Laura Bush se sincera
La ex primera dama estadounidense relata en una autobigrafía los episodios más importantes de su vida
Los Bush ocupan titulares esta semana. Primero fue el anuncio de que el presidente ya tiene en el disco duro de su ordenador la copia de sus memorias y ahora acaban de conocerse algunos de los detalles más jugosos que se recogen en la autobiografía de la ex primera dama de Estados Unidos Laura Bush.
El libro con la firma de Laura sale a la venta el próximo lunes 2 de mayo -el domingo 7 es el día de la Madre en EEUU- pero el diario The New York Times ha conseguido un ejemplar y ya circulan algunos de sus pasajes. En Spoken from the heart, (Hablando desde el corazón) la señora de Bush se sincera sobre lo que sucedió y sintió la noche de noviembre de 1963 en la que se saltaba una señal de stop y provocaba un accidente de tráfico en el que perdía la vida un popular compañero del instituto, estrella del equipo de fútbol. "Lo único que pensaba todo el rato era que la persona que estaba en el otro coche estuviera viva: 'Por favor, Dios; por favor, Dios; por favor, Dios; una y otra vez, una y otra vez". Según Bush, como consecuencia de aquello perdió la fe y la culpa le atormentó durante largo tiempo.
La ex primera dama entre 2001 y 2009 hace en sus memorias un repaso a sus años en la Casa Blanca y cuenta cómo su marido les pidió a ella y a sus hijas en las Navidades de 2002 que rezaran implorando ayuda a Dios para que Sadam Husein entregase sus armas de destrucción masiva y hubiera paz en el mundo.
Atendiendo al relato de Laura Bush, la delegación norteamericana que acudió a la cumbre del G-8 en Heiligendamm (Alemania) en 2007 podría haber sido envenenada, ya que tanto ella como el presidente -que estuvo gran parte de la reunión enfermo en cama- y destacados miembros del equipo personal de Bush sufrieron síntomas propios de envenenamiento que no sintió nadie más que los estadounidenses. No aporta más detalles.
De forma cándida pero determinante, Laura Bush expresa su enfado con aquellos que criticaron o insultaron a su esposo, ya sea Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, que dijo que el presidente era "un líder incompetente", o Harry Reid, líder de los demócratas en el Senado, que tildó a Bush de "mentiroso" y "perdedor".
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