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EE UU escruta la economía española

Los sindicatos también iban a la embajada

Méndez intercedió para desbloquear un contrato y Fidalgo criticó al Gobierno

Los documentos secretos de la Embajada de Estados Unidos en Madrid muestran contactos de los diplomáticos con los líderes sindicales. Cándido Méndez, secretario general de UGT, habló con el embajador Eduardo Aguirre en 2006 para tratar de evitar que el veto estadounidense frustrase una venta de aviones de transporte militar a Venezuela, con la pérdida de empleos que eso significaría. Por su parte, el anterior secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, se despachó en 2004 con duras críticas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el entonces ministro de Trabajo, Jesús Caldera.

Según los documentos enviados a Washington, Fidalgo dijo que no estaba "aún convencido de la seriedad de Zapatero". En su opinión, el presidente había hecho promesas como combatir la contratación precaria, el mayor problema laboral, pero no había tomado ninguna medida al respecto. Había que "pasar de las palabras a los hechos", decía Fidalgo el 16 de junio de 2004, cuando Zapatero no llevaba siquiera dos meses en La Moncloa. Fidalgo dijo que Zapatero y Caldera actuaban como "si todavía estuvieran en la oposición o en campaña" y que no sabían gobernar, sino solo dar discursos, mientras que el PP, por su parte, no sabía cómo hacer oposición. Fidalgo lo atribuía a que los atentados del 11-M provocaron un vuelco electoral inesperado. El líder de Comisiones presumió además de la buena relación que había tenido con Aznar, aunque se había deteriorado en los últimos años, algo que Fidalgo atribuía a que en su segundo mandato se había vuelto más "arrogante y aislado".

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UGT y Venezuela

En cuanto a Cándido Méndez, habló por teléfono con el embajador Aguirre el 6 de febrero de 2006 y le expresó su preocupación por que el veto estadounidense a la venta de aviones militares de transporte a Venezuela iba a costar empleos a España en la industria de defensa. Méndez subrayó cómo UGT, aliado histórico del PSOE, no era amigo del Gobierno de Chávez y que su defensa del sindicato venezolano CVT había llegado a provocar la expulsión del representante de UGT en Caracas. Aguirre replicó a Méndez que EADS/CASA y los sindicatos tenían más que ganar buscando contratos con EE UU y otros aliados que con el Gobierno de Chávez.

Contratos aparte, el líder de UGT subrayó las tres prioridades de su sindicato: luchar contra la temporalidad en el empleo, contra el paro juvenil y contra el desempleo femenino. Además, mostró su apoyo a la regularización de inmigrantes llevada a cabo por el Gobierno de Zapatero , como forma de combatir los abusos típicos de la contratación ilegal.

Según Aguirre, Méndez estuvo sociable y amistoso y quería establecer buenas relaciones. Aguirre subrayó que Méndez no había sacado el tema de la guerra de Irak, pese a la fuerte oposición de UGT al conflicto. El embajador interpretaba que el líder de UGT se había dado por satisfecho con sus explicaciones sobre el veto al contrato venezolano, pero concluía que para Méndez y otros líderes sindicales "la posibilidad de retener cientos de empleos eclipsaba cualquier escrúpulo que pudieran tener en tratar con Chávez".

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Cándido Méndez (UGT) y José María Fidalgo, en febrero de 2007.
Cándido Méndez (UGT) y José María Fidalgo, en febrero de 2007.LUIS MAGÁN

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