Las ejecuciones hipotecarias se disparan
Nueve de cada diez órganos judiciales catalanes están sobrecargados, según el TSJC
La crisis económica se nota, y mucho, en los juzgados de Cataluña, que el año pasado recibieron un 35% más de demandas de despido, siete mil ejecuciones hipotecarias de más que en 2008, y otros tres mil procedimientos concursales (las antiguas quiebras y suspensiones de pago) más que el año anterior. En 2009 también se dispararon los casos de incumplimiento de indemnizaciones por despido, así como los procesos judiciales por impago de hipotecas.
La consecuencia de todo ello ha sido que el 89% de los órganos judiciales de Cataluña estén colapsados, según ha explicado esta mañana ayer la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), María Eugenia Alegret, quien ha vuelto a reclamar más jueces y más recursos para poder atajar la sobrecarga de trabajo.
Las ejecuciones por incumplimiento de sentencias en materia laboral que se producen -al no satisfacer las empresas la indemnización por despido que ha fijado el juez- han crecido alrededor de un 50%, al pasar de 10.204 casos en el año 2008 a 15.492 en 2009. Del mismo modo, las demandas por despido también crecieron un 26%, al pasar de 19.506 a 24.648.
También han aumentado los procesos de ejecuciones por morosidad en hipotecas (en un 60%) -al pasar de 11.240 en 2008 a 18.036 en 2009- y las demandas por impagos de toda clase de bienes, al aumentar de 113.648 a 141.337. Los juzgados mercantiles han recibido más de 8.000 asuntos -un 53,4% más que 2008-, de los que 1.761 han sido procedimientos concursales (un 68,7% más).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.