tráfico de drogas, que usaba a su propia hija adolescente como gancho. Varios expertos han señalado que, cada vez más, las mujeres están asumiendo el mando en las pandillas de jóvenes que se inician en las actividades criminales.
En fin, creo que la respuesta a la pregunta de Cecilia la ha facilitado el secretario de Seguridad de Río, Jose Mariano Beltrame.Escogió a Martha Rocha,ha explicado,“no por ser mujer, sino por su historial de 27 años en la policía y porque su nombramiento ha generado unanimidad dentro de cuerpo”. Mucho mejor así, ¿no? Es la profesionalidad. No el sexo.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.